Locos por la décima: el grupo de WhatsApp en el que todos los músicos y poetas querrían entrar

El pasado viernes mismo, en la Plaza de San Isidro de Algeciras. Izquierda Unida dedica su homenaje anual a figuras notables de la ciudad a Antonio Romera, Chipi, cantante del grupo La Canalla. Se suceden los testimonios de reconocimiento, los abrazos, las actuaciones musicales. Hasta que llega la sorpresa: una serie de vídeos con cariñosas dedicatorias en verso de ilustres compañeros de aventura musical. A todos les une un denominador común: forman parte de Guasa Decimal.

Se trata de un grupo de WhatsApp. En concreto, del grupo en el que todos los músicos y los poetas querrían entrar, pero que de momento está reservado a una veintena de elegidos, entre los que destacan Jorge Drexler, Rozalén, Zenet o El Kanka. Lo que les une es la pasión por la décima –estrofa de diez versos octosílabos rimados en consonante– y el regocijo de crear por el gusto de crear.

“Una décima entre diez”

Todo empezó hace unos años, cuando el joven cantautor gaditano Fernando Lobo, loco por las décimas, empezó a proponer escribir algunas a medias con gente a la que admiraba, desde Aute hasta El Showmancero o Javier Ruibal. Un buen día, éste último le dijo medio en broma medio en serio: “Ya solo falta que escribamos una décima entre diez, un verso cada uno”. Dicho y hecho: Lobo reclutó de inmediato al propio Ruibal, Rozalén, El Kanka, Chipi y Paco Cifuentes, junto a los poetas Tito Muñoz, Juan José Téllez, Felipe Benítez Reyes y Alexis Díaz Pimienta, escogieron WhatsApp como el medio más propicio para comunicarse y alumbraron la primera décima. Pero ya todos sospechaban que la cosa no iba a quedarse ahí.

“Nos lo pasamos bien con la primera, luego vino otra, y otra… y así llevamos cuatro años”, resume Lobo. “En este tiempo se han ido incorporando nuevos decimistas y se han dado de baja otros, como Felipe Benítez Reyes, que nos contó que estaba escribiendo una novela y no se concentraba con tanta décima”, añade el autor de décimas como esta:

Habrá que cantar mas fuerte,

poner el dedo en la llaga

ante la injusticia aciaga

venga el verso ¡Que despierte!

Que la canción no deserte

de su cotidiana lucha,

la necesidad es mucha

en estos días oscuros.

Habrá que romper los muros

porque el tiempo nos escucha.

“Sólo el ritmo de la décima ya me pone cachondo”

“Lo divertido de la décima es que tú tienes una idea, pero el otro se la lleva a un sitio distinto, y te mantiene la imaginación activa todo el tiempo”, prosigue Lobo, quien celebra que desde entonces la pasión por la décima se haya contagiado entre todos, hasta el punto de que Drexler y El Kanka han grabado juntos una canción con esa estructura.

“Ha sido un gran desbarajuste de pamplinas en verso”, bromea El Kanka, para quien hay en esta forma de creación un especial magnetismo, muy conectado con la música. “Sólo el ritmo de la décima ya me pone cachondo, tiene un puntito intuitivo y natural irresistible”, apunta, y recita una de cosecha propia:

Entre las mil y una formas

de decir, existe una

que dice con más fortuna,

pues deshilacha las normas.

Del zapato es siete hormas,

del verbo, la melodía,

y lo que nadie sabía

lo sabe y lo grita al viento.

¡Quién sintiera el sentimiento

como lo habla la poesía!

Invento de un malagueño

“Es curioso que siendo el invento de un malagueño del siglo XVI, Vicente Espinel, sea una composición que aquí apenas se ha usado, mientras que en Latinoamérica está prácticamente en todos los países, en muchas manifestaciones folklóricas. Permite incluso improvisaciones, al que sepa, claro… porque para mí eso sí que es magia”, señala El Kanka.

Una valoración que comparte el cubano Alexis Díaz Pimienta, uno de los mayores difusores de la décima actual en España, y uno de los culpables de su auge. “Llevo 25 años hablando de la décima en universidades, teatros, colegios… Pero han sido los cantautores los que le han dado una dimensión que desde la tradición sería impensable”, asevera.

