PATRIMONIO
Surgió de una conversación entre profesionales del mundo de la cultura. De un “qué pena” ante el final del cine Cervantes que la periodista Marta Maldonado y el gestor cultural Rafael Jurado no querían que “se quedara en un lamento”, como ha pasado con otros establecimientos centenarios que han echado el cierre.
Por eso nace la plataforma cultural 'Cervantes es Cine'. Para intentar que la emblemática sala del casco histórico de Sevilla reabra sus puertas y vuelva a llenar su espacio de cine y de vida el año en que se espera celebrar su 150 aniversario. El nombre de la iniciativa es ya “una declaración de intenciones”, según explica su promotora en el acto de presentación que ha tenido lugar este jueves en el hotel H10 Corregidor de la calle Amor de Dios, a tan solo unos metros de la sala que lleva con las persianas echadas desde marzo de 2020, cuando se declaró el confinamiento por la pandemia.
Esa intención a la que alude Marta es la de recabar apoyos en el seno del sector de la cultura y la industria del cine sevillano, y a partir de ahí, impulsar un proyecto cultural viable que mantenga con vida la sala más antigua de Sevilla, implicando a las administraciones públicas, empresas privadas y a la propia ciudadanía. De momento, la plataforma cuenta ya con el respaldo de personalidades sevillanas de renombre en el sector cinematográfico como son el cineasta Alberto Rodríguez, el productor Gervasio Iglesias, la actriz Paz Vega o el guionista Rafael Cobos, entre otros nombres destacados de la esfera cultural de la ciudad, y entre los que se encuentran Paz Piñar y Leonardo Sardina, responsables de Cine de RTVA.
Como ha avanzado Rafael durante la presentación, la iniciativa está teniendo “buena acogida” también por parte del Ayuntamiento y de los propietarios del establecimiento. De hecho, el gestor señala que los primeros contactos con Unión Cine Ciudad - la empresa que gestiona la sala y decretó el cese de la actividad por falta de público en 2022 - ha resultado ser “muy positivo”, al mostrarse “receptivos” ante la idea de acoger nuevas fórmulas que puedan alumbrar la reapertura de la sala.
Entre las propuestas que se plantean desde 'Cervantes es Cine' para asegurar la viabilidad de este enclave en una segunda etapa, se encuentra la constitución de una cooperativa de socios que diseñe su propia programación, o bien un modelo mixto para compartir el uso con la propiedad y combinar así los clásicos estrenos con una oferta de ciclos temáticos en los que puedan participar centros educativos, fundaciones o instituciones públicas, entre otras posibles alternativas que vuelvan a situar al Cervantes como el exponente de la cultura sevillana que fue en el siglo XX.
De un modo u otro, lo que sí remarcan desde el movimiento cívico es que la actividad de la sala se ceñirá “estrictamente” a su naturaleza cinematográfica. Al hilo, la periodista señala que mantener su uso como sala de proyecciones es lo que permitiría abrir el edificio declarado como Bien de Interés Cultural a corto plazo, defendiendo además que se trata de una opción viable, a juzgar por el desenlace esperanzador que han tenido otros casos similares en ciudades como Barcelona o Madrid, con los Cines Embajadores.
Ante esta misión, la plataforma surge con vocación de servir de “nexo de unión entre el sector privado y público” en un sentido amplio de la palabra, que trasciende a las administraciones y apela directamente a la ciudadanía, a quien se le atribuye un papel clave en este nuevo acto. En este sentido, desde 'Cervantes es Cine' anuncian que van a solicitar la colaboración de los amantes del séptimo arte recabando firmas y animándoles a volver a llenar las salas. Así no solo logran recuperar un símbolo de la ciudad, sino también esa idea clásica de “la liturgia del cine” entendido “como evento social”.
Solo de imaginarlo, el entusiasmo brota en la mirada de los impulsores del proyecto, que cuentan con retomar, junto a la gran pantalla, el bar histórico que alberga este teatro fundado en 1873. Rafael y Marta están convencidos de que la idea puede funcionar, pues este singular espacio reúne todos los elementos para ofrecer una experiencia diferente, en la medida en que logra trasladar a quienes lo visitan a una época dorada en cuyo interior se celebraron actuaciones de artistas como Margarita Xirgu, Conchita Piquer, la Niña de los Peines o estrenos de los hermanos Álvarez Quintero.
“Evitar el cierre del Cine Cervantes es importante para la vida cultural de la ciudad, más en un momento en el que Sevilla vive un auge de la industria audiovisual, tanto en producciones propias, como rodajes externos, con técnicos y artistas locales con proyección nacional e internacional”, ha defendido Rafael, insistiendo también en el valor patrimonial que encierra este inmueble histórico. Al hilo, la periodista ha añadido que sería conveniente sumar a dicho auge de la industria “un movimiento social que repercuta en la ciudadania y haga partícipe a empresas e instituciones”, a fin de convertir el Cervantes en “un centro de ebullición cultural”, que sirva de punto de encuentro y de referente de la actividad cultural “frente a la paulatina pérdida de espacios de uso público” en el corazón de la ciudad.
De esta forma, echa a andar una plataforma cívica y cultural con una fecha (octubre) y un objetivo en el horizonte: poder conmemorar el siglo y medio de vida que está a punto de cumplir este emblema de la capital, poniendo en marcha de nuevo su proyector para que “el Cervantes siga siendo cine”.
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