“Nadie puede garantizar que no vaya a haber otro desastre”, “siempre existirá riesgo de vertido al Guadiamar”. Son consideraciones respecto a la reapertura de la mina de Aznalcóllar de Juan José Negro el pasado febrero a la agencia Efe, director entonces de la Estación Biológica de Doñana, organismo del CSIC. La Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional le encargó un informe técnico sobre la gestión del agua en explotaciones mineras, aportado al juzgado que investiga el proceso de adjudicación de la explotación del complejo minero y que concluyó que Minorbis-Grupo México, ganadora del concurso cuya transparencia en la adjudicación se está investigando, utilizó datos y volúmenes de agua ficticios.
Este experto en aves emitió su informe cuestionando la viabilidad técnica del proyecto de explotación del agua incluido en la oferta de Minorbis-Grupo México, elaborado por la consultora de ingeniería Ayesa. La consultora defiende en un nuevo informe aclaratorio enviado al juzgado su papel en ese proyecto, cuestiona la objetividad de Juan José Negro y su “posicionamiento en contra de la reapertura”, y explica “el grave error metodológico en que incurre el informe de Juan José Negro que le lleva a conclusiones incorrectas”.
Según Ayesa, el informe de Juan José Negro, que advirtió numerosas incorrecciones y errores “de bulto” que harían inviable los planes técnicos de la ganadora del concurso, según recuerda ABC en información adelantada este sábado, “cuestiona datos y niega que estén justificados cuando, simplemente, los datos están en otro apartado que él omite referenciar”. Ayesa dice que el documento que Negro dijo analizar “no ha sido elaborado ni revisado por Ayesa como dice el informe policial, sino por otra empresa encargada de recopilar toda la información y elaborar el proyecto de explotación”. Ayesa hizo únicamente partes de ese proyecto, en concreto las partes relacionadas con la ingeniería del agua, argumenta en este informe fechado el día 24 de julio.
“No haberse leído todo el documento”
Ayesa, además de cuestionar la metodología de Negro, alude a la idoneidad de su elección para una cuestión relacionada con el agua: “La trayectoria profesional del Dr. Juan José Negro Balmaseda, -y dicho con el mayor de los respetos hacia su destacada experiencia y conocimientos en el campo de la ornitología, nos lleva a cuestionar la objetividad de su criterio”. Y recuerda que “dentro de su área de Investigación, de sus publicaciones o sus proyectos no brillan precisamente las referencias a cuestiones hidrológicas, hidrogeológicas o relativas a la gestión del agua en minas”, “o al menos con un nivel suficiente como para emitir un informe técnico sobre la gestión del agua en explotaciones mineras.
La Junta de Andalucía, cuando hace un mes trascendió el informe de la UDEF, cuestionó que las valoraciones técnicas que realizó la Policía en su informe sobre aspectos técnicos y especializados (volúmenes de agua, balsas de residuos o depuradoras) del proyecto de explotación industrial de la firma ganadora no venían respaldados por ningún especialista en la materia que pudiera refutar las apreciaciones que los técnicos (dos ingenieros superiores de minas de la Junta, ingeniero de montes, ingeniero industrial, biólogo y economista) realizaron en la valoración de las ofertas.
Recuerda Ayesa, entre otras cuestiones más técnicas, el “posicionamiento en contra de la reapertura de la Mina de Aznalcóllar” por parte de Juan José Negro. En concreto una entrevista agencia Efe de finales de febrero pasado cuando dijo que la mina supone una amenaza “preocupante” para Doñana porque se ubica aguas arriba del río Guadiamar, principal afluente de este ecosistema y porque en la actividad minera no existe el riesgo cero “y nadie puede garantizar que no vaya a haber otro desastre”. “Aunque prometan que será una mina en galería subterránea, tendrá que utilizar agua, con lo que siempre existirá riesgo de vertido al Guadiamar”, advertía Negro, quien añadió que, además este río se ha conectado recientemente con el corazón de Doñana, tras liberarse el Caño Travieso, por lo que otra riada tóxica “entraría en tromba en el corazón de las marismas”.
El informe recién enviado al juzgado considera que “queda patente que los datos y cálculos utilizados por Ayesa en sus trabajos son correctos y su origen está suficientemente justificado en el proyecto de explotación”. Respecto al informe de Juan José Negro señala que “todos sus cuestionamientos pivotan alrededor de una supuesta falta de justificación e incorrección de datos, cuando en realidad y como se verá, todos esos datos están más que justificados y correctamente calculados en el proyecto de explotación de Minorbis-Grupo México”.
Los vertidos al Agrio
“¿Cuál es entonces el error metodológico del Sr. Negro Balmaseda? Sencillamente, el Dr. Negro parece no haberse leído todo el documento. Porque en otros apartados del proyecto de explotación se contienen los datos, cálculos y
justificaciones que desvirtúan absolutamente todas las conclusiones a que erróneamente llega el Sr. Negro“, apunta Ayesa.
El informe remitido a Ayesa por el juzgado “evidencia que el Sr. Negro analiza una parte del Anexo de 45 páginas, (y una simple lectura de su título basta para entender que el Anexo no es el Proyecto de Explotación, sino sólo una parte de un documento de mucho mayor alcance) y ni se plantea si en el resto de páginas del Proyecto (que suma nada menos que 2.581 páginas) puede estar la justificación de datos cuya existencia tan categóricamente niega”.
A primeros de julo, el juzgado libró oficio a Ayesa para que aclarara los datos del plan de aguas y las valoraciones de Juan José Negro, al quw ahora responde Ayesa. En su último auto, conocido este viernes, la jueza también recuerda las sospechas de contaminación vía inspección ocular que recoge el informe policial y las consideraciones y dudas expuestas por Juan José Negro. Respecto a los vertidos, la Junta de Andalucía ha querido verificar recientemente in situ “la inexistencia de incidentes” en el río Agrio después de que la UDEF de la Policía Nacional y el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil alertaran de “un vertido directo de aguas altamente contaminadas al río Agrio” tras una inspección ocular en las instalaciones de la antigua mina de Aznalcóllar.