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Andalucía contrata trabajos de urgencia para que el desagüe del embalse Casasola no anegue otra vez barrios de Málaga

Desembalse de la presa de Casasola, en Almogía, Málaga, este martes. EFE/Jorge Zapata

Néstor Cenizo

Málaga —

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Durante la tarde del lunes cinco zonas del núcleo de Campanillas (al noroeste de Málaga capital) fueron evacuadas preventivamente. Los vecinos de 368 viviendas fueron desalojados o se les recomendó subir a segundas plantas, ante el temor fundado de que las intensas lluvias previstas para la madrugada desbordaran el embalse de Casasola, aguas arriba del río Campanillas, y este se desbordara a su paso por el barrio, históricamente castigado por las inundaciones. Los técnicos de la Junta de Andalucía estaban en lo cierto y durante la madrugada esas zonas quedaron encharcadas.

Antonio Sanz, consejero de Presidencia y encargado de coordinar la respuesta de emergencia, valoró a mediodía la anticipación con la que se había actuado, evitando un desalojo urgente de madrugada. La Junta de Andalucía trabajó con un escenario que triplicaba las previsiones de lluvia de la AEMET y ese escenario se cumplió. Pero es muy probable que el río no se hubiese desbordado si el embalse hubiese desaguado con normalidad. Pasó de recibir cinco metros cúbicos por segundo a 470, casi cien veces más.

Casasola lleva ya cuatro días al 100% de su capacidad, pero no había podido aminorar su reserva en previsión de unas lluvias como las de este lunes porque los desagües de su fondo están atascados. El resultado es que las intensas lluvias que fueron a parar al reservorio sobrepasaron la capacidad de este, de 21,72 hectómetros cúbicos, y rebosaron por los aliviaderos que vierten directamente al Campanillas.

Ahora, la Consejería de Agricultura (responsable de Aguas) trabaja de urgencia para evitar una situación similar cuando vuelvan las lluvias el próximo jueves, si la meteorología se comporta como está previsto. Ha contratado una batimetría que aporte información sobre qué está taponando la rejilla de desembalse. Por ahora, los buzos no pueden bajar, y tampoco los robots aportan información válida debido a la profundidad del embalse, la turbidez del agua y la persistencia de la lluvia.

Para retirar el tapón, hay una máquina sacando sedimento acumulado por las últimas borrascas (Jana, Konrad y Laurence, en apenas dos semanas), pero la continuidad de las precipitaciones ha impedido limpiar a tiempo, explican fuentes de este departamento. Una máquina bivalva, una especie de cuchara, va retirando material.

En paralelo, se trabaja en una solución duradera, consistente en instalar una nueva tubería de desagüe.

Se quintuplica el caudal en unas horas

La incapacidad de Casasola para desaguar provocó un efecto en cadena: no pudo asumir las lluvias de la madrugada del lunes (que en algunos puntos alcanzaron los 100 litros por metro cuadrado en pocas horas), y esa agua acabó yendo al río Campanillas, que se desbordó, como tantas veces, a su paso por el barrio homónimo. A las dos de la madrugada el Campanillas bajaba con una altura de 0,94 metros; a las siete alcanzaba ya los 5,06, en nivel rojo. Se pasó del nivel azul (sin riesgo) a rojo en apenas un par de horas.

Una mujer fue rescatada por la Policía Local porque había quedado atrapada en su vehículo. La actividad lectiva de dos centros educativos del barrio quedó suspendida.

Sanz descartó en su comparecencia que exista o haya existido riesgo de rotura del embalse. “La situación de riesgo era por el caudal del río”, subrayó.

Embalses al límite de su capacidad que deben desaguar

Tras cinco años de sequía en la provincia, los embalses en Málaga han pasado en pocas semanas de una situación de escasez aguda a superar la mitad de su capacidad total, triplicando el volumen de agua embalsada. Lo ejemplifica bien La Viñuela, que aporta el agua de grifo a gran parte de la Axarquía. El tren de borrascas que desde hace casi un mes descarga sobre Málaga le han situado al 40% de su capacidad. Tiene ahora 65 hectómetros cúbicos, cuatro veces más que el año pasado por estas fechas.

Pero la persistencia de las lluvias también ha provocado situaciones chocantes, como que sobre agua en tres embalses, Conde del Guadalhorce (al 99,82%), Casasola y La Concepción (88,65%), en Marbella. Este último, que se nutre del Río Verde, superó el 85% hace dos semanas y lleva diez días desembalsando por seguridad, en previsión de que continúen las lluvias. Las imágenes del vertido de agua a 20.000 litros por segundo en una provincia que aún sigue en sequía y barajaba el año pasado traer agua en barcos, han generado revuelo en redes.  

Una de las promesas trasladadas por Juan Manuel Moreno a los agricultores de Málaga durante la campaña electoral de 2018 fue la de construir una “autovía del agua”, una canalización que atraviese Andalucía de oeste a este, permitiendo nutrir a la zona oriental, mucho más seca, en situaciones de sequía. Desde el Campo de Gibraltar a la Axarquía, y más allá.

En marzo de 2021, la Junta de Andalucía anunció que daba “el primer paso para la futura autovía del agua” con las obras de garantía de abastecimiento del Guadalhorce. Pero este ambicioso proyecto está lejos de completarse. Una rotura de la tubería de Benalmádena ha impedido trasladar el agua sobrante en Marbella. El coste estimado de completar la canalización en la provincia ronda los 300 millones de euros, en al menos cuatro tramos: de San Roque a Manilva, de Estepona a Marbella, de Marbella a Mijas y de Fuengirola a Málaga, que ya conecta con la Axarquía. 

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