Los nervios ya son evidentes en todas las capitales, y no precisamente por el reparto del déficit entre las distintas comunidades autónomas (CCAA). Julio es el mes de los presupuestos, apenas quedan dos semanas y en las respectivas consejerías de Hacienda siguen sin tener noticias del ministro Montoro.
¿Cuánto dinero se les va a transferir? ¿Cuál va a ser el límite de déficit permitido a cada comunidad? ¿Cuál el techo de gasto? Todos ellos datos imprescindibles para que cada Gobierno autonómico empiece a trabajar en sus presupuestos para el 2014, que deberán estar listos con la llegada del otoño.
Pero a estas alturas, a cuenta de que Rajoy quiere esperar a que la reunión de finales de junio de los ministros de Economía y Hacienda (Ecofin) de la UE y el Consejo Europeo (Presidentes y primeros ministros) den el visto bueno definitivo al nuevo objetivo de déficit para España, aun no habido reunión alguna entre Gobierno Central y CCAA en el órgano previsto para ello, el Consejo de Política Fiscal y Financiera.
Así las cosas, el presidente de Extremadura, José Antonio Monago, dio el pasado martes el pistoletazo de salida al anunciar durante el debate del Estado de la Región que en 2014 bajaría los impuestos en su tramo del IRPF, el impuesto sobre la renta. Pero Monago hace trampa. Sabe que cuenta con más medios que los demás. Exactamente un 9% más, que es el porcentaje en el que Extremadura supera la capacidad financiera media por habitante de las CCAA.
En cambio, Andalucía, como ayer mismo le respondió desde su escaño en el Parlamento andaluz el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, está cinco puntos por debajo de esa media. “Imaginase que estuviésemos en la media, cada año tendríamos mil millones más para financiarnos. Simplemente estando en la media de financiación”, se quejó Griñán, que por primera vez desgranó públicamente cuáles son sus exigencias.
En la Consejería de Hacienda andaluza aseguran que nadie se ha puesto en contacto con ellos desde el Ministerio de Hacienda. Según explican, tampoco con Asturias o Canarias. Así que el presidente Griñán, tras oir a su tocayo Monago iniciar las negociaciones con Madrid a través de los medios de comunicación, decidio aprovechar una pregunta parlamentaria y empezar él también a trasladar sus mensajes. La pelea entre CCAA por el reparto del dinero para los presupuestos de 2014 ha comenzado.
Fondos del Estado
La ventaja de Extremadura no obedece a que su gestión haya sido mucho mejor que la del resto de gobiernos autonómicos, al menos no del todo. Es consecuencia de un sistema de financiación autonómica en el que ha salido claramente beneficiada, y en el que otras, en cambio, ha visto perjudicados sus intereses.
El modelo actual, que se acuerda en el año 2009, es el más complejo de todos lo que ha habido hasta el momento, “porque había que hacer algo muy complicado, reformar el modelo de financiación vigente asumiendo los compromisos del nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña”, explica el catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla, Manuel Medina. Así, para evitar la rebelión del resto de CCAA, el entonces Gobierno de Zapatero optó por extrapolar esos compromisos a todas ellas.
Los compromisos fueron los siguientes. Las CCAA autónomas se quedan con la mitad de la recaudación del Estado por IRPF y por IVA en sus territorios. Y en el caso de los impuestos especiales (hidrocarburos, tabaco, alcohol… los que más recaudan) las CCAA se quedan con el 58% de lo recaudado.
Estos ingresos, junto a los de los llamados impuestos cedidos (Transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados, sucesiones y donaciones, patrimonio, tasas de juego) cuya recaudación es 100% para las CCAA, deberían ser suficientes para cubrir el coste de los servicios públicos de cada autonomía. Es lo que se conoce como Fondo de Suficiencia.
Pero no es así. Con esos ingresos a las comunidades ricas, que recaudan más, les sobra. En cambio a las pobres no les llega. Con el anterior sistema, la solidaridad se garantizaba haciendo que lo que sobrará fuese devuelto al Estado para que éste lo repartiese entre las que no tenían suficiente. Con el nuevo, el implantado en 2009, ese principio de solidaridad se limitó.
Así, a partir de entonces ya no se tiene en cuenta la financiación de todos los servicios públicos, sino sólo los denominados esenciales (de los que educación y sanidad son ejemplo). Pero se dejan fuera otros como los servicios generales de cada autonomía.
No sólo eso, a aquellas comunidades a las que les sobra recaudación para financiar sus servicios esenciales, ya no tienen que devolver al Estado el 100% de lo que les sobra, sino sólo el 75%, quedándose ellas con el 25% restante, que ya no fluye de las ricas hacia las pobres.
