Así como la ciudad estadounidense de Memphis aprovecha el filón de ser la cuna donde se forjó la leyenda de Elvis, San Fernando (Cádiz) también quiere explotar su mayor estandarte. La fecha del 2 de julio de 1992 quedará grabada para siempre para los aficionados del flamenco porque ese día, en Badalona, falleció José Monge, Camarón de la Isla. Ha pasado un cuarto de siglo y ahora, con la perspectiva del paso del tiempo, su leyenda se agiganta y se dan pasos para que el gran público tenga acceso a su legado, tanto artístico como personal. Genio y figura, fue un adelantado a su tiempo. “Con La leyenda del tiempo no me han entendido, pero dentro de 20 años me entenderán”, decía Camarón. Un visionario.
San Fernando, su ciudad natal, acaba de celebrar el Congreso Leyenda Camarón 25 años, que ha supuesto un análisis multidisciplinar de su figura. Una iniciativa de la Junta de Andalucía, a través del Instituto Andaluz del Flamenco, del Ayuntamiento de San Fernando y de la Universidad de Cádiz, que ha coincidido en el tiempo con la firma del protocolo entre la Consejería de Cultura y el Ayuntamiento isleño para la creación del Centro de Interpretación Camarón de la Isla. El futuro espacio dedicado a la vida y la obra del cantaor irá ubicado junto a la Venta Vargas, un sitio emblemático en su trayectoria, y contará con un presupuesto de 3,5 millones.
El museo contará con cuatro salas que permitirán hacer al visitante un recorrido por toda la vida y la proyección del cantaor, completadas con una sala polivalente para exposiciones temporales que complementen la temática y discurso expositivo del centro, y otra sala ludo-educativa que traslade al visitante el flamenco y sus instrumentos de forma interactiva y pedagógica. Para ello se ha contado con las donaciones de objetos personales del cantaor por parte de su esposa, Dolores Montoya.
El tirón de un mito
La ciudad gaditana ya había comprobado desde hace años el tirón que tiene Camarón para muchos aficionados, que hacían una ruta turística siguiendo su rastro y que también visitaban su casa natal, convertida en museo en 2016. “Llega el momento de devolver a Camarón lo que dio a esta ciudad. Hemos cumplido un sueño compartido y estamos empeñados en que sea un museo de referencia”, ha indicado la alcaldesa, Patricia Cavada (PSOE).
Una inversión importante para una provincia que respira el flamenco más allá de Jerez de la Frontera, uno de sus grandes epicentros. Javier Osuna, investigador de flamenco y productor de radio, reconoce que le han llamado la atención “los celos que ha provocado este museo que se ha proyectado, que supone una gran inversión para el tercer gran territorio del Flamenco. Uno es Jerez, que no hay que explicarlo porque es una marca y lo han vendido muy bien. Las inversiones siempre han estado volcadas con Jerez, por ser sinónimo del flamenco, y con Sevilla. Cádiz jamás ha recibido un euro del erario público, pese a haber contado con grandes figuras”.
En un par de años verá la luz el nuevo museo, pero no hay que esperar para conocer más detalles sobre un artista que sigue causando fascinación con el paso del tiempo. “En Camarón lo que más me sorprende es que su huella se ha agigantado. Perdura su forma de cantar, pero también su leyenda. Otros cantaores se han ido difuminando y se ha hecho el trabajo de recuperar a algunos, pero con Camarón es algo diferente. Ya en su momento llamaba la atención de los grandes músicos de su época. Cuando vino Prince a actuar a Cádiz pidió la discografía completa de Camarón. Había una admiración universal”
Enrique Montiel, autor del libro Camarón: vida y muerte del cante, ha intervenido en el Congreso y como gran conocedor del artista y de la persona ensalza lo que todavía despierta entre sus seguidores, algo que va más allá de la lógica. “Han pasado muchos años desde su muerte, la gente lo conoce por sus discos y por sus imágenes y muchos se emocionan al conocerlo. La gente cada vez quiere saber más cosas de él y de su vida. Su hermana Isabel ha contado que la gente va a dejar las cenizas en la tumba de Camarón. Se encuentra montañas de ceniza y es algo escalofriante. La gente quiere estar eternamente con él”.
