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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Guerra total entre Podemos, IU y Más País por el control del grupo parlamentario Por Andalucía

La decisión de Por Andalucía de expulsar por sorpresa a su representante en la Mesa del Parlamento andaluz, la diputada de Podemos Alejandra Durán, ha vuelto a airear las guerras intestinas en el seno de la coalición de izquierdas, cuando apenas ha comenzado el primer periodo de sesiones de esta legislatura.

Cuatro de los seis partidos que integran esta confluencia –IU, Más País, Equo e Iniciativa del Pueblo Andaluz– firmaron el lunes pasado un escrito solicitando a la Mesa la “sustitución temporal” de Durán por otra de sus diputadas, la líder de Más País Andalucía, Esperanza Gómez, alegando “disfunciones” en el proceder de la parlamentaria de Podemos dentro del órgano de dirección de la Cámara.

Entonces no se dieron más explicaciones ni ejemplos de esos supuestos errores. 24 horas después, miembros de la Mesa revelaron a este periódico los movimientos de los tres diputados de Podemos que forman parte de Por Andalucía para tomar el control interno de su grupo de espaldas a su portavoz y presidenta, Inma Nieto (IU), y del resto de miembros de la coalición. Fue la propia Mesa, con mayoría absoluta del PP y presidida por el popular Jesús Aguirre, quien frenó este intento apelando al reglamento de la Cámara.

Las luchas internas de Por Andalucía han irrumpido ahora en el órgano de gobierno del Parlamento, en busca de un árbitro institucional que ponga orden en sus luchas de poder. Los tres parlamentarios de Podemos que forman parte de la coalición –Juan Antonio Delgado, José Manuel Gómez y la propia Durán– han registrado este martes otro escrito para intentar frenar la expulsión de esta última de la Mesa, alegando que el voto de la mayoría del grupo “prevalece” sobre la decisión de su portavoz. Para defender esta tesis se remiten a jurisprudencia de los parlamentos de Navarra, Murcia y Cantabria.

Así las cosas, el órgano rector del Parlamento andaluz se reúne este miércoles para dirimir, entre otras cosas, las cuitas internas de una coalición de izquierdas en permanente estado de ebullición, abierta en canal, y cuyo margen legislativo en esta legislatura es ínfimo como respuesta al mal resultado que obtuvieron en las elecciones andaluzas del 19 de junio. Lo que acontece en las últimas horas es una pelea, a manotazos, por sujetarse a los restos del naufragio.

El origen de la última bronca

La razón fundamental de la expulsión de Durán, según coinciden fuentes parlamentarias y miembros de la Mesa de todos los grupos consultados por este periódico, fue el intento de Podemos de registrar en el Parlamento, a espaldas de la dirección de Por Andalucía y del resto de miembros de la coalición, un documento con la normativa interna del grupo parlamentario que permitía a los morados tomar el control de la formación. “Un golpe de Estado al espacio político de Por Andalucía”, subrayan distintas voces desde la confluencia.

El documento fue presentado en el registro del Parlamento el pasado 1 de septiembre, encriptado y con el sello confidencial (es decir, que el contenido no es de acceso público), y firmado por los tres diputados de Podemos de la coalición sin que la presidenta del grupo estuviera al corriente. Cuatro días después, el 5 de septiembre, Nieto elevó a la Mesa otro escrito advirtiendo de que el reglamento presentado por sus compañeros “de forma unilateral” no era válido, puesto que no contaba con su firma ni con su aval.

El presidente del Parlamento recibe ambos escritos a la vez, en la reunión de la Mesa del pasado 7 de septiembre, y advierte a la única representante de Por Andalucía, Alejandra Durán, de que la propuesta de normativa interna que lleva su firma y la de los otros dos diputados de Podemos “no se ajusta a derecho”. La Mesa acepta “posponer” la propuesta, puesto que Nieto informa de que hay otro documento de normativa interna que sí tiene el consenso de la mayoría de partidos que integran la coalición. En esa reunión, Aguirre reprende a Durán por arrastrar los “problemas internos y los conflictos orgánicos” de su coalición al seno del máximo órgano de decisión del Parlamento andaluz, confirman fuentes presentes.

Respuesta a la portavocía de Esperanza Gómez

Desde Podemos explican que aquel intento de hacer prevalecer su propuesta de normativa interna en el Parlamento –“luego se retiró el documento”, aclaran– surge como respuesta al nombramiento días atrás de Esperanza Gómez como portavoz adjunta del grupo, una decisión adoptada en julio por mayoría de los partidos miembros de la coalición.

