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Cosas que debes saber sobre la carabela portuguesa

Laura Prieto

Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN/CSIC) —

Hola, soy Laura Prieto, trabajo en el Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía, del CSIC, y soy investigadora de esta especie que está causando pavor en la sociedad. ¿Qué debemos saber sobre ella?

Pertenece al Filo de los Cnidarios (del griego [Kníde], ortiga), por lo que tiene cnidocistos (células urticantes), como los escifozoos (las medusas típicas), las anémonas, las gorgonias y los corales. La Carabela portuguesa, con apariencia de medusa, es en realidad un Hidrozoo colonial. Esto quiere decir que cuando tú crees que estás viendo un animal, en realidad estás viendo a un edificio flotante de animales de distintas formas y con diversas funciones (cazar, alimentarse y reproducirse) y todos esos animales se distribuyen en los tentáculos que cuelgan de un único individuo diferenciado (el neumatóforo). Este individuo es como un flotador con una vela que permite a la colonia moverse con las corrientes superficiales y los vientos. Como viven en la superficie de los océanos (debido al flotador), son organismos pleustónicos de mar abierto. Precisamente su nombre común se debe a que su vela se parece a la de los barcos portugueses con dicha denominación.

Pero lo primero que hay que hacer es tranquilizarse. Este mensaje tranquilizador está basado en varias razones, todas ellas científicas:

La primera: no está ocurriendo algo que no sea natural en nuestro planeta. El ecosistema marino consiste en la interacción del medio ambiente (atmósfera, corrientes oceánicas, continentes, fondos oceánicos) con los seres vivos que lo habitan. Y las Carabelas son una parte más del ecosistema, que realiza su función dentro de la cadena trófica y que su habitat natural es el centro de los océanos. La que nos llega a las costas de Canarias y de la península Ibérica es la que habita en la zona central del océano Atlántico (Physalia physalis, es su nombre en latín). En el mar Mediterráneo se le considera una especie no indígena ya que no es capaz de persistir en este nuevo habitat. No sobreviven a las condiciones del mar Mediterráneo de verano-principio de otoño, ya que nunca se ha visto ninguna colonia en los últimos meses del año dentro del mar Mediterráneo. En resumen, las que entren en el mar Mediterráneo en el 2018 no estarán en el 2019. Cada año empezamos en el Mediterráneo de cero con la población de Carabelas atlánticas.

La segunda: llegan a nuestras costas atlánticas en unas condiciones climáticas y meteorológicas de invierno muy determinadas y específicas. Animo a los lectores a que conozcan dichas condiciones en un artículo científico que publicamos en la revista “Scientific Reports” del grupo Nature en el año 2015 (https://www.nature.com/articles/srep11545). En este artículo (que está “en abierto”) pudimos explicar el evento más espectacular de los últimos 120 años de llegada de Carabelas a las costas atlánticas/mediterráneas europeas y africanas (por su magnitud y brevedad) ocurrido en el invierno de 2010. El impacto mediático y social de aquel año 2010 fue nulo porque ocurrió en meses invernales con grandes lluvias y no había nadie en las playas. Ahora mismo está siendo mucho más mediático porque las condiciones climáticas de este año 2018 han conllevado que las Carabelas hayan llegado de forma menos explosiva pero durante varios meses (desde febrero hasta mayo) a las islas Canarias, las Azores, Madeira, las costas de la península Ibérica y del norte de África cuando la sociedad ya está haciendo uso de las playas a un lado y al otro del estrecho de Gibraltar. Pero estas condiciones atlánticas no se dan a menudo y en esto se basa la segunda razón.

La tercera: las que hayan entrado en el mar Mediterráneo y son empujadas a tierra por el viento, son retiradas por las administraciones públicas de toda la cuenca del mar Mediterráneo, por lo que no continúan su deriva en las corrientes superficiales generales. Es decir, a medida que pasan los días, hay menos “circulando”. Para ello trabajamos los científicos con los distintos gestores del litoral para informarnos mutuamente de la presencia de cada colonia, lugar y seguimos el mismo protocolo de actuación. Es un ejemplo claro de ciencia aplicada para el servicio de la sociedad. Y lo hacemos a escala de cuenca Mediterránea. Por ejemplo, cuando llegaron al golfo de Cádiz, en febrero, alertamos al Govern de les Illes Balears y al SOCIB (www.socib.eu)  que existía una elevada probabilidad que llegaran a su litoral en los próximos meses. La colaboración del CSIC (con personal del ICMAN e IMEDEA, de Cádiz y Esporles, respectivamente) con el Govern y el SOCIB sobre medusas en el archipiélago Balear se remonta al año 2014. En el caso del ICMAN con la Junta de Andalucía, colaboramos con el tema de las medusas desde el año 2010. Pero estas colaboraciones de científicos con los usuarios finales del litoral también las mantenemos con ayuntamientos, clubs de buceo, empresas privadas con jaulas de acuicultura, ONGs y la ciudadanía (http://www.eldiario.es/andalucia/lacuadraturadelcirculo/medusas-curiosos-animales_6_275132499.html). Y a nivel de la costa atlántica, los científicos colaboramos desde el norte de Europa hasta Sudáfrica y desde Canadá hasta Argentina.

