El juez toma declaración a la víctima de la agresión policial de Linares por atentado a la autoridad

Ana Sola

25 de febrero de 2021 18:59 h

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El juez que lleva el caso de los dos policías de Linares (Jaén) que agredieron a un hombre y su hija de 14 años, ha tomado declaración a la víctima por una denuncia de atentado contra la autoridad, presentada por los dos policías.

El abogado de la víctima, Manuel García, ha insistido en que se trata de un mero trámite cuando se producen denuncias cruzadas, y a raíz de los partes de lesiones presentados por los dos policías. La víctima de la agresión, Carlos M. ha declarado ante el juez en su doble condición de investigado y afectado, pero que no hay ningún auto donde se acuse a su cliente.

Los dos policías declararon ante el juez, según el auto de prisión, que fue la víctima la que comenzó la pelea y que ellos salieron corriendo detrás de él para retenerlo en el lugar “hasta la llegada de otros agentes” que lo identificara.

En ese momento los dos policías ya apuntaban a un delito de atentado contra la autoridad, asegurando que la víctima les había agredido a sabiendas de que eran policías, a pesar de que ellos se encontraban fuera de servicio.

Parte de lesiones

Según el parte de lesiones, recogido también en el auto, uno de los dos policías apenas presentaba lesiones; mientras que el otro perdió un diente, tenía contusiones en la cabeza y la cara, erosiones en rodillas, cervicalgia y lumbalgia.

Unas lesiones que contrastan con las de la víctima que tenía hematomas en la cabeza, contusiones en los pómulos y la zona frontal, fractura de los huesos de la nariz, erosiones en los miembros inferiores, fractura de la pared interna del ojo izquierdo “con herniación parcial de grasa extraconal y tercio medio del músculo recto medial”. Por lo que ha necesitado tratamiento médico y revisiones de un cirujano maxilofacial y un oftalmólogo.

Ya en ese auto, el juez antes de haber tomado declaración a la víctima y su cuñado, hablaba de desproporción en la actuación de los detenidos, y decía que aunque hubiera tenido cobertura legal la actuación de los dos agentes fuera de servicio, y aunque hubieran sido víctimas de un delito de atentado, es “evidente” la desproporción en la actuación de ambos.

Los dos policías se encuentran en prisión provisional desde la madrugada del 13 al 14 de febrero, por orden del juez que ha considerado que podría haber riesgo de fuga, de que destruyeran u ocultasen pruebas y para proteger a la víctima, así como para impedir que pudieran “atentar contra los intereses, los bienes o los derechos” de la víctima o sus allegados. A los dos agentes se les imputa un presunto delito de lesiones agravadas por el empleo de métodos o formas peligrosas, con ensañamiento.