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La imposición de la medalla de la ciudad a la virgen de las Angustias ¿Una falta de respeto?

El 7 de octubre de 2013, y a través de una iniciativa de su equipo municipal de gobierno (del PP), la localidad almeriense de Roquetas de Mar nombró a la Virgen del Rosario, patrona de allí desde 1797, Alcaldesa Perpetua de la ciudad. “Es la imagen a la que la gran mayoría de los ciudadanos de nuestra localidad acuden precisamente en los momentos más difíciles, por lo que esta localidad le debe rendir el homenaje que merece”, declaró el alcalde, Gabriel Amat, según recogieron varios medios digitales. La imagen no rehusó el bastón de mando ni la medalla conmemorativa.

En el ABC del pasado 1 de septiembre, el periodista F. García Baquero transcribía las siguientes palabras del subdelegado del Gobierno en Córdoba, Juan José Primo Jurado, pronunciadas en su Pregón a la Alcaldesa Perpetua de dicha ciudad –la Virgen del Socorro en este caso–: “He cantado a este Relicario de Córdoba. […] Te he cantado a ti, Virgen del Socorro, como Reina de la Corredera. Y me he puesto a tus plantas, Madre Mía del Socorro, como mensajero de las necesidades de cuantos te aman.Y me he puesto a tus plantas, Madre Mía del Socorrocomo mensajero de las necesidades de cuantos te aman […] Con toda mi humildad y mi fe, Virgen del Socorro, te pido que ayudes a Córdoba y a España entera, […] a quienes sufren el drama del paro, e ilumina a los gobernantes para que acierten con las medidas…”. ilumina a los gobernantesSegún el periodista, Primo Jurado matizó que no es “incompatible” el servicio a un Estado aconfesional con la fe religiosa, porque –razonó el servidor del Estado aconfesional– “la Iglesia aporta al Estado lo mejor que tiene: su amor y su esperanza”.

Estas anécdotas –dos, pero podrían ser más– tienen por objetivo contextualizar en lo posible el solemne acto desarrollado el pasado domingo en Granada, cuando su alcalde, señor José Torres Hurtado, impuso la medalla de oro de la ciudad a la Virgen de las Angustias, en la basílica homónima. Allí, ante la presencia de todas las fuerzas vivas (representantes del Ejército, la Policía, UPyD, PSOE…) y las metafísicas, Torres Hurtado dijo, [en un acto con entrada vetada a los reporteros gráficos, excepto a la televisión del Ayuntamiento]: “Hemos hecho algo que teníamos que hacer y he tenido la suerte de que no se haya hecho antes para hacerlo yo”. Y como alcalde suyo que es rogó a la virgen “que nos ayude, que nos ilumine para que consigamos que todos los problemas de nuestra Granada, y de todo el mundo, se vayan solucionando con su amparo y que nos dé fuerzas para hacer las cosas bien”. “Creo que no hay ni un solo granadino que no diga: a mi virgen no me la toques, ésa es mi virgen”, “Creo que no hay ni un solo granadino que no diga: a mi virgen no me la toques, ésa es mi virgen”,se le oyó decir; porque en lo que a esta devoción se refiere “ni hay colores ni hay clases sociales ni hay nada”. No en vano es también, la virgen, Capitán General desde que así lo dictaminasen las autoridades franquistas en junio de 1955. [No es tan raro: también hay una Virgen en Costa Rica, la de los Ángeles, nombrada recientemente Comandante de la policía aérea].

“Rancio confesionalismo”

Pero en Granada parece haber personas y asociaciones que, aun sin intención alguna de tocar a la virgen, no comparten la misma devoción. La asociación Granada Laica (perteneciente a la red Europa Laica), emitió esta semana un comunicado afirmando que el acto del pasado domingo “atenta contra la aconfesionalidad que se exige a todas las instancias de la Administración pública, y es una inaceptable falta de respeto a la libertad de conciencia de los granadinos”. “Consideramos –continúa el texto– que el discurso integrista y esperpéntico del alcalde, en el que excluye a los granadinos que no comulguen con la adoración de la Virgen, exige una disculpa pública”. Toda una “exhibición de rancio e inadmisible confesionalismo”, denuncian, con banda municipal incluida, que olvidó el principio constitucional de que los entes públicos “se deben a todos los ciudadanos, no sólo a los que comparten determinadas creencias”. La asociación incidía asimismo en la “poca credibilidad” que cobran los discursos laicistas de PSOE y UPyD al acudir o incluso auspiciar este tipo de ceremonias.

¿Atentan contra la aconfesionalidad del Estado estos eventos? En el artículo 16 de la Constitución española, apartado 3, puede leerse: “Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia católica y las demás confesiones”.y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación

El problema, quizás, radique en la expresión las consiguientes relaciones: Manuel Navarro Lamolda, coordinador de Andalucía Laica, entiende que esa cooperación “se refiere, o debería referirse, a ayudas, subvenciones y demáscooperación, en todo caso; no a participar activamente en actos religiosos o a que los entes religiosos tengan honores públicos” –declaró a eldiario.es/Andalucía–. No se trata, asegura, de atacar gratuitamente a la Iglesia: “La Iglesia puede otorgar los honores que quiera a sus imágenes”; pero un Ayuntamiento, Diputación, etc., “no”. “Una cosa es asistir a este tipo de actos como persona particular, y otra muy distinta hacerlo como representante público activo”.

“En el caso de la Junta”, asevera, “llevamos pidiendo una reunión desde que se formó el nuevo gobierno de Susana Díaz, pero no parece que haya mucha disposición” a legislar sobre el tema de momento: “Hay muchas cuestiones que afectan a la Educación, la Justicia, la Salud… Quisiéramos que hubiera una política global de la Junta respecto a la laicidad de las instituciones”. Porque Navarro cree que existe “otra perversión: el intento de aprovechamiento de lo religioso por los políticos”. Algo que tampoco gusta, dice, a muchos cristianos de base: “Igual que denunciamos el proselitismo y las intromisiones en la vida pública de la Iglesia”, señala, “también creemos que el poder político hace uso y se aprovecha” del tirón electoral de los fieles. Sólo en Granada, calcula Navarro, se dan “más de cien procesiones” anuales, cuyo coste público en dispositivos ad hoc puede resultar “enorme” en comparación a lo que se invierte en otros servicios como el mantenimiento de las calles o la recogida de basuras. [En Canal Sur, asegura el coordinador de la red, existe un contrato-programa, aprobado el pasado año y puesto ahora en marcha, que destina 800.000 euros del presupuesto de la cadena al mantenimiento y cobertura de programas religiosos (la retransmisión de misas, por ejemplo.)]

Este periódico intentó ponerse en contacto con el alcalde de Granada para recabar su opinión ante estas reacciones, pero no fue posible. Sí recibió, a cambio, un mensaje del concejal de Cultura y presidente de la comisión de Honores y Distinciones del Ayuntamiento, Juan García Montero, según el cual el equipo de gobierno “lamenta si alguien se sintió ofendido” con la condecoración, pero ratifican –el concejal quiso insistir en este punto– su “orgullo por haber entregado la medalla de oro de la ciudad a nuestra patrona”.