Montiel considera normal que San Fernando lo tome como bandera viendo la dimensión que tiene su leyenda: “Lo que no se entendía es que eso no hubiera ocurrido antes. Seguro que habrá habido problemas de todo tipo, pero ya hay un libramiento de dinero y pronto veremos un museo. Él se puso el apellido de la Isla y el relato de Camarón hay que escribirlo sobre la base de su ciudad, a la que siempre estuvo volviendo”.
En el Congreso celebrado en La Isla han intervenido en las diferentes mesas redondas personales esenciales en la vida del cantaor como Pepe de Lucía, Tomatito o el productor Ricardo Pachón, entre otros. También ha sido brillante el papel de Juan José Téllez, autor de varios libros sobre Paco de Lucía y director del Centro Andaluz de la Letras.
“Me gusta celebrar las muertes de los dictadores. De los artistas me gusta celebrar los nacimientos, pero a nadie le amarga un dulce cuando además conmemorarlo sirve para celebrar la leyenda y la historia de una personalidad tan poliédrica como la de Camarón. Creo que no obedece a un impulso aislado, sino que el Ayuntamiento de San Fernando, en las últimas dos décadas y con distintos partidos en el poder, ha habido un interés por utilizar la figura de Camarón como locomotora para promover el turismo cultural”, dice Téllez.
“La intención es vincular a la ciudad con un artista que se ha convertido en un icono mundial. Ha habido un esfuerzo por parte de la Junta para destinar fondos europeos para este proyecto y un compromiso por parte del Ayuntamiento y del Instituto Andaluz del Flamenco para ponerlo en marcha. Acabar con la idea de que sea una efeméride y se convierta en una marca cultural”, añade el también colaborador de eldiario.es Andalucía.
El genio sin vanidad
Puede que la idea que nos ha llegado sobre el estilo de vida de Camarón esté distorsionado por las leyendas urbanas que circulan desde hace décadas, pero para Téllez la verosimilitud de las mismas es lo de menos. “Camarón es un mito y construyen un imaginario propio. Ya pasa a ser un elemento kitsch de la cultura popular española. Está presente en tatuajes, es una especie de póster entre Jesucristo, el Che Guevara y Camarón. Forma parte de la memoria popular a escala mundial y que su imagen responda a la realidad es lo de menos. Lo importante es que se escriban libros, se publiquen investigaciones y surjan obras de arte en torno a Camarón, como Montero Glez que lo usa como protagonista de algunas de sus novelas”.
El cantaor y compositor Pepe de Lucía destacó en el Congreso que Camarón nunca fue vanidoso, algo inhabitual entre los divos del mundo del espectáculo. Era un espíritu libre y Javier Osuna rememora la anécdota vivida en Nueva York: “En una de sus últimas giras con Tomatito, cuando ya estaba enfermo, pidió conocer el Bronx. Todo el mundo se lo desaconsejó, pero no hizo caso y se fue con sus cordones de oro, sus anillos y ese aura tan especial. Los negros alucinaron con él. Era una personalidad por encima de la media”.
Con un magnetismo que ni él mismo entendía, era el centro de las miradas más insospechadas: “Camarón gustaba a gente como Michael Jackson o Stevie Wonder. Keith Richards le regaló un chaquetón y se lo acabó regalando a Torrente Malvido, que la llevó como un fetiche. Una vez le pregunté qué le habían parecido unas portadas de la prensa francesa porque le habían llamado el Joe Cocker del flamenco o el Mick Jagger del flamenco. Él me contestó que no sabía quiénes eran esos señores, pero que le gustó porque le dijeron que eran unos monstruos”.