No fue el único disco memorable de un tiempo de efervescencia creativa, pero desde luego marcó una época. Corría el año 1975 cuando veía la luz Nuevo día, el debut discográfico de la pareja compuesta por Lole Montoya y Manuel Molina, un trabajo que correría como la pólvora de boca en boca hasta convertirse en un gran éxito comercial y en un clásico absoluto. Para muchos, supuso el gran revulsivo que necesitaba el flamenco.
Ahora, un joven director sevillano, Alejandro González Salgado, ha reflejado el momento de concepción de aquel álbum y su concreto contexto histórico en el documental Nuevo día, un encargo de la productora La Zanfoña que fue emitido por Canal Sur hace unos días con tal repercusión que, a no dudarlo, tendrá un gran recorrido en los próximos meses. “Siempre admiré a Manuel, me llamaba mucho la atención el modo en que, por los sitios por los que iba pasando, siempre iba sembrando detalles que florecían antes o después”, afirma González. “Cuando la productora me llamó para este proyecto, tuve claro que sería una historia de lo que se estaba gestando en la Sevilla de los 70”.
Flamenco “hippie”
Y lo que se estaba gestando era ni más ni menos que un soplo de aire fresco para el flamenco, perfumado con la imparable ola hippie que lo invadía todo. Lole y Manuel fueron uno de los eslabones de esa cadena que aglutinó a otros talentos hispalenses a los que el filme rinde homenaje, como el pintor Máximo Moreno, autor de infinidad de portadas de grupos del momento, o Juan Manuel Flores, 'El Poeta'. Por el documental desfilan también figuras como el productor Gonzalo García Pelayo, Raimundo Amador –que no participó en el disco, pero para el que aquella grabación supuso su primera visita a un estudio–, la propia Lole Montoya, Pedro G. Romero, Carmeliya Montoya, el periodista Luis Clemente o varios componentes del grupo Smash, entre otros.
“Teníamos claro que íbamos a hacer un documental musical, y para ello íbamos a analizar la música, detenernos en ver cómo se concibe ese universo musical, algo que a veces se echa de menos en los documentales de este tipo”, prosigue González Salgado. “Me interesaba mucho investigar el proceso de creación”.
Eso, según sus palabras, sin dejar de desmitificar un poco. “Siempre se insiste mucho en el pionerismo, en que aquel fue el primer disco que mezcló rock y flamenco… Pero se olvida que La Niña de los Peines hace 90 años ya metía charlestón por bulerías. Al final, te das cuenta de que el flamenco siempre ha abrazado e integrado cualquier música que viniera de fuera”.
Para el cineasta, que ha contado con la colaboración de David García López de la Ossa en el montaje y de Abel Fernández como director de fotografía, “el disco Nuevo día aglutina muchas cosas. A nivel compositivo, se habla de cosas de las que el flamenco no era hasta entonces muy asiduo, hay una herencia semi-hippie o, como observa Pedro G. Romero, casi franciscana, ese canto a la naturaleza y a las cosas sutiles”, comenta. “Por otro lado, es muy importante la aportación de Manuel, el modo en que todas las canciones van dentro de unos palos: como dice Antonio Smash, oyes la canción y solo después te das cuenta de que es una bulería lenta, unos tangos…”
Como King Crimson pero en Sevilla
“Por último, es fundamental la producción: es tal vez el primer disco flamenco que se concibe con un tratamiento concreto del sonido. No son temas sueltos, es una obra conjunta, influenciada por Pink Floyd y otros discos de la época, que introduce instrumentos progresivos como el melotrón, que encajan muy bien con el tipo de composiciones”, agrega.
En gran medida, estas fusiones fueron posibles gracias a que “Manuel había estado ya con Smash, y es digno de subrayar que un par de años después se junta con toda esta gente y acaba apareciendo en los créditos de dos de los discos más importantes del rock español, el primero de Triana y el de Goma, que es mucho más desconocido, pero también de una calidad brutal. Aquello fue como King Crimson pero hecho aquí, en Sevilla, y Manuel participa en todos estos experimentos”, apunta González Salgado.
Reivindicar a Manuel
El director recuerda que el disco de Lole y Manuel tuvo en su día una espléndida acogida, “y abrió el flamenco a nuevos públicos, lo llevó a un montón de sitios donde nunca había estado”. Y aunque “la carrera de Manuel fue muy desigual, es sin duda una figura que ha tenido destellos brutales, protagonizó una etapa que inundó muchos espacios y muchas cabezas. Razones de sobra para reivindicarlo”.
Casi 45 años después, las composiciones Nuevo día siguen estando para este sevillano “muy vivas, muy frescas. Te pones ese Lp en cualquier momento y no ha perdido un ápice de su encanto. Sigue siendo igual de revolucionario que hace 40 años. No por el hecho de ser pioneros del nuevo flamenco ni nada de eso, sino porque sencillamente es un disco magnífico. Me interesa más la calidad de las obras que quien llegue primero”, añade.
Quienes vean el documental, concluye González Salgado, “sentirán nostalgia de la época si la vivieron, pero supongo que también porque les remitirá a la juventud de cada uno. Pero nos hará pensar también que ahora quizá tenemos demasiadas puertas, unas cerradas y otras abiertas, pero no es tan fácil que se dé la alquimia que propició discos como aquel”, apostilla.