El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) cuenta con 24 institutos o centros de investigación -propios o mixtos con otras instituciones- tres centros nacionales adscritos al organismo (IEO, INIA e IGME) y un centro de divulgación, el Museo Casa de la Ciencia de Sevilla. En este espacio divulgativo, las opiniones de los/as autores/as son de exclusiva responsabilidad suya.
Andalucía cultiva el primer cacao de Europa
El árbol del cacao pertenece al género Theobroma (familia Malváceas) en el que hay más de 20 especies de arbustos o pequeños árboles originarios de los neotrópicos, entre la cuenca del Amazonas y el sur de México. Hay tres especies cultivadas (T. cacao, T. bicolor, and T. grandiflorum) de las que la más importante es Theobroma cacao. Recientemente se ha propuesto que el origen del cacao se encuentra en la cuenca alta del Amazonas ecuatoriano donde ya se consumía hace más de 5.000 años y, posteriormente, fue introducido en América Central donde ya se tienen registros de su consumo por la cultura olmeca y donde probablemente se llevó a cabo su domesticación en tiempos precolombinos. Posteriormente, el consumo del cacao continuó en las culturas maya y azteca hasta la llegada de los conquistadores españoles al continente que introdujeron el chocolate en Europa.
De hecho, las palabras cacao y chocolate derivan del Nahuatl cacahuatl (agua de cacao) and xocolatl (agua amarga). Según la mitología azteca, el dios Quetzalcoatl descendió del paraíso para transmitir sabiduría a los hombres trayéndoles como regalo el cacao, una planta que había robado a los otros dioses quienes a partir de ella obtenían una bebida. De hecho, Linneo quiso recordar este hecho nombrando al género Theobroma (del griego theos, dios, y broma, alimento). El cacao es el producto que resulta de la fermentación y el secado de las semillas de las bayas o mazorcas que producen los árboles de cacao y el chocolate una bebida que se elabora a partir de ese cacao.
El árbol del cacao tiene requerimientos de climas tropicales con necesidades altas de humedad y calor (temperaturas entre 20°C y 30°C) por lo que generalmente se cultiva a latitudes entre 20° norte o sur del ecuador. Es de hoja perenne y suele requerir sombreo por lo que se cultiva en compañía de árboles de mayor porte. Es una planta cauliflora, ya que las flores aparecen insertadas directamente sobre el tronco o sobre las ramas. Los requerimientos climáticos del cacao hacen que sea muy difícil su cultivo y producción fuera de zonas tropicales.
No obstante, en España ha habido varios intentos hasta ahora infructuosos de conseguir su adaptación. Así, en las Conversaciones Históricas Malagueñas de 1789, obra del clérigo Cecilio García de la Leña, se mencionaba que en la finca malagueña San Isidro de la Vega de Pedro de Ortega se había plantado un árbol de cacao, aunque desconocemos si llegó a prosperar. Otro intento se produjo entre los años 1830-1832 también en Málaga tal y como se describe en la “Memoria acerca de la Aclimatación de Plantas Ecsóticas” por Pablo Boutelou; lamentablemente parece que las bajas temperaturas invernales impidieron que el intento prosperara.
Siguiendo los pasos de los pioneros que intentaron infructuosamente su cultivo en los siglos anteriores, en el Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea la Mayora en colaboración con la Despensa de Palacio de Estepa, estamos intentando explorar las posibilidades de poder producir mazorcas de cacao en España en un ambiente protegido. Para ello, tenemos que resolver dos retos fundamentales.
El primero es la naturaleza tropical del árbol del cacao que, a diferencia de otros cultivos ya establecidos en la costa Mediterránea andaluza o las islas Canarias, como el aguacate o el mango de naturaleza subtropical que pueden soportar temperaturas cercanas a 0°C, hace que las plantas presenten problemas cuando las temperaturas descienden por debajo de los 15°C. El segundo reto es que el cacao es una especie entomófila y, por tanto, hay que estudiar qué tipo de insectos nativos de Europa se pueden adaptar a polinizar las diminutas flores de este cultivo. En su hábitat natural los polinizadores son fundamentalmente pequeños dípteros de la familia Ceratopogonidae.
Para intentar resolver el problema de las bajas temperaturas invernales, estamos ensayando diferentes materiales procedentes de semillas en un invernadero multitúnel sin calefacción y en un invernadero de vidrio con calefacción suministrada por paneles solares térmicos. Hasta el momento, en ambos casos, las plantas han sobrevivido el primer invierno y varias de ellas han florecido adecuadamente.
Para conseguir un cuajado adecuado en las flores que luego se desarrolle en fruto, hemos recurrido en una primera aproximación a la polinización manual. La flor del cacao es muy pequeña, hermafrodita y con una vida muy corta por lo que la tarea de polinización es muy delicada. Los primeros resultados indican que se puede obtener fecundación y desarrollo del fruto y actualmente estamos esperando a que los frutos alcancen su madurez comercial para poder evaluar su calidad gustativa y productividad.
Seguramente, quedan todavía varios años para que podamos disfrutar de un chocolate con semillas de cacao producidas en España pero los éxitos en la adpatación de otros cultivos procedentes de los trópicos, como el aguacate, el chirimoyo, el mango, la pitaya, el litchi, el longan, la carambola, el café y otros muchos que se cultivan a mayor o menor escala en las Islas Canarias y en el litoral Mediterráneo Andaluz, y algunos, como el aguacate, en clara expansión a otras regiones de la península nos hacen ser optimistas.
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El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) cuenta con 24 institutos o centros de investigación -propios o mixtos con otras instituciones- tres centros nacionales adscritos al organismo (IEO, INIA e IGME) y un centro de divulgación, el Museo Casa de la Ciencia de Sevilla. En este espacio divulgativo, las opiniones de los/as autores/as son de exclusiva responsabilidad suya.
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