Para compensar a las pobres se creó otro nuevo fondo, el Fondo de Suficiencia Global, que aporta el Estado. Son transferencias de dinero del Estado para garantizar que las CCAA que no sean ricas puedan cubrir el coste medio de prestación de los servicios públicos esenciales.
Con todo esto, sin embargo, las desigualdades lejos de recortarse se agrandaban. Para intentar paliarlo, y que no hubiera grandes diferencias entre CCAA, como las denunciadas ayer por Griñán, se crearon otros dos fondos más. El de Cooperación, para compensar a aquellas que están poco pobladas, o que tienen una gran extensión territorial y por tanto una gran dispersión de sus servicios, y el Fondo de Competitividad, pensado para aquellas CCAA cuya financiación quede muy por debajo de la media.
Reivindicaciones
Justo este fondo, el de Competitividad, fue incluido ayer por Griñán entre sus reivindicaciones, tras quejarse de estar por debajo de la media de financiación por habitante: “No sé porque Andalucía, teniendo como tiene una financiación media por habitante por debajo de la media de España, no es acreedora como Cataluña, como Madrid o como Baleares al Fondo de Competitividad. Está precisamente para evitar horquillas muy amplias, para impedir que haya comunidades autónomas al 95% como Andalucía y otras comunidades autónomas al 109% como Extremadura”.
Así pues, Griñán desveló ayer que quiere de Madrid mil millones más para Andalucía, y que los quiere con cargo al Fondo de Competitividad.
A partir de ahí, Griñán desgranó el resto de sus quejas, que se centran acusar al Gobierno Rajoy de incumplir el Modelo de Financiación: “El 50% de IVA le corresponde a las CCAA, pero no es verdad. Se ha subido el IVA dos veces, y todo el aumento de recaudación ha ido a la Administración General del Estado. También ocurre con el IRPF, se grava, por ejemplo, los premios de loterías y todo para el Estado”, le espetó al Grupo Parlamentario Popular, para añadir inmediatamente: “Se hace una amnistía fiscal y toda la recaudación para la administración del Estado”.
Griñán resumió en dos frases la filosofía en la que apoya sus exigencias, que ayer envío al ministro Montoro a través de los diputados del PP en el Parlamento Andaluz: “No es un problema de gasto público, sino de ingresos fiscales” dijo antes de afirmar que “hay que transitar por el camino de los ingresos y no del recorte del gasto”.
Por último, el presidente de la Junta de Andalucía no pudo resistir la tentación de aprovechar la ocasión para recordarle al PP que su Gobierno tiene planteados en los tribunales siete recursos contra el actual modelo de financiación autonómica, “que suman una reclamación de más de 4.800 millones de euros”, aseguró. Y para dejar claro que no es una reivindicación partidista, explicó que todos ellos fueron presentados “antes del 20 de noviembre de 2011”, fecha del inició del Gobierno de Mariano Rajoy.
En un claro indicador de cuáles son ahora las prioridades del presidente andaluz, José Antonio Griñán sólo dedicó los últimos minutos de su discurso a la polémica del reparto de los dos puntos extras de déficit concedidos por Bruselas a España. Aparentemente, pues, es una batalla que ya da por pérdida, así que se limitó a explicar cuáles es a su juicio el criterio que se debería utilizar dando por sentado que no se trata ya más que de un brindis al sol.
Según Griñán, del total del gasto público español, a las CCAA le corresponde “administrar y gobernar sobre el 35%”. Por lo tanto, afirmó, “lo lógico” sería que con los dos puntos extra concedidos al Reino de España a las CCAA autónomas les correspondiera el 35% del déficit para el año próximo. Para Andalucía “eso sería el 2,2%”, afirmó.
También ahí se esconde otro mensaje entre líneas. El déficit de la Comunidad Autónoma de Andalucía del año pasado fue precisamente ese, el 2,2%. Así que Griñán está diciendo de paso que con la financiación adecuada él cumple con su compromiso de dotar los servicios públicos esenciales.
En cuanto a la polémica del reparto entre las CCAA de los dos puntos extra de déficit, Griñán aseguró que Andalucía “defiende” que se acuerde una regla estándar para todas las comunidades que “se forme a través” del endeudamiento, la población, la riqueza relativa (PIB), y las necesidades de financiación (coste de los servicios públicos esenciales) de cada autonomía.
En el caso de Andalucía, con menor endeudamiento, más población, y por tanto mayores necesidades de financiación, la aplicación de esa regla implicaría más fondos de los que ahora recibe. Así lo reconoció el presidente andaluz cuyas últimas palabras de su discurso fueron: “Siendo esto así, con una formula igual para todos, Andalucía obtendría también mayores recursos para el año que viene y para éste”.