La Policía Nacional está investigando cómo han podido salir de Córdoba los dos capiteles de época islámica que serán subastados hoy en Londres, en la casa Sotheby’s. La Brigada de Patrimonio Histórico del Cuerpo Nacional de Policía ha recibido el testimonio de un vecino que asegura haber visto las dos piezas en innumerables ocasiones en un patio del casco histórico de Córdoba, según publica cordopolis.es. Los capiteles, dos obras del siglo X según la descripción que hace de ellos la propia casa de subastas, habrían sido usados como maceteros al menos hasta el año 2002, según el testimonio de este vecino.
La Brigada de Patrimonio Histórico ya está sobre la pista y ha iniciado la investigación. La Delegación provincial de Cultura de la Junta de Andalucía también está al tanto de los indicios, según confirman fuentes autonómicas. El objetivo principal es tratar de saber cómo han podido salir de la ciudad dos capiteles de tanto valor (muy similares a los que hay expuestos en el Museo Arqueológico de Córdoba, tal y como reconoce la propia casa Sotheby’s) y han llegado a una subasta que recuerda mucho a la que se produjo hace cinco años con las famosas vigas de madera de la Mezquita de Córdoba. Además, y aunque se trabaja a contrarreloj, se trata de que Sotheby’s interrumpa la subasta prevista para hoy mismo.
Fuentes policiales admiten la complejidad del caso que investigan. La opacidad de la casa Sotheby’s sobre la identidad del propietario actual de los capiteles es absoluta. Además, la firma está protegida por las leyes británicas, muy restrictivas a la hora de revelar de dónde han podido salir estas piezas y cómo han llegado hasta donde han llegado. Sin embargo, están siguiendo la pista tras el testimonio aportado por este vecino de Córdoba.
En la descripción que se hace de una de las piezas en la página web de la sala, se hace referencia a tres capiteles similares que se encuentran en el Museo Arqueológico de Córdoba atribuidos a Medina Azahara y labrados en mármol en los periodos de Abderramán III (912-961) y Alhaken II (961-976). Ambos capiteles derivan del estilo clásico corintio, influido por los rasgos visigodos y bizantinos con el típico efecto de nido de avispa, obtenido por la técnica de la trepanación. Ejemplos parecidos, señala la sala, pueden hallarse, asimismo, en el Museo de la Alhambra de Granada. Dicho capitel parte en la subasta con un precio estimado entre 50.000 y 70.000 libras esterlinas. Es decir, entre 60.000 y 82.000 euros al cambio.
El segundo capitel, más sencillo, también se sitúa en el mismo periodo de ambos califas cordobeses. En su catalogación, se encuentran vínculos con otros similares presentes en las colecciones del Museo de Arte de Cataluña, en Barcelona; el Museo Arqueológico de Córdoba; el Museo de Arte de Nueva York, el Museo del Louvre, en París y el Museo Arqueológico de Madrid. Su precio de inicio se encuentra entre las 20.000 y 25.000 libras. Al cambio, el lote sale con un precio de partida de entre 23.500 y 30.000 euros.
La subasta de los capiteles cordobeses (Sotheby’s admite al menos el origen geográfico de las piezas) se incluye en una amplia venta de más de 300 piezas de arte islámico mundial. La primera sesión de la subasta, en la que se incluyen los capiteles, arranca a las 10.00 de la mañana hora británica. La puja, que incluye hasta una maqueta de la Mezquita de Jerusalem tallada en el siglo XIX, es uno de los grandes acontecimientos de esta primavera en la casa Sotheby’s.
Analogías con las vigas de la Mezquita
La subasta de estos dos capiteles recuerda mucho a lo que ocurrió con las famosas vigas de la Mezquita. En 2006, otra casa de subastas, en esta ocasión Christie’s anunció la puja por cinco vigas de la Mezquita de Córdoba en buen estado de conservación. Entonces, también se instruyeron diligencias policiales, que se complicaron. Se llegó a saber que un profesor de la Universidad de Córdoba había vendido unas vigas de la Mezquita, pero que éstas no eran las que finalmente se ofertaron. Crhistie’s, tras un conflicto hasta con la ministra de Cultura de entonces, Carmen Calvo, que pidió la actuación de Interpol, llegó a suspender la puja, que reanudó en 2008. La Policía no pudo determinar (tuvo muy complicado su trabajo al no contar con testimonios ni poder acceder a las piezas) cómo habían llegado a Londres y el Cabildo Catedralicio, finalmente, no pudo llegar a un acuerdo con la casa de subastas para adquirirlas.