“El secreto de la décima es que es una estrofa muy dúctil, se presta como ninguna tanto para cantar un hecho luctuoso como uno de amor, una onomástica, un acto patriótico… y tiene otra característica, puede ser epigramática: resume toda una idea poética, toda una forma de pensar y sentir, en una sola estrofa”, añade Díaz Pimienta.

Lope de Vega, Calderón o Cervantes fueron artífices de décimas sublimes, pero tras ellos “vinieron 500 años de olvido académico y mediático, en los que la décima ha sobrevivido refugiada entre los campesinos, en la improvisación, hasta el resurgir actual. Los próximos años serán aún mejores”, dice.

Para el cubano, “en el grupo de WhatsApp nos lo pasamos bomba, es un picadillo, no hay un hecho que no sea glosado por todos. Nos sirve para jugar, ejercitarnos, retarnos, criticar la actualidad política, jugamos, viajamos continuamente a los clásicos… y así hemos cimentado una amistad muy sólida”, concluye, aportando una décima escrita expresamente para Eldiario.es, donde se menciona en verso a los miembros del grupo:

Drexler, Chipi, Rozalén,

Juanjo Téllez, Pocoví,

Raúl Rodríguez, Kanka y

El chileno Nano Stern.

Zenet y Lobo también.

Mundini y Javier Ruibal.

Tito Muñoz (un puntal)

Omar Camino (peruano)

Y yo, Pimienta, el cubano

Somos Guasa Decimal.

Rozalén es la única mujer del grupo, “y creo que yo soy la que menos décimas hace, porque soy la más aprendiz”, admite. “No he escrito nunca poesía, colaboro con las décimas colectivas y los juegos que van saliendo, y me sirve muchísimo. Eso sí, me encantan los autores que cantan en décimas, como Violeta Parra, y ahora es cuando me estoy soltando más para escribir. Aunque me impresiona el nivelazo del grupo, se me está acostumbrando el oído a la sonoridad de la décima. En el futuro me hará bien, seguro”, asegura. “Hace muy poco, en Madrid convocó Alexis un curso intensivo de introducción a la décima, y se llenó de cantautores. Es un privilegio estar ahí, rodeada de gente a la que considero maestros míos”.

Jonathan Pocoví recuerda que entró de la mano de Ruibal. “Todos dijeron que sí, me llevé una gran alegría ya que, además de Pimienta, hay dentro del grupo mucha gente a la que yo admiro. A algunos los conocía, a otros no. Tenía fritos a mis amigos con las décimas y encontré en el grupo a gente maravillosa con un talento increíble con quién compartir un montón de cosas y de quién aprender muchísimo”, evoca. “Algunas veces es casi una máster class para mí. Compartimos, nos reímos y aprendemos todos, ¡yo más que otros! La Guasa decimal se ha convertido en mi aplicación favorita. De repente alguien deja caer una redondilla y cualquiera la sigue, y el poema camina siempre hacia lugares insospechados. Eso es lo mejor. Hay muy buen rollo y un respeto mutuo brutal”, apostilla antes de arrimar su producción:

En la Guasa Decimal

no vale un verso cualquiera,

hay que tirar de sesera

y echarle un poco de sal.

Ha de ser original

y guardar la proporción

entre beso y revolcón,

inventario y cachondeo.

Un hermoso compadreo

entre el alma y la ecuación.

Para el homenajeado del viernes, Chipi, lo de Guasa Decimal es algo más que un juego. “Es muy guay, imagínate la sinergia que se monta entre un montón de cerebros de esa índole”, afirma. “Lo mejor es que cada día lees un montón de cosas que no pasan por el filtro de la industria, que es una forma de censura. ¿El gran público no entendería esta palabra? ¿Esta otra es soez? ¡Para dentro todo!”, concluye el cantante, y aporta la suya como ejemplo:

!Ay¡ María, dulce amada

Es tanto lo que te amo

Que a Jesús, hijo lo llamo

Y a ti, Santa Inmaculada

Pero mi alma está cansada

De que algún hijo de Roma

Me diga en tono de broma

“Sin pecado concebido”

Y me cante al oído

“Cucurru cu cu, paloma”.