“Mi mayor miedo con este libro era qué pensaría mi madre”

¿En qué momento empezaron a olvidarse las mujeres de su propio placer? ¿A quién le interesó que así fuera? ¿Y cómo recuperar el camino? Son algunas de las cuestiones que salen al paso de la lectura del último libro de la ilustradora María Hesse, 37 años, onubense de cuna, sevillana de adopción y recién mudada a Madrid. Su título, El placer, editado por Lumen.

La autora, que se dio a conocer con el superventas Frida Khalo. Una biografía –traducido en 14 países–, y que obtuvo un notable éxito con su segunda obra, dedicada a David Bowie, brinda aquí su trabajo más íntimo y a la vez comprometido. “Cuando se publico Frida, ya me rondaba la idea de escribir un libro erótico, pero no sabía qué tono darle. Yo no soy escritora, así que tendría que darle muchas vueltas. Pasó el tiempo y el proyecto pasó de ser erótico a reivindicativo”, recuerda.

La chispa que prendió definitivamente la idea fue el hecho de comprobar que muchas cosas que habitualmente damos por sabidas y asimiladas en la sociedad actual distan mucho de estarlo del todo. “Hasta que me censuraron en Instagram dos ilustraciones, y empecé a plantearme muchas cosas”, añade Hesse. En efecto, la creadora se hizo consciente de que “hoy, con las redes, la gente opina libremente, y ese puritanismo que tal vez ha existido siempre se hace más visible. Por otro lado, una nueva ola de feminismo trae siempre una reacción, y vemos cómo se utilizan nuevas técnicas para desacreditarlo. Y una de ellas es afirmar que lo tenemos todo conseguido”.

Asimismo, Hesse explica que “quería que tuviera un tono personal, pero no es un catálogo de mis amantes ni nada de eso. Lo que quería explicar es que no todas hemos vivido lo mismo, claro, cada individuo es diferente, pero todas hemos crecido en la misma cultura”. También ellos: para la ilustradora: “la educación sexual que hemos recibido no ha sido buena para ninguno. Pero ha sido peor para nosotras, porque nuestro placer ha sido obviado durante mucho tiempo. Me gustaría que los chicos también leyeran el libro, y comprendieran cómo nos hemos sentido. Lo que nos ha faltado sobre todo es educación y comunicación”.

El orgasmo femenino

“Por ejemplo, a los chicos se les ha dicho siempre que no se masturben, porque podían quedarse ciegos, o les crecerían pelos en las manos. Pero a nosotras directamente se creía que no lo íbamos a hacer, ni siquiera se nos amenazaba”, prosigue Hesse. “Es una cuestión importante, porque muchas mujeres no han tenido un orgasmo en su vida, ya que el 30 por ciento no consigue llegar a él solo con la penetración. Y lo mismo puede decirse de los libros, donde el sexo femenino no aparece representado, solo en secciones que lo muestran como órgano de reproducción. Y para reproducirse, claro, el orgasmo femenino no es necesario”.

Un día estaba Dios aburrido y con mucho tiempo libre… Así empieza El placer, remontándose a la noche de los tiempos para explicar de paso que “las religiones en general ponen a la mujer en una posición muy secundaria, de sumisión y cuidado de la familia. Y no podemos olvidar que el referente que hemos tenido durante mucho tiempo fue la Virgen María, que fue virgen antes, durante y después; con eso está dicho todo. A partir de ahí, hemos sido educadas desde la culpa, y la tradición ha tenido mucho peso en nuestra formación”, agrega Hesse.

Liberador es precisamente lo que quiere ser este volumen, que habla de culpa y también de vergüenza, “pero no se regodea en ello, quiere ser luminoso”, puntualiza la autora.

No es un manual de sexualidad

“He evitado hablar de lo que no haya experimentado en mis carnes, pero tampoco soy sexóloga: esto no es un manual de sexualidad, no aparece un capítulo para explicar cómo masturbarse o hacer un cunnilingus”, advierte a renglón seguido. Y aunque María Hesse escribe desde su experiencia personal, ha querido rendir homenaje a personalidades que exploraron territorios similares antes que ella, de Safo a Erika Lust, de Eve Ensler o Colette a Betty Dodson o Simone de BeauvoirErika Lust… Hasta los aclamados personajes femeninos de la serie Juego de tronos comparecen para explicar de qué forma siguen perviviendo determinados estereotipos, y cómo sigue habiendo fuertes tabúes –“el sexo y la maternidad, por ejemplo”– en el seno de una sociedad que cree haberlos superado todos.

Cuando se le pregunta para qué edades se recomienda la lectura de esta obra, afirma: “A un niño de cinco años tal vez no le vas a explicar lo que es el squirting,quirting pero creo que un libro como El placer puede leerse relativamente pronto. Los niños son cada vez más precoces, y esta es una obra que trata el tema desde el respeto, con dibujos explícitos pero no agresivos”.

Esclarecedor

Aunque El placer lleva poco tiempo en la calle, se puede hablar ya de éxito instantáneo. Y son muchas las lectoras que se han acercado ya a Hesse para agradecerle su esfuerzo esclarecedor. Alguna que otra voz, es cierto, se ha colocado en el extremo opuesto. “Alguno me ha dicho que soy una frustrada y que lo que me hace falta es un buen polvo. Pero son muchas más las que me han dado las gracias”.

“Mi mayor miedo era qué pensaría mi madre, y es un miedo que han tenido otras antes que yo. Escribí el libro y pasé ese filtro, así que ahora lo que digan los demás me importa poco o nada. He logrado hablar con mi madre de sexo y ella lo ha naturalizado de una manera brutal. Tras leerlo, me dijo: ‘Qué de cosas no me había planteado nunca… ¡y qué bonito lo has vivido tú!