Los investigadores del presunto 'templo de Hércules' se defienden: “La búsqueda no ha hecho más que empezar”
El lleno absoluto que registraba el centro de congresos Cortes de la Real Isla de León, en San Fernando (Cádiz), no deja lugar a dudas sobre el interés que ha despertado el tema. Bajo el rubro De Estrabón a la teledetección. Nuevas propuestas sobre el paisaje del entorno de San Fernando en la Antigüedad, la Real Academia de San Romualdo convocó a un grupo de expertos para explicar las claves de la búsqueda del legendario Templo de Hércules en la desembocadura del caño de Sancti Petri, entre San Fernando y Chiclana.
La cita venía precedida de una sonada polémica tras el anuncio por parte de la Junta de Andalucía de que el hallazgo de dicho santuario era un hecho. Arqueólogos y cartógrafos consultados por los medios de comunicación tacharon de precipitado este anuncio, haciendo notar que el sistema Lidar –un láser aéreo que manda pulsos de luz y mide el rebote en el terreno– arrojaba resultados equívocos al rellenar artificialmente los huecos sondeados entre las masas de tierra y agua.
De este modo, se ponía en duda la localización de la gran plataforma terrestre en la que se reconocía un edificio de 150 metros de ancho por más de 300 metros de largo, y que no podía ser sino el templo fenicio-púnico. Y se abría una discusión extraacadémica que todavía queda lejos de estar sofocada. En ella entró de lleno Antonio Saénz Romero, del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla y uno de los responsables del supuesto hallazgo, para lamentar que el asunto se halla planteado en medios y redes “con opiniones poco argumentadas y sin una dialéctica científica, sino usando términos como duelo, enfrentamiento o choque”.
Los tiempos de la ciencia
En las imágenes que proyectó en pantalla, el estudioso, y posteriormente sus compañeros, aludieron repetidamente al profesor Antonio Monterroso Checa, de la Universidad de Córdoba, como la voz que con más dureza ha cuestionado el anuncio. “Ha sido un espectáculo lamentable y evitable”, agregó Sáenz, quien observó asimismo que algunos medios hayan llegado a afirmar la inexistencia del templo con opiniones “como las que pueden darse en cualquier barra de bar”, pero que su equipo ha asumido como parte de la investigación, llegando a hacer lo que en comunicación se conoce como fact-check, esto es, una verificación de la veracidad de las informaciones.
Así, subrayó que el Modelo Digital del Territorio (MDT) 0.5, en el que se centraron todas las críticas, “es solo una pequeña parte de la hipótesis, y en contra de lo que se ha dicho, se ha consultado a los expertos desde el primer día. Todo lo que se ha dicho del tema es un guion simplificado. En cuanto a la prisa y la improvisación que se nos atribuye, se olvida que algunos expertos llevan 25 años trabajando sobre la zona, y que nuestra hipótesis fue presentada con anterioridad en Irún y en Roma”. Y haciendo propio el argumento con el que se reprochó el anuncio del hallazgo, añadió: “Lo que no se nos puede exigir es que publiquemos un artículo a los 15 días: esos son los tiempos de las redes, no de la ciencia”.
“Una hipótesis es un conjunto de datos muy sólidos que permiten plantear una propuesta de trabajo. Es el principio fundamental sobre el que trabajamos los investigadores, y en este sentido nuestra propuesta se enmarca en una estrategia lógica y normal. Es lícito plantear hipótesis, equivocarse, refutarlas… También se anunció en 2017 el Cerro de los Mártires como posible ubicación; y todos entendimos que la propuesta necesitaba su tiempo y hasta 2021 no han empezado a salir los primeros resultados. ¿Por qué tanto interés en negar lo que proponemos?”.
De Estrabón a Filóstrato
Intervino a continuación Ricardo Belizón Aragón, otro de los responsables de la propuesta de la Universidad Hispalense, quien reconoció que “es verdad que el Lidar no profundiza en el agua” y afirmó que “no hemos dicho nunca que esto fuera el templo de Hércules. Es solo una hipótesis de trabajo” basada en múltiples factores. Por su parte, Eduardo Ferrer, catedrático de Arqueología, hizo un repaso por las distintas fuentes documentales que se han referido al santuario de Melkart, desde los más conocidos textos de Estrabón –que no fue testigo ocular del edificio, pero cuyas descripciones se consideran fiables– a Filóstrato, que escribe sobre Apolonio de Tiana y describe la isla sobre la cual se hallaba el templo.
Por último, Milagros Alzaga, jefa del Centro de Arqueología Subacuática en Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, aportó otras fuentes medievales y de la época moderna y contemporánea, recordando algunos hitos de esta búsqueda secular, algunos de cuyos resultados se hallan hoy expuestos en el Museo de Cádiz.
No hubo tiempo para debate, pero todos los presentes parecieron de acuerdo con la opinión del presidente de la Real Academia de San Romualdo de Ciencias, Artes y Letras, José Enrique de Benito Dorronsoro, que clausuró el acto afirmando que “la búsqueda del templo de Hércules no ha hecho más que empezar”.
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