Aunque en su país haya todavía quien le niegue el pan y la sal, hace décadas que Almodóvar es mucho Almodóvar en Europa, y este año vuelve a demostrarlo colando cuatro nominaciones en los Premios del Cine Europeo (EFA) para su último filme, Dolor y gloria. En concreto, la cinta aspira a los galardones a Mejor película, Mejor dirección, Mejor guion y Mejor actor por el enésimo trabajo de Antonio Banderas para el cineasta manchego.
Enfrente tendrá a un peso pesado como Roman Polanski, que con El oficial y el espía también ha conseguido cuatro nominaciones, Mejor película, Mejor dirección, Mejor guion y Mejor actor por el papel de Jean Dujardin; y a un veterano de reconocida solvencia como Marco Bellocchio, que también apunta a cuatro estatuillas con El traidor, su filme más reciente: Mejor película, Mejor dirección, Mejor guion y Mejor actor para Pierfrancesco Favino.
Así se dio a conocer a mediodía de ayer en el ya tradicional anuncio de nominaciones de la Academia Europea de Cine, que tuvo lugar en el restaurante Abades Triana, en el marco del Festival de Cine Europeo de Sevilla (Seff), que acaba de arrancar su décimosexta edición. La efeméride del día –los 30 años de la caída del Muro de Berlín– no pasó desapercibida para unos premios que se entregarán precisamente en la capital alemana el próximo 7 de diciembre, en fastuosa ceremonia, una vez hayan votado como corresponde los más de 3,600 miembros de EFA. “La Academia del Cine Europeo ya cuidaba a la cinematografía europea antes de la caída del Muro”, afirmaron sus responsables. “Después de la caída lo va a seguir haciendo”.
No lo tendrán fácil, desde luego, para elegir entre las citadas tres grandes películas, pero tampoco entre el resto de las aspirantes: ahí estará también lista para batirse el cobre La favorita del griego Yorgos Lanthimos, que esta vez se conforma –es un decir– con tres nominaciones: Mejor película, Mejor director y Mejor actriz para Olivia Colman; o la espléndida Retrato de una mujer en llamas de Céline Sciamma, una de las últimas grandes alegrías del celuloide continental, que peleará por las estatuillas a Mejor directora, Mejor actriz – Noémie Merlant y Adèle Haenel– y Mejor guion.
Otros filmes que aspiran a ser reconocidos en la categoría de Mejor película son la francesa Los miserables, de Ladj Ly, y la alemana System crasher, de Nora Fingscheidt. En el apartado de Mejor documental, figuran la británico-estadounidense For Sama, de Waad al-Kateab y Edward Watts; la macedonia Honelyland, de Ljubomir Stefanov y Tamara Kotevska; la letona Putin’s witnesses, de Vitaly Mansky; la franco-italiana Selfie, de Agostino Ferrente; y la franco-estadounidense The disappearance of my mother de Beniamino Barrese.
Otras actrices que ya sueñan con alzar su estatuilla son Trine Dyrholm por su trabajo en Queen of hearts, Viktoria Miroshnichenko por Beanpole y Helena Zengel por System crasher. Entre los actores, completan la nómina de aspirantes Levan Gelbakhiani con And then we danced, Alexander Scheer con Gundermann y Ingvar E. Sigurðsson en A white, white day.
El acto en el que se dieron a conocer estas nominaciones estuvo conducido por Concha Ortiz como intérprete y maestra de ceremonias, y contó con la presencia de destacadas figuras del cine español y europeo. Una de las más solicitadas fue sin duda Luis Tosar, que después de triunfar con A hierro mata al principio de la temporada presentaba ayer mismo en Sevilla Intemperie, basada en la novela homónima de Jesús Carrasco; también el director de este filme, Benito Zambrano, así como su colega Rodrigo Sorogoyen, que en la víspera había inaugurado esta nueva edición del Festival de Cine Europeo con su nueva producción, Madre.
Cabe recordar Una de las estrellas del festival, el palestino Elia Suleiman, prefirió tras el acto irse a deambular solo por esta soledada Sevilla de noviembre, a sentarse en una terraza con un café y ver la vida pasar, como el personaje que él mismo interpreta en su último filme, De repente, el paraíso.