El Carnaval por dentro. Juan Carlos Aragón, autor carnavalesco de éxito, muestra en su primera novela, El pasodoble interminable, las tripas de esta fiesta. Partiendo de la base de la formación de la comparsa Los peregrinos, que acabó en tercer lugar en el Concurso de este año, este profesor de Filosofía monta una historia basada en la realidad pero con personajes de ficción que son fácilmente reconocibles para los que estén familiarizados con el contexto carnavalesco de Cádiz.
Su comparsa debe competir con la de los hermanos Boniatos y la de Alejandro Martínez Pares; el periódico local es El coño de la Bernarda y debe enfrentarse a “la piara”, que viene a representar a la asociación “mafiosa” que controla los entresijos de la fiesta. Cualquier lector que esté mínimamente informado de lo que se cuece en la intrahistoria del Carnaval gaditano sabrá perfectamente a quién se refiere el autor en cada momento.
David González, de la editorial El Paseo, asegura que se trata de “un libro especial que será de lectura obligada incluso en los colegios”. Aragón ya había escrito ensayos sobre el tema, pero por vez primera se adentra en una novela que tiene “una maldad deliciosa. Se va a comer con papas a Harry Potter”, comenta el humorista Manu Sánchez, que fue el encargado de hacer la presentación en Cádiz, nada menos que en el propio Teatro Falla. “Es crítica pero también amable. La propuesta es honesta porque él es muy crítico consigo mismo y supone un gran tirón de orejas al Carnaval, a Cádiz y a la condición humana”, subraya Sánchez.
Juan Carlos Aragón aparece en la novela como el Comandante Matarratas y afronta un reto muy especial: “Yo decía que nunca cultivaría la novela porque era mentira y la poesía verdad, hasta que un compañero me dijo que mi mundo era carne de literatura. He mostrado un mundo muy tierno, humano, especial y que la gente no conoce. No es un gueto, no es un submundo. Es compatible con otros mundos con los que cohabitamos”.
Se puede pensar que el hilo argumental es la creación de Los peregrinos, pero Aragón no da puntada sin hilo y va un poco más allá: “Encarno la defensa del carnaval transgresor, el puro, el que siempre debe estar. Los otros encarnan el del carnavalero mediatizado por temas económicos, por un campeonatos de egos... Esto llena de humanidad la novela porque no quería contar mentiras ni inventar nada. Si era demasiado real podía dejar malherida a mucha gente y con un cuidado poco habitual en mí he logrado que la gente salga bien parada. Si era demasiado realista se escaparían efectos literarios”.
Conocido por su sentido del humor cuando ha sido autor de chirigotas célebres como Los Yesterday, remarca la importancia de este elemento en su libro: “Hay muchas dosis de humor porque es fundamental; cuanto más tiempo estamos riendo más tiempo estamos sin pensar en otras cosas. A veces es fina ironía y otras, ni fina ni irónica”.
Y aunque remarca en muchas ocasiones que ganar el Concurso es algo secundario tanto en su vida real como en el mundo paralelo de su novela, no deja pasar la ocasión de hablar sobre la trastienda del Carnaval. “Como todo gran evento, el Carnaval tiene su mafia, una mafia que está más blindada de lo que creíamos, a pesar de nuestros intentos por cambiar algo en el Carnaval. Me refiero al Patronato, por supuesto, que teje una tela de araña porque la mafia no tiene rostro”.
Como no podía ser de otra manera, la acción se desarrolla en Cádiz de manera íntegra. Aragón habla de la ciudad como es “un tremendo error geográfico. Dios debió ponerla en América Central. Frente al mar Caribe, por ejemplo. Pero no en España, que no pega ni con cola. Esto es lo que pasa por confiarle la creación a alguien que no sabe de música”.