Ian Gibson dice de sí mismo que no es español ni irlandés, pero sin embargo sí se define como machadiano en su posición escéptica, de duda permanente, ante todo lo que hace, dice o le rodea. La entrevista es rápida, unos minutos, justo después de la presentación. Porque acaba de prologar la edición facsímil de Juan de Mairena, un libro con el que la Universidad Internacional de Andalucía conmemora el vigésimo aniversario de su creación. Una obra que deja el rastro del Machado intelectual, inmerso en su tiempo, interesado por todo, un poeta que hoy estaría “fascinado” por la situación política que vive España.
¿Qué vigencia tiene en la actualidad Juan de Mairena?Juan de Mairena
Yo creo que es un libro que invita a reflexionar, a ponderar las cosas, a rechazar los lugares comunes. Es un libro hecho con amor. Machado es profesor y Juan de Mairena lo es. Lo que Juan de Marinera quiere de sus alumnos es que piensen por sí mismos, que cuestionen, que tengan escepticismo, que no acepten lo que les dicen. Creo que esta es la gran lección que se desprende del libro. Luego todos los comentarios sobre España, sobre el pasado de España, el futuro ¿qué hacemos con España? ¿cómo vamos a poder afrontar el futuro? Todo eso tiene mucho que ver con lo que está pasando con la España de hoy, con los partidos emergentes cuestionando a los partidos que han tenido tanto poder a lo largo de tanto tiempo. Creo que vamos a vivir una especie de revolución, no sangrienta evidentemente, pero una nueva forma de vivir la política. Todo esto le habría fascinado a Antonio Machado que es un hombre inmerso en su tiempo, no es un intelectual de esos ocultos en casa. Es un hombre muy en contacto con lo que está pasando en política, un hombre muy abierto al mundo y un hombre que quiere una España más libre, más culta y más democrática, de modo que él estaría fascinado con lo que está pasando en este tiempo.
¿Tendría cabida un profesor así en un sistema educativo como el actual, tan cambiante en función de las decisiones políticas?
El estaría preguntando y cuestionando. No sé exactamente donde encajaría porque era un irónico. Lo que quiere es enseñar a los niños a pensar, enseñar a los jóvenes a pensar y eso no es nada fácil. Y que cuestionen, esa es la gran lección de Juan de Mairena. Hoy, si estuviera aquí, estaría hablando de la misma manera: el énfasis sobre la responsabilidad individual.
Lleva mucho tiempo observando la realidad española ¿Qué opinión le merece la situación política actual?
Estoy bastante esperanzado, creo que vamos a vivir un cambio. Aquí lo que hace falta es, lo dice Antonio Machado, una derecha dialogante que nunca ha habido, una derecha civilizada, un poco a lo británica. Machado admiraba el sistema británico. Yo quiero una derecha razonable. El gran problema aquí es que no se afronte el tema del holocausto español. Es decir, tener 130.000 muertos, víctimas del franquismo, todavía en cunetas es una vergüenza a nivel internacional. Esto es porque la derecha se niega a afrontar la realidad diciendo que hay una Ley de Amnistía, que no hay que volver al pasado pero, claro, ellos tuvieron 40 años para desenterrar a los suyos y lo hicieron a rajatabla: hay que permitirlo a los otros. No es normal que un país siga teniendo tanta gente en cunetas. El Estado tiene que afrontar eso y el problema es la derecha. Yo insisto, quiero una derecha razonable, moderna, culta ¿por qué no? Además hace falta una derecha así, porque tampoco quiero que la izquierda tenga todo el poder, sabemos los peligros del poder omnímodo. Quiero una España más progresista, con una derecha pensante y dialogante, sobre todo dialogante, y superar el tema de la guerra.
¿Cuál es la responsabilidad de los españoles para que este tema no se resuelva?
Hay mucha incultura, 40 años de miedo y mucha gente que no sabe cómo fue y que tiene tics instalados en la sangre y en la manera de reaccionar. Hace falta cultura y cultura y cultura, y un sistema educativo que no esté cambiando cada 3 años. Hace falta un sistema educativo estatal que quede 40 o 50 años, lo que haga falta, para que haya continuidad. E insisto, el país tiene que tener un sistema público de primera fila. Yo creo que el ejemplo es Francia. Yo he vivido mucho tiempo en Francia y los franceses, todo el esfuerzo, lo ponen detrás del sistema público de enseñanza, de la Educación. Es ahí donde hay que poner todo el esfuerzo de un país para que los profesores tengan buenos sueldos porque es una gente importantísima en una sociedad, que tengan la dignidad que les otorga esa sociedad. En Francia realmente creo que, de todos los países del mundo, es el que mejor sistema público tiene.
García Lorca es uno de los ejes de sus investigaciones. Tras corroborarse que se ordenó su asesinato ¿se abren nuevas investigaciones?
Bueno, están buscando muy cerca de donde se buscó hace unos años y espero que puedan seguir porque no sería bueno que dejasen de trabajar. Está muy cerca de donde siempre se ha dicho. Yo creo que hay que buscarlo, desde luego, porque es el desaparecido de la Guerra Civil más conocido mundialmente y yo diría que el más amado, porque Lorca es el poeta español más leído de todos los tiempos. Realmente no hay competencia ¿quién puede competir? Los otros miembros de la Generación del 27 no son tan conocidos y ya me dirás si a Góngora lo leen los ingleses. Hay grandes poetas pero no son tan conocidos y Lorca es un desaparecido, simboliza todos los desaparecidos de la Guerra Civil. Es imprescindible buscarlo, pero que lo haga el Estado, no asociaciones particulares, esto tiene que ser el trabajo del Estado. No digo solo a él, a todos.
El Estado no parece estar por la labor
Ya lo sé, pero no se puede dejar a los fusilados en la cunetas, tirados como perros o peor. Me parece absolutamente inmoral, incorrecto y terrible tener a gente en cunetas. El país tiene que superar eso. No sería difícil. Solo hace falta un poco de magnanimidad y espero que venga, espero que mis ojos lo vean. A veces tengo mis dudas pero ¿no tenemos ya madurez para afrontar esto? Yo creo que sí.
¿Qué falta entonces?
Falta magnanimidad. Yo doy el ejemplo de Málaga. Málaga tiene un alcalde del PP fantástico. Nos apreciamos mucho y siempre he dicho que es fantástico porque él estuvo en la inauguración del monumento a los fusilados de Málaga, en el cementerio de San Rafael y le oí el discurso. Si para Paco de la Torre no hay ningún problema en reconocer los sufrimientos del otro bando, no debería haber ningún problema para ningún alcalde. Lo que pasa es que hay bastante neofranquistas que andan por ahí. Los tics, en muchos casos, son neofranquistas porque todo esto viene de allí, de aquellos años. Todo esto hay que superarlo y permitir que todos puedan acceder a los restos de sus fusilados. No hay ninguna sed de venganza, sólo hay sed de justicia. Espero que con la nueva legislación -vamos a ver qué pasa en noviembre- pero espero que si gana el PSOE o una coalición progresista, que afronten este problema. Por el momento, no habla nadie de esto. Nadie, ellos tampoco. Es como si hubiera un miedo terrible a afrontar el problema. Lo vamos a ver, vamos a estar atentos.