Seis partidos políticos de izquierdas han sellado este lunes un preacuerdo para concurrir juntos a las próximas elecciones en Andalucía bajo una candidatura única que aún no tiene nombre ni candidato. Es el punto de partida de un camino incierto: la última vez que las izquierdas se unieron, hace tres años, acabaron en una guerra civil con expulsiones y acusaciones de “transfuguismo”.
Esta vez, la nueva confluencia suma a IU, Podemos, Más País, Verdes Equo y otras dos formaciones menores, la andalucista Iniciativa del Pueblo Andaluz y la ecologista Alianza Verde, de Juan López Uralde. Juntos acaparan el 85% del tablero político andaluz a la izquierda del PSOE, aunque sólo las dos primeras han tenido representación parlamentaria.
Un séptimo partido -Andalucía por Sí (AxSí)- también prevé sumarse al pacto en 48 horas, tras consultarlo con su ejecutiva. Queda fuera, por autodescarte, la otra coalición progresista y andalucista, Adelante Andalucía, que encabeza la líder de Anticapitalistas, Teresa Rodríguez.
El encuentro, auspiciado por los mediadores Sebastián Martín Recio y Francisco Sierra, arrancó a las 10.30 horas de la mañana y se prolongó hasta las 13.30 de la tarde. “Representantes de IU, Podemos, Más País Andalucía, Partido Comunista de Andalucía, Verdes Equo e Iniciativa del Pueblo Andaluz han acordado poner en marcha un proceso programático conjunto, crear equipos técnicos para seguir avanzando en el proceso de colaboración y trabajar por candidaturas con liderazgos sociales fruto del consenso”, reza el comunicado difundido esta tarde.
Todos los representantes han estado de acuerdo en que esa “unidad de acción o proceso de confluencia debe ser abierto, amplio y democrático, netamente andaluz, para establecer un horizonte de esperanza y una propuesta política ilusionante y de Gobierno para la sociedad andaluza”. La próxima semana está prevista una nueva reunión en la que los dirigentes políticos harán un llamamiento a otros actores sociales para que se sumen a los trabajos de confluencia.
Distintos ritmos
El pacto no es definitivo, de hecho, cada formación tiene su propia interpretación sobre los “avances” alcanzados este lunes: IU y Podemos son los que más exultantes han salido, Más País y los andalucistas matizan que aún “no hay nada cerrado”. “Lo acordado hoy es un mínimo para seguir dialogando, pero somos conscientes de que falta bastante para la confluencia”, explican fuentes de Más País Andalucía.
La marca de Íñigo Errejón en Andalucía tiene un ritmo distinto a Madrid, sujeta ésta última a condicionantes que ralentizan el proceso y que tienen que ver con la plataforma que pretende construir la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Con todo, lo que consigue este acuerdo en Andalucía es lo más próximo al “frente amplio” que abandera Yolanda Díaz, cuando esboza un proyecto político participativo que cuente con colectivos de la sociedad civil, los agentes sociales y profesionales independientes de reconocido prestigio.
La vicepresidenta del Gobierno no forma parte de esta entente andaluza de izquierdas y aún es una incógnita cuánto se implicará en las próximas elecciones autonómicas. En su primera y única visita a Andalucía, el pasado 3 de marzo en Sevilla, ya adelantó que su proyecto estaba en construcción y que “no iba a llegar a tiempo” para las andaluzas.
Sin embargo, miembros del equipo de la vicepresidenta han mantenido reuniones con dirigentes regionales de IU y de Podemos, principalmente, para supervisar de lejos -“no tutelar”- los avances de la confluencia, “y que no se quedase en una simple suma de siglas de partidos, sino que avanzase en la alianza con la sociedad civil andaluza”. El alto grado de unidad alcanzado por las siete formaciones de izquierdas en la reunión de este lunes era “una condición previa” de la ministra para “participar de forma activa” en la próxima campaña electoral, y no de manera “residual o testimonial”, como lo hizo con los mítines de Podemos en Castilla y León, explican fuentes próximas a la negociación.
Casa Sáhara, un desmarque del PSOE
El encuentro de este lunes ha tenido lugar en la Casa Sáhara, ubicada en el centro de Sevilla, un espacio “simbólico y con claras connotaciones políticas” para todas las formaciones de izquierdas, muy críticas con el volantazo de Pedro Sánchez en la posición de España respecto al conflicto del Sáhara. El compromiso de todos ellos con el pueblo saharui y su denuncia a las políticas de “opresión” de Marruecos subraya, desde su origen, una identidad propia distante del PSOE, socio de Gobierno de Unidas Podemos, y único aliado posible en Andalucía para arrebatar el Gobierno a PP, Ciudadanos y Vox.
