El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) cuenta con 24 institutos o centros de investigación -propios o mixtos con otras instituciones- tres centros nacionales adscritos al organismo (IEO, INIA e IGME) y un centro de divulgación, el Museo Casa de la Ciencia de Sevilla. En este espacio divulgativo, las opiniones de los/as autores/as son de exclusiva responsabilidad suya.
Pan, fruta y microbiota
María y Samuel son dos estudiantes universitarios de Barcelona, comparten en Sants un piso en Carrer Candida Auris n.1, 2º bajo derecha. Un domingo por la media mañana…
Samuel: “Menuda noche ayer, ¡que hambre tengo! Venga maría, te preparo un desayuno rico, tostadas, un poco de fruta…mhhh”
María (bostezando en el sofá): “¿Qué pasa?”
S.: “Pasa esto, no podemos seguir así, tía hay que guardar bien la comida, revisar la nevera, ya lo hablamos mil veces… ”
M.: “Relájate Sam, esto es nuestro gran amigo Rhizopus stolonifer, es inocuo. No me pongas esta cara: es un tipo de hongo inofensivo, tu que eres de letras lo conocerás cómo ”moho negro del pan“ , este hongo también puede colonizar y atacar las frutas maduras, como nuestras fresas, porqué tiene un alto contenido en azucares. ¿Te recuerdas que suaves estaban y que sabor acidulo los melocotones de la semana pasada? Pues también era eso.”
S.: “Por eso tuve esa diarrea terrible!”
M.: “No majo, eso fue casi seguramente una bacteria, un tipo de Escherichia Choli. ¿Recuerdas tu costumbre de recoger los cubiertos o trozos de pizza, cuando se caen al suelo, el mismo suelo que deberías haber fregado hace días en tu turno de limpieza, y ponértelos directamente en la boca?”
S.: “Venga ya, ¡si los he recogido enseguida! Es la regla de los…”
M.: “…la regla de los 5 segundos, claro, si recoges algo del suelo dentro de 5 segundos no se contamina: es mentira! Asúmelo, están aquí, nos rodean y se van a quedar: es ley de vida, este piso lo compartimos con todo ese microbiota”
S.: “Minions… bio… eco… que? Otra vez hablando chino! Mira que ayer estuve toda la noche estudiando en la biblioteca para el examen de la próxima semana, y ¡tengo la cabeza como un bombo!”
M.: “Parece mentira que vives con una bióloga, y pronto investigadora en microbiología (si sale la beca, claro…), el microbiota es la maravillosa comunidad que tenemos en casa, microorganismos de todo tipo: bacterias, hongos, virus, que viven y colonizan. Siempre hay que llegar a un equilibrio con ellos, con tratos, mediaciones, luchas, guerras. Por cierto, tu turno de limpieza de la semana, ¿novedades?”
S.: “Todo en orden jefa, he emprendido una guerra sin piedad contra todo el microbiota del suelo del comedor, ahora podemos hasta comer en el suelo más de 5 segundos, que digo, 5 minutos”
M.: “Me extrañaría…”
S.: “Y el inodoro está superlimpio, lo he rematado con lejía”
M.: “Recuérdate de satisfacer tus necesidades primarias sentado, como un hombre moderno, y sobre todo de tapar la taza: eso lo deberías saber tú, porqué debería estar en los manuales de historia ‘antigua’: en los años setenta en Arizona descubrieron que, cuando le das a la cisterna, una nube de bacterias y virus fecales salta del inodoro y puede flotar en el ambiente durante dos horas. ¡Ojo!”
S: “Me estas agobiando María, están de verdad en todo, y lo colonizan tan rápidamente ¡malditos bichos! Y yo que pensaba que las únicas bacterias que entraran en esta casa eran las Lacasitas de mis yogures, esas que ayudan el sistema inmunitario…”
M.: “Lacticaseibacillus casei, es una bacteria del microbioma, es decir es una de las muchas especies bacterianas de tu boca y tu intestino”
S.: “Horror, ¿hay muchas más dentro de nosotros?”
