VÍDEOS | Aceite de cannabis y ejercicio para mitigar el dolor provocado por la fibromialgia

En 1993, se designó el 12 de mayo como el Día Internacional de Concienciación de las Enfermedades Neurológicas e Inmunológicas Crónicas, en conmemoración del nacimiento de Florence Nightingale, la enfermera inglesa que inspiró la fundación de la Cruz Roja. Nightingale contrajo una enfermedad paralizante en torno a los 35 años y pasó los últimos 50 años de su vida postrada en una cama. Esto no le impidió fundar la primera escuela de enfermería del mundo. Al año siguiente, la Organización Mundial de la Salud también reconoce esta fecha para subrayar las serias dificultades por las que pasan miles de enfermos de fibromialgia en todo el mundo.

Según datos de la Federación Andaluza de Fibromialgia, Síndrome de Fatiga Crónica y Sensibilidad Química Múltiple, se estima que 240.000 personas en Andalucía padecen fibromialgia, mayoritariamente mujeres. Esta enfermedad se caracteriza por dolor generalizado, crónico, constante y muy invalidante, fatiga extrema, insomnio, problemas de concentración y de memoria. 

Todavía hoy no existe un tratamiento para curar o cambiar la evolución de la enfermedad, solo para aliviar síntomas como el dolor y la fatiga. Es, por ejemplo, la investigación que desarrollan científicos del Grupo de Investigación de Plantas Medicinales de la Universidad de Sevilla con el cannabis como compuesto principal. Concretamente, estudian si el aceite obtenido de las semillas del cáñamo en su variedad textil podría servir para aliviar los síntomas debido a su rico contenido en omega 3 y omega 6.

Por su parte, investigadores de la Universidad de Granada y de la Universidad de Jaén han desarrollado un programa de ejercicio físico que reduce el dolor y mejora el estado de salud en mujeres diagnosticadas de fibromialgia hasta en un 20%. El entrenamiento combina ejercicios cardiorrespiratorios y de tonificación muscular en tres sesiones semanales en seco y en piscina. Pedro Latorre, investigador de la Universidad de Jaén, asegura que “las mujeres que participan en este estudio han mejorado, no solamente los parámetros dolorosos, sino también el estado de ánimo, la depresión y se sienten más ágiles”. La investigación continúa por otros caminos, y ahora están comprobando, por ejemplo, el efecto de la práctica del spinning en el deterioro cognitivo de estas personas con fibromialgia.