Andalucía Opinión y blogs

Sobre este blog

VÍDEOS | La investigación como compromiso con el clima mundial

Historias de Luz

Lejos quedó aquello de pensar en el cambio climático en clave de futuro. El clima ya está cambiando, es una realidad. Un ejemplo son las olas de calor que esporádicamente nos visitan y que, además de revolucionar los medios con récords de temperaturas, no son más que la consecuencia de la actividad del ser humano. De las emisiones de gases de efecto invernadero, por ejemplo.

La Organización Meteorológica Mundial, por ejemplo, indica que el período 2011-2015 ha sido el más cálido jamás registrado. Y la tendencia irá en aumento si no se pone freno, que es de lo que intenta concienciar el Día Meteorológico Mundial, que se celebra cada 23 de marzo. La mejor manera de combatir el cambio climático es la concienciación ciudadana, bien a través de acciones cotidianas o bien a través de la investigación.

Es necesario actuar contra el cambio climático para alejarnos de conceptos como la desertificación, fenómeno por el cual las zonas fértiles pierden sus propiedades para el cultivo. Además de por la acción directa del hombre (sobreexplotación agraria), las variaciones del clima son también un factor influyente. Contra ello lucha Francisco Domingo Poveda, que investiga cómo evitar la desertificación en zonas semiáridas. Y cuyos trabajos buscan aportar a la sociedad herramientas para combatir el cambio climático.

En torno a la emisión de gases de efecto invernadero trabaja también David Yáñez, investigador que forma parte de la Alianza Mundial contra el Cambio Climático. Estudia cómo, a través de la ganadería, se puede mejorar la producción de ciertos alimentos y regular la emisión de gases a la atmósfera, especialmente el metano.

El CO2 es uno de los gases más frecuentes entre los causantes del efecto invernadero, por lo que evitar, o reducir, su emisión es crucial si hablamos de poner freno al calentamiento global. Y en ello trabajan dos investigaciones de la Universidad de Sevilla. Una de ellas permite transformar el CO2 en fuente de energía, mientras que la otra se trata de un método patentado con el que se evitan las emisiones de CO2 a través del sonido.

Una investigación de la Universidad de Jaén apuesta por disminuir la emisión de CO2 a la atmósfera. En su caso, con la producción de biodiésel a partir de aguas residuales urbanas y de almazara. ¿La materia prima para la transformación? Microalgas. Una alternativa a los combustibles fósiles sale también de la Universidad de Huelva. El sector del transporte es uno de los de mayor responsabilidad en la emisión de CO2, por lo que investigadores de la institución han ideado un sistema para reducir hasta un 50 % el consumo de combutible fósil de los camiones frigoríficos. El sistema permite producir el frío necesario mediante hidrógenos y energía solar prescindiendo así del tradicional generador de diésel.

El clima está cambiando. Y el ser humano es el principal culpable, pero está en su mano ser también quien ponga freno a ello. Y la investigación es buen ejemplo del compromiso necesario.

Lejos quedó aquello de pensar en el cambio climático en clave de futuro. El clima ya está cambiando, es una realidad. Un ejemplo son las olas de calor que esporádicamente nos visitan y que, además de revolucionar los medios con récords de temperaturas, no son más que la consecuencia de la actividad del ser humano. De las emisiones de gases de efecto invernadero, por ejemplo.

La Organización Meteorológica Mundial, por ejemplo, indica que el período 2011-2015 ha sido el más cálido jamás registrado. Y la tendencia irá en aumento si no se pone freno, que es de lo que intenta concienciar el Día Meteorológico Mundial, que se celebra cada 23 de marzo. La mejor manera de combatir el cambio climático es la concienciación ciudadana, bien a través de acciones cotidianas o bien a través de la investigación.