Gómez compartiría esa función con el diputado Juan Antonio Delgado. Aunque terminarían aceptándolo, en Podemos no estaban de acuerdo porque “incumplía el pacto” bilateral que habían suscrito con IU la misma noche del registro de la coalición ante la Junta Electoral, de la que quedaron fuera por llegar unos minutos tarde.

Aquel fue un acuerdo paralelo sobre el reparto de cargos institucionales, los cabezas de las listas electorales y la distribución de la financiación del grupo que habían sellado, in extremis, los dos grandes partidos de la coalición. Pero el resto de integrantes de Por Andalucía, que sí estaban inscritos ante la Junta Electoral, no reconocían “la validez jurídica” de ese pacto. Después de las elecciones y a la luz del fracaso obtenido, el coordinador regional de IU, Toni Valero, lo calificaría de “trágala”. Los comunistas acusarían a Podemos de haber forzado la negociación con “una cultura política del chantaje”. Los morados reprocharían a IU haberles “ninguneado antes, durante y después de la campaña electoral”.

Choque de mayorías

El repentino cese de Durán ha causado estupor en el electorado de izquierdas, porque apenas han transcurrido dos meses desde que se constituyó el Parlamento, el pasado 14 de julio, sólo se han celebrado dos plenos ordinarios, el mes de agosto es inhábil y la Mesa se ha reunido media docena de veces. Había poco margen, por tanto, para esas “disfunciones” que explicasen la abrupta expulsión de Durán, una diputada sin experiencia parlamentaria previa y que, además, ocupa un puesto con voz pero sin voto en la Mesa. Fuentes de IU confirmaron el lunes la decisión de sustituirla por Esperanza Gómez, pero se resistieron a aclarar el por qué.

Para entender esta última crisis interna de los partidos a la izquierda del PSOE andaluz, hay que seguir el rastro de todos los desencuentros que han tenido los integrantes de Por Andalucía en las reuniones celebradas durante el mes de julio y agosto, encaminadas a pactar la normativa de funcionamiento interno de su grupo parlamentario.

Un documento que todos los grupos están obligados a registrar en el plazo de un mes desde su constitución -artículo 21.3 de la última reforma del reglamento de la Cámara-, y en el que debe figurar la denominación y especificación de los órganos de gobierno y coordinación del grupo y sus competencias (presidente, portavoz, adjuntos consejo de dirección...), así como el procedimiento de incorporación y el de salida (expulsión) al mismo. Este punto se introdujo en la última reforma del reglamento, la pasada legislatura, para dar carta de naturaleza a la expulsión de Teresa Rodríguez del grupo que presidía, Adelante Andalucía, bajo la acusación de “tránsfuga”.

Por Andalucía ha heredado las desavenencias internas que terminaron por fracturar la anterior coalición de izquierdas, solo que ésta ha quedado reducida a cinco diputados y Adelante llegó a sumar 17 escaños. Ahora, la división coloca en un bando a los cuatro partidos que registraron la marca Por Andalucía ante la Junta Electoral –IU, Más País, Equo e Iniciativa– y en el bando opuesto a Podemos y Alianza Verde, que llegaron tarde al registro.

En esencia, la discrepancia fundamental respecto a la normativa interna del grupo parlamentario es que los primeros defienden que las decisiones políticas, en caso de no haber unanimidad, se adopten por mayoría ponderada dentro de la coalición de seis partidos, donde Podemos está en desventaja. Mientras que los morados abogan por que las diferencias políticas se resuelvan por votación en el seno del propio grupo, donde Podemos cuenta con tres de los cinco diputados, más una de IU (Nieto) y otra de Más País (Gómez).

Desde IU, Más País, Equo e Iniciativa acusan a Podemos de “no reconocer la legitimidad del espacio político de Por Andalucía”, esto es, el peso específico de cada uno de los partidos miembros y el acuerdo de coalición registrado ante la Junta Electoral (primero a cuatro, luego ampliado jurídicamente a seis para incorporar a los morados).

Paralelismos

La situación guarda muchos paralelismos con la bronca interna que terminó por romper Adelante Andalucía. Entonces eran IU y la nueva dirección de Podemos Andalucía los que acusaban a Teresa Rodríguez de tomar decisiones “unilaterales”, amparándose en el voto mayoritario de los partidos que formaban aquella coalición. Antes de dejar Podemos, la gaditana metió en la confluencia a su partido de origen –Anticapitalistas– y contaba con los votos de Primavera Andaluza e Izquierda Andalucista, dos formaciones minoritarias sin representación que, sin embargo, sumaban una mayoría frente al tándem Podemos-IU.