Esta relación con los socialistas, entre la dependencia mutua y el conflicto de ideas latente, identifica el espacio político de la nueva confluencia, y también le distingue del partido de Teresa Rodríguez. La gaditana es igual o más beligerante con el Gobierno de Sánchez, pero rechaza de raíz cualquier posibilidad de integrarse con el PSOE en una coalición. Los socialistas andaluces, conscientes de que precisan de un bloque de izquierdas fuerte para disputar el Gobierno a Juan Manuel Moreno, celebraron eufóricos el preacuerdo.
Las fuerzas andaluzas de izquierdas no se habían vuelto a reunir desde el pasado 8 de enero, primer y único encuentro que se saldó con la salida abrupta de Teresa Rodríguez. La gaditana pidió como condición para seguir en la mesa la restitución de los 11 diputados expulsados del grupo parlamentario Adelante Andalucía -rebautizado Unidas Podemos- bajo la acusación de transfuguismo. Había, por tanto, cierta “urgencia” por dar un paso más en el proceso de confluencia y mandar “una señal inequívoca” de que no había vuelta atrás.
El preacuerdo es un primer paso importante, pero en la reunión ya se traslucen las dificultades que entraña este proceso de convergencia. Por ejemplo, entre los firmantes extraña que aparezca el nombre del Partido Comunista de Andalucía, que está integrado en IU. La razón es ésta: la coalición Andaluces Levantaos, que integra a Más País, Iniciativa del Pueblo Andaluz y Andalucía x Sí (AxSí), no firma el pacto este lunes porque los dirigentes de AxSí han pedido 48 horas para consultarlo con su ejecutiva. Eso ha obligado a los otros dos integrantes a pedir que sus respectivos partidos apareciesen con nombre propio, y el PCA ha respondido haciendo lo mismo. Un ejemplo de los contrapesos personalistas que convierten el proceso de unificación de las izquierdas en un campo de minas.
El crac de Adelante Andalucía
Adelante Andalucía fue la marca electoral que unificó a las izquierdas en los comicios de 2018, entonces formada por Podemos, IU, Izquierda Andalucista y Primavera Andaluza. El invento no salió bien, lograron 300.000 votos y tres escaños menos que en 2015 concurriendo por separado[de 20 a 17], y la coalición acabaría reventada en luchas intestinas. Teresa Rodríguez y otros 11 diputados fueron expulsados por “tránsfugas” del grupo parlamentario, y éste pasó a llamarse Unidas Podemos por Andalucía.
La marca original quedó en manos de la dirigente gaditana y del círculo de Anticapitalistas, pero ya sin el peso de sus partidos fundadores -Podemos e IU-, y con Izquierda Andalucista rota en dos (su líder, Pilar Távora, se ha pasado a la nueva coalición y este lunes participó de la reunión con el resto de dirigentes). Podemos e IU aún reclaman la propiedad del sujeto político que ahora lidera la gaditana, y está por ver si impugnarán el uso de la marca ante la Junta Electoral en las andaluzas.
Fuentes de la negociación que ha tenido lugar este lunes coinciden en que “era necesario lanzar un comunicado avanzando la unidad”, aunque hubiera flecos sueltos, como lo de AxSí. La semana pasada ya se calentó el debate sobre la candidatura cuando Podemos Andalucía decidió promocionar a su diputado en el Congreso por Cádiz, el guardia civil Juan Antonio Delgado, como posible candidato. IU había movido entre los suyos el nombre de su propio líder, Toni Valero.
Ahora los tiempos de la confluencia los marcará el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, que debe decidir si disuelve el Parlamento en abril y adelanta las andaluzas a junio, o si prefiere esperar hasta otoño. La mayor o menor celeridad de las izquierdas para elegir su nombre y su cartel electoral dependerá del tiempo que les dé Moreno, reconocen sus dirigentes. El plan, ahora, es convocar una “asamblea constituyente” en abril, con la participación de agentes sociales, profesionales de la universidad y otros ámbitos, para que tanto el nombre como el candidato surjan de un debate conjunto, y no por un señalamiento desde la dirección de los partidos.
En la reunión de este lunes han participado Pilar Távora, ex líder de Izquierda Andalucista, Tasio Oliver y Esperanza Gómez (Más País Andalucía), Mar González (Equo), Toni Valero (IU Andalucía), Nico Sguiglia (Podemos Andalucía), José Antonio Jiménez (Iniciativa del Pueblo Andaluz) y Ernesto Alba (Partido Comunista de Andalucía). Martina Velarde, líder regional morada, no ha podido asistir por un problema de salud, y Carmen Molina, de Alianza Verde tampoco. El profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla, Francisco Sierra, y el histórico ex dirigente de IU y ex alcalde de Carmona, Sebastián Martín Recio, han promovido y mediado para facilitar el encuentro de los siete partidos.