La importancia de la economía empírica

En ocasiones es difícil para los economistas que se reconozca la importancia y necesidad de la cuantificación y valoración empírica de los comportamientos humanos. Es por ello que resulta reconfortante la noticia de que este año el premio nobel de economía ha sido concedido a los investigadores Abhjit Banerjee, Esther Duflo y Michael Kremer por sus estudios para reducir la pobreza usando experimentos de campo. Entre otras cosas, este galardón reconoce la importancia de la naturaleza empírica de los trabajos de los premiados que, si bien están sustentados en modelos teóricos, se basan en observaciones reales sobre el comportamiento de las personas y en los condicionantes de sus decisiones.

Como señalan estos investigadores, una misma medida contra la pobreza puede tener diferentes efectos dependiendo de múltiples factores y ser efectiva en un país, pero no en otro. Más allá del tremendo impacto que estos trabajos tiene en la reducción de la pobreza, es importante enfatizar la importancia de la economía empírica a la hora de analizar los comportamientos y las elecciones de las personas, que en última instancia determinan el valor económico de los recursos escasos.

Esta importancia de la economía empírica es también fundamental en el campo de la economía y gestión de los recursos naturales. Los actuales esfuerzos de las instituciones internacionales y los gobiernos de los países por implementar un sistema de cuentas de ecosistemas satélite al actual sistema de cuentas nacionales pueden caer en saco roto si no se llevan a cabo estudios pilotos necesarios que nos permitan entender las complejas relaciones entre la naturaleza y la activad humana. Es aquí, de nuevo, donde de la economía “empírica” realiza su gran aportación.

Ecosistemas marinos y costeros

Hace poco más de un año inicie mi andadura en el Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN) del CSIC con el objetivo de poner en marcha una línea de investigación sobre cuentas y valoración de ecosistemas marinos y costeros, tras más de 15 años trabajando en el ámbito de ecosistemas silvopastorales. El desarrollo de cuentas experimentales de ecosistemas es un proceso lento que requiere primero conocer los comportamientos y elecciones de los agentes económicos implicados en la gestión de los recursos naturales y una colaboración activa con científicos del campo de la ecología y la biología que pueden proporcionar la cuantificación biofísica necesaria para la valoración económica.

Esta línea de investigación va a girar en torno a dos grandes desafíos. Por un lado, la valoración física y económica de los activos ambientales (stock de recursos), que son la base de la producción de bienes y servicios, es fundamental para la construcción de un sistema de cuentas que ofrezca indicadores de consumo y renta sustentable. No en vano, el valor del actual stock de un recurso representa el valor descontado del consumo futuro del mismo. Sin este indicador, resulta difícil conocer el impacto que el consumo actual puede tener en la disponibilidad futura de recursos y si la gestión actual puede llevar a una disminución y/o degradación de los mismos. Por otro lado, la integración de bienes que no están sujetos a transacciones de mercado, y que en general tienen la naturaleza de bienes públicos, responde a la necesidad de considerar todos los bienes que se encuentran afectados por las múltiples actividades humanas que se llevan a cabo en los ecosistemas.

Más aún, si cabe, debido a la existencia de actividades llevadas a cabo por las administraciones que tienen como objetivo la provisión de estos bienes públicos y que suponen un importante gasto económico. La limitación de las actuales cuentas nacionales, que restringen el concepto de producción exclusivamente a bienes de mercado, hace prácticamente invisibles a estos bienes públicos ambientales en las estadísticas oficiales y los dejan potencialmente fuera de la toma de decisiones basada en indicadores cuantitativos estimados con métodos científicos. Esta realidad contrasta con el desarrollo y disponibilidad de métodos de valoración para bienes sin mercado y de su potencial integración en las cuentas de los ecosistemas. Se requieren casos de estudio piloto basados en estos métodos para identificar los elementos que determinan el valor económico que la sociedad asigna a estos bienes públicos.

En ocasiones, las instituciones pretenden ir más rápido que la propia ciencia a la hora de implementar sistemas de cuantificación y valoración económica y podría ser este el caso de las cuentas de los ecosistemas. Es necesario ampliar el conocimiento sobre las interacciones naturaleza-actividad humana en ecosistemas costeros y marinos y sobre las preferencias sociales por la preservación de los bienes púbicos. Desde el ICMAN-CSIC espero poder contribuir a la generación de este conocimiento y al desarrollo de un sistema de cuentas de ecosistemas que permita una gestión más óptima de nuestros recursos marinos y costeros.