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PERFIL

Ángeles Muñoz: la anfitriona de los jefes del PP en la Marbella del lujo

José María Aznar y Ángeles Muñoz en noviembre de 2002 durante un acto de apoyo a la candidata a la Alcaldía de Marbella

Pedro Águeda / Néstor Cenizo

24 de noviembre de 2022 22:39 h

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Un selecto club de la Costa del Sol en el verano de 2014. La alcaldesa de Marbella toma algo con unos amigos. Su padrino político, Javier Arenas, se dispone a jugar al pádel con el entonces número dos del Ministerio del Interior, Francisco Martínez. Todo va bien. Al menos en el PP. Hace más de dos años que los conservadores han recuperado el poder y tienen claro cómo combatir los 'peligros' que acechan a España, como el independentismo en Catalunya. 

Los responsables del partido descansan en uno de sus destinos preferidos, Marbella y alrededores. El destino es casi obligado y si vas allí tienes a Ángeles Muñoz, a la que llaman 'Titi', como una anfitriona ideal que mezcla el gracejo andaluz con la sofisticación. Cómo olvidarse de ella el resto del año, de regreso al arduo trabajo en Madrid. 

Marbella en agosto es el lugar perfecto para relajarse y conspirar. Por allí se mueve con la discreción que él elige José Manuel Villarejo Pérez, un comisario en la sombra que ya se ha ganado el favor de ese Gobierno, como había hecho durante 40 años con otros, de un signo o el contrario. Villarejo tiene encandilado al secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, un brillante estudiante de ICADE criado en Madrid lejos de los lujos que abundan en el 'territorio Titi'. Martínez está fascinado con los secretos y el poder que ofrece el Ministerio del Interior. Además, detecta que su jefe, Jorge Fernández Díaz, presenta síntomas de una decadencia política que él está dispuesto a aprovechar. 

Así que Martínez, que no milita en el PP, se arrima a los 'pata negra' del partido. Él y su mujer. Porque el hecho de que tu mujer se lleve bien con las mujeres de tus jefes es una máxima en círculos donde está proscrito el término feminismo. Villarejo acude a explicarle que tiene que ser más cuidadoso. Que el marido de María Dolores de Cospedal sabe que está viéndose con Arenas –la general secretaria mantiene un odio viejo al político andaluz– y el policía viene a advertir a su jefe en Interior. Otro favor que algún día se cobrará. Todo queda grabado.

“Pero si solo jugamos al pádel… si es que mi mujer y la suya…”. Sí, sí, Francisco, pero hay que ser cuidadoso, le viene a explicar Villarejo: 'Titi' lo ve todo, sabe todo lo que pasa en Marbella. Y aquel día, la alcaldesa estaba en el club. Se lo ha dicho al 'Polla', el alias que otorgan Villarejo y su banda a Ignacio López del Hierro. Porque 'Titi' sabe a quién tiene que contentar. 

De la bata blanca al mitin

La decisión de los padres de Ángeles Muñoz de mudarse de Córdoba a Marbella marcaría profundamente el futuro de la niña. Nacida en 1960, Muñoz cursó la carrera de Medicina y entró de residente en el Hospital de Málaga en 1984. Cuatro años permaneció allí hasta que le dieron plaza como médica de familia en San Pedro de Alcántara, pedanía de Marbella. A lo lejos, no tan lejos, se adivinan los opulentos 90. La Marbella de la tele irrumpirá ante los ojos de los españoles como una centrifugadora de todos excesos de la década.

Después de encadenar contratos temporales, permisos y un nombramiento por oposición, Ángeles Muñoz pidió en 1994 una excedencia para cuidado de familiares. Nunca más volvería a ejercer la medicina. Por aquellas fechas ya se había casado, separado y vuelto a casar, en segundas nupcias, con Lars Gunnar Broberg. 'Lasse', como le llaman todos, es un sueco que había llegado tiempo atrás a trabajar de carpintero en Nueva Andalucía. Chico listo, se convirtió en promotor inmobiliario en la tierra con más oportunidades concentradas en no muchos metros cuadrados.

'Lasse' y 'Titi' están casados en régimen de separación de bienes. Ella sola ha logrado acumular un patrimonio de 12 millones de euros, pese a haber dejado su profesión hace treinta años. Desde que se convirtió en alcaldesa de Marbella en 2007 no ha cobrado más que dietas. Si recibe sueldo público es porque sus amigos de Madrid le han reservado todo este tiempo, con un lapso de cuatro años, un puesto de diputada y después de senadora, pese a que su hoja de servicios en el Parlamento denota poca actividad. 

Así que cuando se le preguntaba a Muñoz de dónde saca para vivir a ese ritmo, ella contesta que tiene un marido rico. Ahora, la Audiencia Nacional cree que Lasse participó “activamente” en una organización criminal de narcotráfico y blanqueo, y que en la cúspide de esa trama estaría Joakim Broberg, hijastro de la alcaldesa.

Acostumbrada a aparecer siempre en positivo en las portadas de la prensa local, salvo algunas excepciones, Muñoz apenas ha comparecido desde que elDiario.es comenzó a revelar los problemas con la justicia de sus familiares. Sin embargo, firma el requerimiento notarial en el que exige que este medio le entregue unos correos electrónicos de una dirección que utilizó durante años y donde el ‘postgilismo’ de su mandato se retrata.

