VÍDEO | El octavo incendio en dos años en un asentamiento de Lepe deja sin nada a 200 inmigrantes

Otra vez el mismo asentamiento, y otra vez en cuestión de minutos. Es la octava ocasión en dos años que un incendio afecta al asentamiento de inmigrantes que se encuentra en las inmediaciones del cementerio de Lepe (Huelva), una inmensa ciudad de cartón y plásticos en los que en la temporada alta de la agricultura de la zona llegan a vivir unas 800 personas. Sólo en ese asentamiento vive más gente que en más de una decena de pueblos de la provincia. Este martes se volvió a rozar la tragedia, aunque la casualidad quiso que las llamas se iniciasen poco antes de las 12:30, cuando sus habitantes se encontraban trabajando.

A esa hora se comenzaba a divisar una densa nube de humo negro tras el cementerio de Lepe. La experiencia en estos casos es clara, y la primera llamada al 112 ya avisaba directamente de incendio en el mismo asentamiento de inmigrantes.

Un siniestro en el que se calcula que unas 200 personas se han quedado si su “vivienda”. A falta del recuento final han sido unas 130 las chabolas arrasadas, después de que una racha de viento llevase una chispa provocada en una de las chabolas campamento abajo: “Ha sido un infierno que en menos de cinco minutos ya había arrasado todo”, explica a eldiario.es/andalucia uno de los miembros de Protección Civil que ha estado allí desde el minuto uno.

Y pudo ser peor. Los alumnos del instituto El Sur tuvieron que ser desalojados del centro ante la cercanía del incendio. Unos 900 alumnos se tuvieron que marchar a casa improvisando un plan de emergencia, porque el protocolo del centro exige que para evacuar se lleve a cabo la concentración de alumnado en el patio del centro. Hoy era imposible por la gran cantidad de humo que llegaba al instituto, así que se optó por salir directamente al polígono industrial limítrofe con el centro educativo y esperar ahí a los padres.

Dispositivo de Infoca como ayuda extra

Mientras los alumnos eran evacuados, efectivos del Plan Infoca trabajaban junto a bomberos del Consorcio Contra Incendios de Huelva en las labores de extinción, donde hubo que aumentar los medios enviados inicialmente. Han trabajado 16 bomberos forestales, con 2 autobombas, lo que completaba el dispositivo del consorcio onubense, que tenía trabajando en el siniestro a ocho bomberos con unidades de los parques de Ayamonte y Punta Umbría.

Además de en las labores de extinción, los efectivos trabajaron en desalojar de bombonas y elementos que podían provocar nuevos fuegos todo el campamento. Se escucharon varias explosiones durante las labores de extinción por mor de las bombonas que no pudieron ser sacadas a tiempo.

No obstante, la preocupación eran las personas que no hubiesen podido salir por sus propios medios del campamento, ya que voluntarios que trabajan con los inmigrantes a diario conocen casos de algunos de ellos que están enfermos y no se pueden mover por sus propios medios. Finalmente, todos salieron a tiempo.

Junto a los bomberos y Protección Civil han trabajado en la zona agentes de Policía Local, Guardia Civil y servicios sanitarios, bajo una densa columna de humo que era visible desde casi toda la costa occidental onubense.

Las labores de extinción se han completado con las de control del tráfico en la zona, ya que el fuego estaba en una zona limítrofe a la carretera nacional 431, que atraviesa el municipio por su zona este. El “efecto mirón” ha hecho que el atasco en Lepe fuese importante en algunos momentos.

Primeros movimientos solidarios

Mientras tanto, y a esto ya están acostumbrados los vecinos de Lepe, se iniciaban los trabajos paralelos, esta vez en las redes sociales. Los vecinos comenzaron a intercambiarse mensajes sobre la forma de ayudar a la gente que se ha quedado sin nada, siguiendo un protocolo no escrito que en la localidad se sigue siempre que pasa algo con estas personas.

A los habituales ofrecimientos de ropa y comida se unieron incluso los de algunos vecinos que ofrecieron sus casas. El Ayuntamiento, por su parte, puso en marcha su propio plan de emergencia para asistir a los damnificados en todo lo posible, poniendo a su alcance los medios municipales incluidos en sus planes de emergencia social.

También había mensajes repudiando a estas personas e incluso acusándoles de ser negligentes con el poco suelo que ocupan, y de ser los futuribles culpables de una desgracia que pueda afectar a los leperos autóctonos, aunque estos eran los menos.