M.: “Si, ¡hay muchas más! ¿Te recuerdas cuando hace unos años nos tomaron una muestra de saliva en el cole, estos investigadores que decían graciosamente ”¡saca la lengua!“ ? En ese momento éramos parte de un bellísimo experimento de estudio de microbioma bucal de los estudiantes de todo el país, buscando analogías y diferencias. Creo que fue por eso que me apunté a biología…”
S.: “¡Ah ah! Y se sabe algo de eso, seguramente el maravilloso microbioma catalán destacó…”
M.: “Para nada, de hecho se han identificado dos tipos principales de microbiomas, i.e. estomatotipos, que representan dos equilibrios diferentes del ecosistema bucal, pero el mapa general no muestra diferencias importantes entre las distintas comunidades españolas. Lo que juega un papel importante es la composición del agua del grifo de cada región, ya que sales e iones en el agua tienden a correlacionar con aumentos o disminuciones de según cuales bacterias. Pero también encontraron algo que habla de ti: encontraron correlaciones entre consumo de alcohol entre adolescentes y el aumento de géneros con especies patógenas como Mycoplasma, o Treponema. ¿Tu empezaste a beber a finales de la ESO o me equivoco?”
Curiosidad científica
S.: “Ya lo he dejado, y lo sabes. Ahora solo me embriago de manuales de historia contemporánea, ayer estuve toda la noche en la biblio.”
M.: “¿Y si tomo unas muestras de las suelas de tus zapatos, pasándoles un algodoncito? Así, por pura curiosidad científica. ¿Apostamos a qué si las voy analizando en el laboratorio de la uni, en unas semanas te digo donde has estado ayer por la noche? Los cultivos bacterianos suelen revelar muchos secretos…”
S.: “No encontraras ni manchas de sangre ni restos de pólvora de balas, menuda investigadora del C.S.I., y mira que no he matado a nadie: los personajes históricos de mis manuales ya han muerto todos, ja ja ja…”
M.: “Poca broma, la semana pasada escuché un seminario de un investigador de Chicago, Jack Gilbert. Al principio fue un poco extraño, porqué antes de empezar la charla nos invitó a pasar unos algodoncitos en la superficie de nuestros móviles y debajo de las suelas de los zapatos…”
S.: “Ay científicos, estáis todos locos…”
M.: “Luego entendí la razón: en su último estudio, sacó muestras periódicas y detalladas de dos personas de sus teléfonos celulares, de las suelas de sus zapatos y de la superficie que pisaban. Otras decenas de participantes tomaron muestras individuales de sus zapatos y teléfonos en tres conferencias científicas diferentes. Las conclusiones, increíbles: los análisis del ADN bacteriano demostraron que las comunidades de microbios en los zapatos cambian rápidamente en función del suelo y que su composición característica puede usarse para reconstruir los últimos movimientos de una persona. Los zapatos resultan mejores para averiguar donde ha estado una persona y el teléfono móvil resulta ser más eficaz para obtener una firma personal de su dueño. ”
S.: “Y todo esto a base de muestras, microscopios y pipetas…?”
M.: “No solo: El grupo de investigación de Gilbert desarrolló un programa de machine learning, basado en aprendizaje supervisado, para determinar qué participante había tomado una muestra determinada de suelas o teléfonos, y un método bayesiano pudo determinar qué participante había tomado cada muestra de suelas basándose en la similitud con las muestras de las superficies pisadas.”
S.: “¡Bandera blanca, me rindo! ¡Confieso todo! Me fui al concierto de Klebsiella pneumoniae. Es que tenía muchas ganas, y llevo días obsesionando con el examen…”
M.: “¡Te pille! ¡Ten cuidado con una microbióloga en casa, y pórtate bien!
Por cierto Lacticaseibacillus casei, no ayudan al sistema inmune, la industria alimenticia te está timando con la estrategia de los asteriscos, pero esa es otra historia…“.
Sobre este blog
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) cuenta con 24 institutos o centros de investigación -propios o mixtos con otras instituciones- tres centros nacionales adscritos al organismo (IEO, INIA e IGME) y un centro de divulgación, el Museo Casa de la Ciencia de Sevilla. En este espacio divulgativo, las opiniones de los/as autores/as son de exclusiva responsabilidad suya.
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