Desde la tarde del pasado sábado, un onubense está peleando legalmente para intentar que cuatro hermanos de dos padres distintos no se separen. Con un matiz: él es el padre de tres de ellos. Son los cuatro niños de entre 5 y 13 años de edad que el sábado se quedaron huérfanos de madre tras morir esta, supuestamente, de forma voluntaria mediante ingestión de medicamentos junto a su pareja, que no era el padre de ninguno de los cuatro menores.
Cuando los cadáveres fueron descubiertos, de forma paralela al inicio de la labor de los forenses, comenzaba la de atender a estos niños, y el primero que dio el paso fue su padre, aunque el cuarto menor no quedó en desamparo, y los cuatro duermen bajo el mismo techo desde entonces.
No es un panorama aparentemente fácil. Por eso, cuando recibe la llamada de la prensa, se muestra muy cauteloso, y pide que los focos mediáticos se aparten de él, y, sobre todo, de los menores.
Desde el sábado es relativamente fácil ver en internet, ya sea en medios de comunicación o en perfiles personales más o menos profesionales, las fotos de los dos fallecidos. Y esa es una de las peleas que este hombre quiere ganar, con el fin de que los niños no abran una red social y se encuentren con la cara de su madre, con detalles sobre las causas de la muerte o explicaciones más o menos documentadas sobre el desamparo que sufrieron en los casi cinco días que estuvieron en la misma casa que los dos cadáveres, sin darse cuenta de que su madre no dormía por culpa de la dosis normal de tranquilizantes que tomaba, sino que había fallecido por una sobredosis de los mismos.
“Se puede hacer mucho daño a unos inocentes”
Por eso, ha pedido que se extreme la prudencia a la hora de tratar un asunto que “puede hacer mucho daño a unos niños que son inocentes de todo lo que ha pasado en torno a ellos”. Lo dice tanto fuera de grabación como a través de un portavoz que cuida de que nada perjudique a los niños, seguro de que puede sacar adelante a los cuatro. Y esa es su pretensión principal: que los niños no se separen.
“Hay que evitarles todo el sufrimiento posible”, recalca, volviendo a poner el acento en que quiere ser prudente al máximo en este asunto, y sin aclarar las gestiones que está haciendo para intentar mantener la custodia unida de los menores, aclarando que todo lo que ha hecho desde que el mismo sábado conoció los hechos lo ha hecho por el bien de los niños. En este punto vuelve al argumento inicial: “Que se tenga en cuenta el dolor y el sufrimiento que este tema nos está produciendo, pero sobre todo el que produce a unos niños”.
No quiere incidir más en el tema, ni parece guardar rencor en sus palabras, sino que prefiere mirar hacia adelante y garantizar el cuidado de los niños. En la imagen de su teléfono móvil, por cierto, está él junto a los cuatro niños. Hasta ahora no se ha hecho público quién es el padre del mayor. Si él lo sabe o no parece que, incluso para él, es lo menos importante.
La Junta no vio indicios de problemas
Mientras tanto, en la jornada de ayer se supo que el equipo de tratamiento familiar que atendía en Huelva a los menores y a su madre no determinó que “hubiera que actuar de manera urgente con esta familia”, como desveló el delegado territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta en Huelva, Rafael López, quien aseguró que los cuatro menores estuvieron atendidos mientras vivían en Huelva capital por el Sistema de Protección de Menores.
Ha explicado que la familia estaba acudiendo a los servicios sociales por “una serie de problemas que venían teniendo” y a raíz de que lo solicitara la madre, para añadir que se prestó “el apoyo que necesitaba desde el punto de visto técnico por parte del equipo de tratamiento familiar y los servicios sociales comunitarios también; esa atención y protección se les ha dado”. Asimismo, añadió que los niños, durante su estancia en Huelva estaban escolarizados y asistidos, y que en base a los indicadores analizados por el equipo de tratamiento familiar sus miembros “no determinaron que hubiera que actuar de manera urgente”.
Respecto a lo que a partir de ahora va a suceder con ellos, dijo que “hay que tener en cuenta que tomar una decisión de una retirada a los niños de los padres es una decisión última, que no se puede hacer de una manera precipitada y hay que tener siempre el bien o el interés del menor como objetivo fundamental y prioritario”.
Por ello, ha informado que el Servicio de Menores en prevención y protección de la Junta ya se ha puesto en contacto con el padre, y a los niños se les está dando “el apoyo psicológico y social que requieren”.
“Nosotros vamos a actuar en breve en función del beneficio del menor y se adoptarán medidas en el seno de la familia y por beneficio de los niños”, apuntó, remarcando que “son cosas que dada la complejidad y sensibilidad social que tienen no podemos hacer públicas”.