La matanza franquista de 'los cien de Almonte': el asesinato de Frasquita la Charamusca y 99 hombres
Manuel se acerca con un papel en la mano. Lo entrega al periodista, como carta de presentación. Tiene un título: Matarifes Almonte. Porque es un listado “con los asesinos de mi pueblo”, dice. Alguno de esos nombres mató a su padre, Antonio, asesinado en septiembre del 36. Su hijo, 83 años después, sigue buscando sus huesos y denunciando a quienes lo ejecutaron. 83 años después, la matanza franquista de 'los cien de Almonte' sigue viva.
Las víctimas del franquismo en esta comarca de Huelva lindante con el Parque Nacional de Doñana ni siquiera han tenido la oportunidad de buscar las fosas donde yacen sus familiares. Hasta ahora. Tras décadas de espera, la tierra ha comenzado a dar respuestas sobre los posibles paraderos de quienes hoy, todavía, siguen siendo desaparecidos.
Las tareas de localización corresponden a un proyecto arqueológico financiado por el Ministerio de Justicia. Como otras en suelo andaluz, caso de Nerva, también en la provincia onubense, o Utrera (Sevilla). La comunidad es la más castigada por la violencia golpista, con al menos 45.566 víctimas en 708 fosas comunes.
Unas cifras globales que superan a la violencia de Estado en Argentina y Chile, juntas. Pero la Junta de Andalucía, mientras, cumple un primer año de Gobierno de PP y Ciudadanos, sostenido por la extrema derecha de Vox, sin aprobar la exhumación de ni una nueva tumba ilegal de la guerra civil o la dictadura de Francisco Franco.
“A mi padre lo matan por ser de izquierdas”
“Llegaron cuatro golfos asesinos y se lo llevaron por ser de izquierdas, y ya está, por querer la democracia”, arranca Manuel Rodríguez Castilla. Tiene “89 años bien cumplidos”, remarca, y sigue buscando a su padre, Antonio Rodríguez Soltero. “Y tenían tan pocos cojones que los mataban amarrados”, denuncia.
Manuel está sentado en una acera del cementerio de Hinojos. Por ahí dicen los testimonios orales que estaría enterrado su padre y una parte de los cien vecinos que el fascismo mató en Almonte, incluida una mujer, conocida como Francisca la Charamusca.
Las máquinas han descartado unas primeras posibles ubicaciones. Queda seguir trabajando documentación y testimonios, en una tarea asumida por un equipo científico encabezado por la arqueóloga Elena Vera.
El mundo de la Memoria Histórica espera que el nuevo Gobierno de coalición PSOE–Unidas Podemos dé un impulso a las exhumaciones de fosas del franquismo. Empezando por las propias familias de represaliados, motor y soporte del reclamo por el cumplimiento de los Derechos Humanos de las víctimas del franquismo.
Del otro lado del relato están las páginas casi en blanco que vienen sumando las derechas en Andalucía. Sin nuevas fosas aprobadas, más allá de las intervenidas este año que provienen de la legislatura anterior, como la del terror en Villaverde o la del Cojillo y las financiadas por el Estado, caso de la tumba que ejemplifica los asesinatos de madres “por sustitución”.
O como el convenio a tres de Pico Reja en Sevilla, junto a la Diputación y adjudicado ya por el Ayuntamiento, y el inicio del Plan de Memoria 2020 sin aclarar cuánto ha gastado del presupuesto 2019.
Y, mientras, una parte de los más de 100.000 desaparecidos ya nunca podrán ser localizados. Como certificó el informe encargado por la Dirección General de Memoria Histórica del Ministerio de Justicia, al que tuvo acceso eldiario.es. El tiempo sigue corriendo contra las víctimas del franquismo.
Un listado de los asesinos
“Es lo que hacían, matar y robar”, continúa Manuel. Y “estos son los asesinos”, reafirma señalando un listado con más de medio centenar de nombres, apellidos y apodos como el Caballero, el Tuerto, el Espartero o el Cojo Pataslargas. Todos de Almonte, “donde mismo vivo hoy”, apunta el hijo de Antonio.
“Hemos convivido toda la vida con quienes mataron a nuestros padres”. Porque eran “voluntarios matando gente” que nunca “han dicho nada en un juzgado”, sostiene con firmeza. “Ya han pasado 83 años, ¿no voy a poder decir yo quiénes eran?”, plantea.
La madre de Manuel, Isabel Castilla, quedó viuda en una madrugada a inicios de septiembre de 1936. “La dejan sola con un montón de criaturas”. En su casa, aquel niño ya solo oiría “nada más que suspiros”. Porque la represión fascista contra ellas tenía una saña especial. Los golpistas, en Almonte, mataron a 99 hombres y una mujer.
“Me llamo Mercedes Isabel Gómez Cabrera y soy familia de Francisca Cabrera Rodríguez, alias Frasquita la Charamusca”. Ella es la única mujer asesinada entre 'los cien de Almonte'. No estaba casada, no tenía hijos, no militaba en partidos o sindicatos. A la Charamusca “la matan como venganza a la familia”.
El “impactante” documental ‘Rocío’
Tras seis días detenida “la suben a un maldito carro, ya purgada y pelada”, camino al cementerio de Hinojos. “También nos dijeron que fue violada”, añade Mercedes. “Sufrió bastantes humillaciones”. Ahora su familia busca “que aparezcan y darles digna sepultura”.
Hacer Memoria. Como intentó en los años 80 el documental ‘Rocío’ de Fernando Ruiz Vergara. Una cinta “que fue bastante impactante para muchísima gente” porque un anciano aporta los nombres de algunos asesinos. “La persona mayor que sale es mi tío, Pedro la Cana”, confirma Mercedes Gómez. La película, censurada en plena democracia, sigue en la misma situación oficial y su autor acabó exiliado en Portugal, donde falleció. “Fue todo contra Fernando”, dice.
Porque España sigue remando contra la desmemoria. Y en esta zona de Huelva, acariciada por las brumas selváticas de la amenazada Doñana y las travesías marismeñas de las romerías rocieras, el olvido y la impunidad no son menos que en otros sitios.
Porque todo episodio tiene su rastro en el recuerdo, en las páginas pasadas. Y la matanza de 'los cien de Almonte' tiene germen y explicación en un caso ocurrido pocos años antes, como cuenta el libro Contra la República. Los “sucesos de Almonte” de 1932. Laicismo, integrismo católico y reforma agraria (Aconcagua Libros), de Francisco Espinosa Maestre. Dicen que fue un motín popular. “Es posible que muchos de los que gritaban '¡Viva la Virgen del Rocío!' en lo que en realidad estuviesen pensando es en '¡Muera la República!', como firma el historiador.
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