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15.000 inmigrantes trataron de atravesar la frontera sur de Europa en 2012, 6.000 más que el año anterior

Europa entera analiza desde hace años las causas y las consecuencias de la crisis económica. Sus gobernantes organizan cumbres internacionales, estudian posibles soluciones y adoptan multitud de medidas, generalmente impopulares. La ciudadanía clama frecuentemente en las calles porque ya no cree en el sistema o porque entiende que se le están arrebatando derechos que había adquirido durante las últimas décadas. Mientras, al sur, al otro lado del Estrecho, son miles las personas que intentan llegar como sea al Viejo Continente a través de su frontera meridional. Y cada año, más. Seguramente inconscientes de lo que les espera tras una arriesgada travesía, los datos encierran tal paradoja. Lo que unos no quieren, los otros lo anhelan. Los números de 2012 impresionan: unos 6.000 inmigrantes más que el año anterior (14.944 en 2012, 8.867 en 2011) fueron interceptados por España, Marruecos y Argelia, incluidos los detenidos saltando las vallas de Ceuta y Melilla, cuando intentaban entrar clandestinamente en Europa. La crisis del mundo occidental sigue sin ser impedimento ni obstáculo para que miles de subsaharianos, magrebíes o argelinos continúen tratando de cruzar al sueño europeo por la Península Ibérica, el Levante, Baleares o Canarias. “Pese a todo, ¿qué futuro tienen allí?”, señala Rafael Lara, coordinador del informe ‘Derechos Humanos en la Frontera Sur’ que elabora anualmente la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA).

De esta cifra total, casi la mitad de los inmigrantes (6.992) logró atravesar los límites fronterizos y entrar en España, si bien luego fueron detenidos. Este dato se mantiene en niveles similares a los del año anterior, tan sólo 150 personas más que durante el año 2011 (6.855). El perfil: hombre (en el 87% de los casos) y subsahariano (56%) que trata de entrar en el país mediante patera o neumática (69%). Destaca un incremento de las personas de origen argelino (un 20%del total respecto al 10% del año anterior), que ha entrado tanto en Ceuta como sobre todo en Melilla, o se han dirigido a las costas de Almería y Levante, según se desprende del informe de APDHA presentado en Sevilla.

Las cifras son claras, pero las perspectivas son “muy inciertas”, lamenta Lara: “Los gobiernos gastan millones de euros cada año en una política migratoria que tiene una utilidad muy relativa y sí unas consecuencias terribles”. “El control de fronteras está abocado al fracaso”, apunta el coordinador del informe, que indica que en los Presupuestos Generales del Estado de 2013 se contempla una “importante partida de 50 millones para hacer frente a la llegada de inmigrantes irregulares”. “La política del Estado y el enroque inexplicable de las políticas migratorias de cierre a cal y canto tienen la principal responsabilidad en todo este sufrimiento y estas muertes”, relata Lara en el informe, donde añade que “en toda la 'Europa Fortaleza' se reproduce un drama de dimensiones que resulta difícil entender cómo es tolerado por nuestra ciudadanía”.

Por tercer año consecutivo ha vuelto a aumentar el número de personas muertas o desaparecidas cuando intentaban llegar a España, pasando de los 138 muertos o desaparecidos en 2010, a 198 en 2011, alcanzando los 225 en 2012, según sólo los datos de seguimiento que desde la APDHA se han podido contrastar.

El volumen global de personas que intentan entrar en España por Andalucía ha sido muy similar entre 2011 y 2012, pero se incrementa notablemente la llegada de inmigrantes a la provincia de Cádiz, mientras que desciende de forma ostensible la llegada a la provincia de Granada. El motivo para el “cambio de ruta”, según Lara, bien podría ser el intento de los inmigrantes de “sortear las mafias” que cobran “precios desorbitados” por subirse a “balsas hinchables, casi de juguete”. Sorprende que no haya habido más víctimas (“o es que quizás no ha llegado a nuestro conocimiento”), señala el informe.

En Canarias, aunque la Asociación marroquí GADEM estima que no es descartable que se reactive la ruta hacia las islas dado el progresivo control y cierre en el norte, la cifra de llegadas según la APDHA ha descendido respecto a 2011 (de 367 a 214). Según el informe, una nueva ruta, aprovechando resquicios en los sistemas de control, ha sido durante 2012 el intento de llegar a España a través del paso intermedio de islotes y peñones bajo soberanía española (Alhucemas, Vélez de la Gomera y Chafarinas). 238 personas accedieron a estos territorios en 2012, incluyendo las personas que accedieron a la Isla de Tierra, que analiza en un apartado específico el informe. Salvando estos últimos, la mayoría fueron derivados al Centro de Internamiento de Inmigrantes (CETI) de Melilla.

“Tras años de inversiones millonarias en tecnología y represión, los niveles de los flujos migratorios se mantienen similares a los de los años 2000-2005. Eso sí, en el camino miles de personas han visto truncadas sus esperanzas y han perdido la vida”, destaca la APDHA, que pone de relieve que la llegada de inmigrantes a España no es sino “una mirada parcial de un drama mucho mayor”.

APDHA también aborda la política de asilo de la Unión Europea, analizada en el informe por Catherine Teule, vicepresidenta de la Asociación Europea de Derechos Humanos. Un ejemplo de esta política ante el asilo la aporta Alice Pecoraro, basándose en un centro de Italia. Del mismo modo, la situación en la frontera griega ha sido analizada por Katerina Sergi y Georgia Arapidou, de la Liga Helénica de Derechos Humanos.