La cuarta: la picadura de una Carabela no es mortal. Todas las picaduras de medusas son más o menos dolorosas, dependiendo de la especie de cnidario y de la sensibilidad de cada persona. Sí es cierto que por la cantidad de cnidocistos que tiene una colonia de Carabela y por el tipo de veneno que poseen, su picadura es más dolorosa que las típicas medusas que suelen aparecer en nuestras costas. El 112 conoce el protocolo a seguir en el caso de una picadura de Carabela.

La quinta: es el único cnidario que lo ves claramente desde lejos, por su flotador, ya esté en el agua (porque está en la superficie) o en la arena. Por lo que aunque es muy bonito, aléjate y llama al 112 para que lo retiren. Todo el resto de los organismos acuáticos que te pueden inyectar veneno (anémonas, las típicas medusas, los peces araña, …) normalmente no los ves, sólo notas su picadura cuando ya es demasiado tarde. Todos ellos están o en una roca, o nadando por debajo de la superficie del agua o enterrados en la arena (dependiendo del animal) y los has tocado sin querer. La Carabela te permite ser precavido y salir del agua con tiempo y acordonar la arena para que no la toque nadie hasta que venga el personal cualificado.

Si has tenido la mala suerte de que te pique una Carabela y no hay ningún puesto en la playa de socorrista/salvamento (ya que ellos saben cómo actuar), debes seguir los siguientes pasos:

1-        Retira, si existe, restos de tentáculos, ya que los miles de células urticantes siguen disparándose. Para ello lo ideal es que tengas guantes y pinzas, pero si careces de ellos, al menos usa algo rígido (tarjeta de crédito).

2-        Nunca rasques o frotes la zona afectada, aunque te pique mucho. Ni con arena ni con la toalla. Las células urticantes (que no se ven, pero siguen en la piel) se activarán con el contacto.

3-        Lava la lesión y las zonas de alrededor con agua de mar. Sin frotar. Si usas agua dulce, el cambio de salinidad hará que las células urticantes que no se hayan liberado y aún estén en la piel, se activen y empeore la lesión. Nunca utilices ni amoniaco, ni orina, ni vinagre. Puedes calmar la zona afectada con frío (hielo en una bolsa hermética) en los primeros 10-15 minutos. No expongas la zona afectada al sol.

5-        Si se ha producido herida o si comienzas a tener síntomas diversos, acércarte lo antes posible al centro de salud más cercano.

Espero que con esta información pueda ayudar a la sociedad a que esté más tranquila y pueda disfrutar de la playa, como lo que es, “una parte más del ecosistema marino en el cual tanto las Carabelas como nosotros formamos parte del mismo”

Hola, soy Laura Prieto, trabajo en el Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía, del CSIC, y soy investigadora de esta especie que está causando pavor en la sociedad. ¿Qué debemos saber sobre ella?

Pertenece al Filo de los Cnidarios (del griego [Kníde], ortiga), por lo que tiene cnidocistos (células urticantes), como los escifozoos (las medusas típicas), las anémonas, las gorgonias y los corales. La Carabela portuguesa, con apariencia de medusa, es en realidad un Hidrozoo colonial. Esto quiere decir que cuando tú crees que estás viendo un animal, en realidad estás viendo a un edificio flotante de animales de distintas formas y con diversas funciones (cazar, alimentarse y reproducirse) y todos esos animales se distribuyen en los tentáculos que cuelgan de un único individuo diferenciado (el neumatóforo). Este individuo es como un flotador con una vela que permite a la colonia moverse con las corrientes superficiales y los vientos. Como viven en la superficie de los océanos (debido al flotador), son organismos pleustónicos de mar abierto. Precisamente su nombre común se debe a que su vela se parece a la de los barcos portugueses con dicha denominación.