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Bibliometría para evaluar la ciencia sí, pero algo más

Marina Gómez

URICI/CSIC —
10 de noviembre de 2016 17:51 h

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La necesidad de la transparencia en todo lo relacionado con el uso del dinero público siempre fue una necesidad pero a raíz de la crisis económica de los últimos años, se ha convertido en una exigencia en el funcionamiento de la Administración Pública en España. Esta búsqueda de la claridad en las cuentas también se ha visto apoyada desde  la Unión Europea, institución que financia buena parte de la Ciencia que se hace en los países miembros.

La evaluación y la transparencia, pues, se han convertido en una exigencia total que va llegando a todos los países de la Unión Europea. España no se ha quedado al margen de esta situación y, en concreto en la Ciencia, se aprecia claramente esto que comentamos (la importancia de mostrar datos cuantitativos) al solicitar financiación para los proyectos y en su posterior evaluación.

Este nuevo marco de trabajo he dado como resultado que cada vez más los investigadores españoles están sujetos a cuestiones cuantitativas para evaluar sus trabajos: citas de sus diferentes artículos, el factor de impacto de las revistas en las que publican, el número de trabajos en cuartil uno, en el top 10, el índice h del investigador, etc.

Pero no son solo los investigadores, también los distintos centros de investigación, las unidades, etc. deben mostrar en sus memorias datos cuantitativos que muestren con una mayor claridad y sin elementos subjetivos la producción en un período de tiempo determinado. Hacer todo esto no es un error, es simplemente un paso más, una parte esencial en el estudio de los resultados, pero no lo único.

Es decir, las evaluaciones en general, y en particular en la Ciencia, necesitan unos indicadores cuantificables que permitan ver los resultados, compararlos con otras instituciones semejantes (unidades, centros, etc.) o con la misma institución en distintos años y obtener de esta manera un Feedback que permita mejorar la situación primera.

Esto es algo útil y también necesario, pero en ningún caso debería entenderse esta evaluación meramente cuantitativa como suficiente. A pesar de lo que se pueda creer, en la Ciencia no todo son números, ni mucho menos. Si solo fuera una cuestión numérica, para  el estudio y evaluación de los proyectos que se presentan a convocatorias de MINECO, de la Unión Europea, etc., por ejemplo, sólo se necesitaría una plantilla que pasaría directamente por máquinas lectoras. Pero esto no es así, los  números son esenciales para evitar ciertos aspectos subjetivos pero no lo pueden serlo  todo.

Los valores bibliométricos que se solicitan en numerosas convocatorias de proyectos, concursos de plazas, para obtener sexenios, etc. los tienen los investigadores en bases de datos de enorme prestigio internacional como son Web of Science y también Scopus,  y tienen una enorme utilidad. Estos datos eliminan la subjetividad y facilitan cifras irrefutables pero no por ello podemos dejar de tener en cuenta la evaluación anterior y/o posterior por los expertos en las mismas áreas de investigación, puesto que son ellos, los iguales a los investigadores que evalúan los que pueden decidir y discernir la verdadera dimensión de  los  logros científicos, así como su impacto social.

Los avances científicos, los descubrimientos y su desarrollo no pueden estar únicamente sujetos a cuestiones cuantitativas, lo cualitativo sigue siendo esencial para analizar el desarrollo en la Ciencia, para ver el impacto social de un avance y para no perder de vista que la Ciencia, con sus logros, mejora la vida de todos los ciudadanos. Considerar únicamente aspectos numéricos podría llevar a la deshumanización de la Ciencia y sus logros. Por ello evaluación, sí; solo cuantificable, no.

La necesidad de la transparencia en todo lo relacionado con el uso del dinero público siempre fue una necesidad pero a raíz de la crisis económica de los últimos años, se ha convertido en una exigencia en el funcionamiento de la Administración Pública en España. Esta búsqueda de la claridad en las cuentas también se ha visto apoyada desde  la Unión Europea, institución que financia buena parte de la Ciencia que se hace en los países miembros.

La evaluación y la transparencia, pues, se han convertido en una exigencia total que va llegando a todos los países de la Unión Europea. España no se ha quedado al margen de esta situación y, en concreto en la Ciencia, se aprecia claramente esto que comentamos (la importancia de mostrar datos cuantitativos) al solicitar financiación para los proyectos y en su posterior evaluación.