No tienen religión conocida en muchos casos, algunos no han dicho nunca cuál es su país o su edad, pero todos coinciden en algo: viven entre cartones y plásticos en asentamientos en varios puntos de la provincia, con los terrenos en torno al cementerio de la localidad de Lepe como uno de sus mayores exponentes. Para ellos también es Navidad, aunque no tengan nada, aparentemente, que les motivo a celebrarlo.
Hace ya más de cinco años que decenas de personas de distintos países, africanos en su mayoría, viven en chabolas de cartón y plástico en ese asentamiento. A pesar de que en 2014 se alcanzó un acuerdo entre administraciones para erradicar los asentamientos antes de 2020, estos no han dejado de crecer. Y este es casi una ciudad.
ONGs como Cáritas y organizaciones como Cruz Roja se han propuesto, al menos, intentar solucionar el día a día de las personas que viven en los campamentos, y en Navidad hay un ejemplo muy concreto, el del empresario Patrocinio Mora, que hace una década se empeña en que sus cenas de Nochebuena y Npchevieja tengan un punto especial.
Este sábado ha vuelto dar la cena de Nochebuena gratis a los inmigrantes que viven en asentamientos chabolistas en la localidad, cumpliendo una costumbre que inició en Navidad de 2007. Ayudado por familiares y voluntarios, Mora ha iniciado a las 15:00 horas el recorrido en los campamentos que se encuentran situados en la salida de Lepe hacia la vecina Ayamonte, donde ha repartido las primeras cenas, para luego iniciar el reparto de hasta 350 cenas en los distintos asentamientos.
“En los campamentos hay de todo”
Los campamentos que ha recorrido como cada Nochebuena son tan diversos como la vida misma. “Hay gente que, en algunos casos, trabaja, otros no tienen nada, otros guardan lo poco que tienen para enviar a sus familias, y todos tienen una historia que hacen que merezca la pena ayudarles”, ha explicado Mora mientras repartía sus cenas de Navidad, que como cada año han tenido en consideración las creencias religiosas de los participantes para elaborar un menú sin platos derivados del cerdo, para que el credo de cada uno no impida beneficiarse de su labor solidaria.
Así, los inmigrantes han cenado esta Nochebuena un plato principal de atún con menestra de verduras, acompañado de pan y leche, con el pollo asado como añadido en algunos de los menús.Todo ello se ha preparado en su local de la playa de La Antilla desde primera hora de la mañana del sábado, y el reparto se ha acelerado para que estuviese terminado antes de anochecer, ya que muchos de los asentamientos están alejados de zonas habitadas e iluminadas.
Las acciones solidarias de este empresario onubense le han valido al empresario varios reconocimientos en los últimos años, como la Medalla al Mérito al Trabajo del Gobierno central, e incluso protagonizar una campaña publicitaria navideña de Coca-Cola en años pasados.
Casi 1.800 personas en “temporada alta”
Los datos son más que llamativos. Casi 1.800 temporeros agrícolas conviven en la actualidad en asentamientos chabolistas repartidos por toda la provincia onubense, un número que se duplica desde el mes de enero, cuando la recolección de la fresa empieza su punto álgido.
Como en años anteriores, el pico más alto se registra en marzo y, según las previsiones, se mantendrá hasta el mes de junio, meses en los que se intensifica la recolección de las distintas campañas agrícolas de la provincia. De hecho, el mes de marzo del pasado año superó las 2.600 personas en los asentamientos de inmigrantes. La cifra no desciende, y no parece que tenga intención de hacerlo.