La posición de Podemos dentro de Por Andalucía incomoda al resto de partidos, que creen que su voluntad no es trabajar por la unidad, sino desestabilizar todo lo posible para empañar el futuro proyecto de Yolanda Díaz, del que la coalición andaluza se siente un embrión. Los comunistas acusan a Podemos de haberles amenazado con boicotear la constitución del grupo parlamentario el pasado julio –retirando la firma de sus tres diputados– para “chantajearles” y lograr doblegar la voluntad de la mayoría en el seno de la coalición. Los morados lo niegan categóricamente.

Durán fue nombrada vocal de la Mesa, en virtud del pacto suscrito con IU, pero desde Más País e Iniciativa del Pueblo Andaluz aseguran que “no participa de las reuniones de grupo de coordinación a las que le convoca su portavoz, no informa de las reuniones y acuerdos de la Mesa e intentó que se retirara el nombre de Esperanza Gómez como portavoz adjunta, sin tener potestad para ello”. Desde Podemos aseguran que su expulsión ha sido “una humillación”, que apenas han dejado que empezase el periodo de sesiones para “valorar su trabajo” como vocal, y que la estrategia de IU y Más País consiste en empujarles para que abandonen el grupo y cedan sus escaños.

La última reunión de la Mesa puso en evidencia todas estas discrepancias internas dentro de Por Andalucía, ante el “estupor” del resto de miembros (PP, PSOE y Vox). Los socialistas admiten haber recibido consultas del equipo de Nieto para saber qué se había debatido y decidido en este órgano, “pese a que tienen dentro a una de sus representantes”.

Según varias fuentes presentes, el presidente del Parlamento terminó desautorizando a Durán por todo aquel desbarajuste, y le indicó que la normativa interna de cada grupo debe contar con la firma de su portavoz, en este caso Inma Nieto, que manifiestamente estaba en contra. Las mismas fuentes relatan que Durán se disculpó con el presidente, aceptó “posponer” su propuesta y aseguró que ese hecho “no se volverá a repetir”. Cuatro días después, y tras muchas conversaciones encendidas durante el fin de semana, la mesa de coordinación de Por Andalucía volvió a reunirse, con ausencia de Podemos, y decidió sustituir a Durán por Gómez en la Mesa.

Ruido de fondo: Iglesias vs Yolanda Díaz

El ruido de fondo de todo este caos organizativo y político merece recuperar la foto fija que retrata el estado actual de Por Andalucía: la coalición de seis partidos de izquierdas se creó in extremis poco antes de las elecciones, y después de un forcejeo entre la dirección estatal de Podemos e IU con la mediación externa del entorno de Pablo Iglesias, por un lado, y de la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, por el otro.

Por Andalucía iba a ser la avanzadilla del proyecto político de Díaz –luego bautizado como Sumar–, que participó activamente en la campaña de Nieto con tres mítines multitudinarios. El resultado electoral fue desastroso: pasaron de 17 a cinco diputados, el mínimo para obtener grupo propio en el Parlamento, y vieron cómo parte de su caudal de votos se lo quedaba la nueva coalición regionalista de Adelante Andalucía, liderada por Teresa Rodríguez. El grupo Por Andalucía dejaba a la dirección de IU exhausta, con un agujero financiero importante, y una única representante en la Cámara (Nieto) frente a los tres de Podemos.

Los morados están convencidos de que la expulsión de Durán responde a una estrategia de IU para forzar su salida del grupo parlamentario. Su vocación, dicen, es permanecer unidos. Los comunistas también insisten en esto: “Necesitamos que cuando lleguen las generales estemos todos juntos”. Entre los miembros más minoritarios de la coalición, como Más País, Equo e Iniciativa, se barrunta que la ruptura final con Podemos “será inevitable” y que es mejor visibilizarla ahora que un mes antes de las generales, “porque la intención del equipo de Iglesias es dañar el proyecto de Yolanda Díaz o tomarla como rehén”, señalan.

Han pasado 30 días hábiles desde que se constituyó el Parlamento. Este miércoles, los cinco diputados en gresca de Por Andalucía se sentarán juntos por primera vez en su bancada en el primer pleno de este periodo de sesiones.

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