Cuando el ‘gluten-free’ no es una moda: la importancia de diagnosticar la celiaquía

La Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE) celebra todos los 27 de mayo el Día Nacional del Celiaco para aumentar la conciencia sobre esta enfermedad. Según diversos estudios, se estima que una de cada 100 personas padece intolerancia al gluten (de proteínas presentes en el trigo, avena, cebada y centeno) y que el 85% de los pacientes todavía no están diagnosticados. Las consecuencias de ser celiaco sin saberlo pueden ser muy variadas y peligrosas. Con el objetivo de llamar la atención sobre la importancia del diagnóstico precoz, FACE ha puesto en marcha una campaña titulada  “cuanto antes lo sepas, mejor”.

Los síntomas de celiaquía en los niños no solo son más difíciles de detectar sino que, además, suponen una limitación en su alimentación, especialmente a la hora de comer fuera de casa. En este sentido, investigadores de la Universidad de Granada han desarrollado una nueva técnica no invasiva que permite detectar si un niño es celíaco con una simple punción en el dedo.  En el estudio han participado casi 200 pequeños, de los que un 3% fueron casos positivos. El sistema empleado en este estudio no precisa de personal experimentado, es rápido y en el caso de la población infantil, es un método menos invasivo que la extracción sanguínea. Este nuevo dispositivo se ha empleado gracias a la colaboración del laboratorio Operon.

El único tratamiento eficaz para la celiaquía es una dieta sin gluten para toda la vida.  En estos casos, se recomienda consumir productos naturales ya que los manufacturados tienen un mayor riesgo de estar contaminados o contener trazas. Es el caso, por ejemplo, de los embutidos que suelen contener tanto gluten como lactosa. Los que están libres de esta proteína y también son aptos para personas veganas son los que fabrica la jerezana Elvira García en Charcuterra. Tras dos años experimentando con diferentes texturas, hoy día vende en toda España sus chorizos de almendra, butifarra de cacahuete, morcilla de pistacho o hamburguesa de calabaza. 

Otro nuevo método para detectar gluten en la dieta es el que han creado investigadores del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Universidad de Sevilla para ayudar a pacientes con celiaquía. Consiste en unas tiras inmunocromatográficas, similares a las de los test de embarazo, que cambian de color al detectar gluten en una muestra de heces del paciente. Así, en solo unos minutos, puede saberse si por error o descuido ha consumido gluten. La importancia del nuevo sistema radica en la rapidez, en su sencillez y en la mayor fiabilidad frente a las pruebas de sangre realizadas hasta ahora. Por todo ello ha despertado el interés de hospitales de Estados Unidos para su implantación y ha abierto las puertas de estos científicos andaluces a colaborar en su desarrollo con la Universidad de Harvard.

La Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE) celebra todos los 27 de mayo el Día Nacional del Celiaco para aumentar la conciencia sobre esta enfermedad. Según diversos estudios, se estima que una de cada 100 personas padece intolerancia al gluten (de proteínas presentes en el trigo, avena, cebada y centeno) y que el 85% de los pacientes todavía no están diagnosticados. Las consecuencias de ser celiaco sin saberlo pueden ser muy variadas y peligrosas. Con el objetivo de llamar la atención sobre la importancia del diagnóstico precoz, FACE ha puesto en marcha una campaña titulada  “cuanto antes lo sepas, mejor”.

Los síntomas de celiaquía en los niños no solo son más difíciles de detectar sino que, además, suponen una limitación en su alimentación, especialmente a la hora de comer fuera de casa. En este sentido, investigadores de la Universidad de Granada han desarrollado una nueva técnica no invasiva que permite detectar si un niño es celíaco con una simple punción en el dedo.  En el estudio han participado casi 200 pequeños, de los que un 3% fueron casos positivos. El sistema empleado en este estudio no precisa de personal experimentado, es rápido y en el caso de la población infantil, es un método menos invasivo que la extracción sanguínea. Este nuevo dispositivo se ha empleado gracias a la colaboración del laboratorio Operon.