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Sexo, drogas y altas dosis de reflexión. Autodefensa, la nueva serie de Filmin recientemente estrenada en el Festival de Sevilla (SEFF), arroja un retrato crudo sobre la juventud para demostrar que los jóvenes son “mucho más” que ganas de fiesta.
Sin pretender ser “un panfleto”, esta producción creada por Berta Prieto, Belén Arenys y Miguel Ángel Blanca viene a poner sobre la mesa las inquietudes y pulsiones de las nuevas generaciones.
Así, a lo largo de diez capítulos autoconclusivos, se abordan sin complejos temas como la salud mental o las contradicciones de la juventud, que a veces se refugia en el descontrol por no enfrentarse al abismo de mirar hacia dentro y encontrarse a uno mismo. Cuestiones, en definitiva, profundas y reflexivas, pero no por ello incompatibles con un ambiente festivo, pues encajan con ese tipo de conversaciones en las que puede derivar cualquier charla con amigos.
De hecho, la idea inicial era crear algo “mucho más lúdico”, relacionado con “unas tías gamberras saliendo de fiesta y ya está”. Pero a medida que fueron desarrollando el proyecto y explorando sus propias emociones, se dieron cuenta de que “no solo somos eso”, aunque sintieran la necesidad de divertirse después de la Covid, como admite Berta durante un encuentro celebrado con elDiario.es Andalucía, en el que los creadores de la serie han compartido confidencias.
Miguel Ángel, el encargado de la dirección, descubrió a Berta y a Belén en Instagram hace ahora un año. Durante sus vacaciones, las amigas publicaron un vídeo que captó la atención del director por el “carisma” que derrochaban. A partir de ese momento, nació en Miguel Ángel un interés por embarcarse junto a las dos artistas en algún proyecto audiovisual, “sin grandes pretensiones” ni “idea preconcebida”, explica. Entusiasmadas, Berta y Belén se prestaron a abrir las puertas de su piso en Barcelona, de su intimidad y de sus vidas al cineasta y a quien quiera asomarse a la producción, que estará disponible en plataforma el próximo 29 de noviembre.
La realidad de estas compañeras de piso es la que se recoge en la serie, donde cada capítulo es un canto a la amistad y un “ejercicio de autodefensa”. “Habla de dos chicas que buscan su mundo porque a veces el mundo que se les presenta les supera”, expone Berta. “Y que reconocen que son vulnerables y reaccionan a eso como pueden”, apunta por su parte Belén, conocida en redes como Memé. En definitiva, “cada escena es cómo ellas intentan defenderse de un mundo que les aflige”, opina el director de la tercera serie original de Filmin.
Todo ello queda recogido en tramas ficcionadas que rebosan autenticidad. Quizás por la estética documental, porque las protagonistas actúan sin adoptar ningún papel (“dejábamos la cámara encendida y muchas veces no sabían que estábamos grabando”, confiesa Miguel), porque está rodado en el piso en el que vivían o porque todos los personajes que aparecen son amigos en realidad y su complicidad trasciende la pantalla. Pero también “porque lo divertido es pensar que podría ser verdad”, como señala Memé.
Lo cierto es que cada episodio nace de dilatadas sesiones de guion en las que el tándem dedicaba horas y horas a rescatar anécdotas que habían vivido en primera persona. A partir de ahí, se permitían “jugar”, conscientes de que el proyecto que había surgido con una vocación más “frívola”, en realidad, entroncaba con un trasfondo que no podían ignorar: la ansiedad con la que conviven los jóvenes, la incertidumbre o el miedo al futuro.
“Lo bueno es que podamos hablar de cosas importantes y profundas a través de discursos en los que realmente creemos a la vez que enseñamos cómo nos lo pasamos bien sin que una cosa reste importancia a la otra”, defiende Berta durante la conversación con este periódico. De modo que, guiándose por su propia intuición y bajo una mirada introspectiva, fueron perfilando el contenido de los capítulos, cada uno con una duración media de 15 minutos y concebido, grabado y editado con un estilo particular y distinto a los demás.
Aun así, sobrevuela en toda la serie un tono desenfadado, reforzado por la estética rompedora que integra en el lenguaje audiovisual formas y estrategias narrativas propiamente contemporáneas. Se alcanza así una conjunción entre fondo y forma que transgrede los moldes de lo establecido. Autodefensa se inspira, según sus creadores, en Girls, la serie de Lena Dunham; en Kids, la película de gran alcance generacional que firmó en 1995 Larry Clark, y en el particular sello como director de Lars von Trier.
Con todo estos ingredientes, el trío compuesto por Miguel Ángel, Berta y Memé ha creado un testimonio documental de la realidad que vive un grupo de jóvenes, aprovechando la oportunidad “para hablar de los temas que nos interesan”. Reconocen que su intención “no es vender un mensaje ni dar soluciones a nadie”. Sino “plantear un espacio” donde abordarlos y así, “ya estamos intentando solucionar el problema”, sostiene el cineasta.
“Un espacio para la duda”, añade Berta que celebra que “si dudas quiere decir que estás pensando”. “Su discurso no es un discurso férreo y sesudo”, defiende en este sentido Miguel, “sino que ellas saben que se pueden equivocar, pueden ir aprendiendo y pisando líneas rojas porque tampoco están seguras de los discursos y ese es el valor de la serie”, continúa el director que celebra que el SEFF haya apostado por este formato y espera “tarde o temprano se reconozca en los festivales que la serie es también un tipo de cine”.
Para Belén, la serie “plantea más preguntas que respuestas”. Y, sin buscarlo, encierra un alegato en defensa de la juventud, al retratar a los jóvenes como sujetos activos, pensantes, que se divierten, sienten y actúan tomando a veces decisiones equivocadas. Pero siempre, en defensa propia.
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