En una cadena de correos, Lars Gunnar recibe ofertas de adjudicaciones para el Ayuntamiento que hacía un amigo suyo y que luego le fueron otorgadas a este. O comprueba el estado de ejecución de las obras de la ciudad. En otro correo aparece el director de un medio local dedicado, según él, a ensalzar la figura de Muñoz, quejándose amargamente de tener que cobrar la publicidad insertada de la alcaldesa por medio de facturas falsas giradas a El Corte Inglés. El cheque, dice, se lo entregó el jefe de campaña de Muñoz y hoy responsable de la Concejalía de Seguridad. 

Ángeles Muñoz se inició en la política municipal como edil en Benahavís, el municipio más rico de Málaga y donde está la mansión en la que vive y que quiere vender por 12 millones de euros. Antes de dar el salto de una localidad a otra, su mentor, Javier Arenas, la nombra directora general de Migraciones. Desde entonces, la vida política de Muñoz se desenvuelve bajo el paraguas más o menos visible del exministro y expresidente del PP andaluz, con el que siempre ha mantenido una gran afinidad, según aquellos que les han visto trabajar juntos y compartir ratos de ocio. 

Muñoz cuenta también con el apoyo de una camarilla política con gran influencia en ambientes capitalinos: “Aznar, Cospedal, todos tienen un chalecito ahí, han creado su propio microsistema y saben ejercer el poder”, explica una fuente bien conocedora de la sociedad marbellí. “Está protegida por ese entorno”, zanja otra. 

Marbella después de 'Malaya'

Las primeras experiencias electorales en Marbella se saldaron con dos sonoros batacazos: tres concejales en las municipales de 1999 y cuatro en 2003, en los estertores de Jesús Gil y sus acólitos (Julián Muñoz, Tomás Reñones, Marisol Yagüe). Por intuición o conveniencia, Muñoz desoyó los cantos de sirena para formar un “gobierno monstruo”, que acabaron integrando, tras la moción del verano de 2003, los cachorros del GIL, el PSOE (con Isabel García Marcos) y el Partido Andalucista. 

Ella esperó su momento, que acabó llegando: en 2006, el Ayuntamiento es disuelto en el marco del caso Malaya y en 2007, Muñoz se presenta como adalid contra la corrupción que salpicaba no solo al GIL, sino al PSOE, al que imputaba también haber hecho la vista gorda con los desmanes gilistas desde la Junta de Andalucía.

Desde aquellas elecciones, Muñoz se ha convertido en una candidata imbatible. Ha ganado cuatro, tres de ellas (2007, 2011 y 2019) con mayoría absoluta. En 2015 se quedó a un concejal y fue desalojada de la alcaldía por un cuatripartito liderado por el PSOE. Fue la única vez que se especuló con su retirada, pero retomó el poder con una moción de censura a mitad de mandato.

Quienes la han tratado coinciden: en las distancias cortas es simpática, amable y cercana, una cualidad imprescindible para ganarse a los electores. “Conoce muy bien la mentalidad popular: mucho roscón de reyes, mucho chocolate con churros, les doy unos miles de euros a esta asociación…”, explicaba una fuente local hace tiempo. En ella reconocen a esa chica sonriente, cordobesa de nacimiento, que llegó muy joven con sus padres y hermanas a Marbella.

Pero son también varios quienes refieren episodios de resentimiento, un mal negocio para quien osa enfrentarse al poder omnímodo de Muñoz y el PP en Marbella y alrededores. Al abogado que aireó sus tejemanejes fiscales lo denunció ante el Colegio, que archivó su denuncia. Por entonces, al hermano de ese abogado, arquitecto, el Ayuntamiento lo multó con más de 300.000 euros. El expediente, que contenía fotos de otra vivienda, fue recurrido y un juzgado anuló la multa y condenó en costas al Consistorio.

Lujo y problemas

Dicen en Marbella que Muñoz siempre sintió atracción por el lujo. Cuando echaba de menos una tienda de Chanel en la Milla de Oro de su ciudad, visitaba las de París o Nueva York. A Ángeles Muñoz también le gusta viajar: en 2010 se dio el gusto de cerrar la sesión del Nasdaq en Nueva York y explicó que aquello servía para relanzar la imagen de la ciudad. En 2019, este medio desveló que, durante una gira institucional por China en el año 2015, invitó a su hermana Ana y su hijo Alexander a hoteles de lujo pagados con dinero público. Explicó que, al compartir habitación, no había sobrecoste. 

Otra hermana, Estrella, ha sido alto cargo de Puerto Banús, la meca del lujo marbellí. A ésta aluden en las escuchas algunos investigados, que preguntan si la hermana de 'Titi' sigue allí para ir a visitarla. Y luego está su cuñado, Felice Cultrera (casado con su hermana Ana), un italiano que ya en los ochenta se paseaba en un Rolls Royce verde por Marbella y pronto se hizo amigo y socio de Jesús Gil. 

Lars Broberg y Ángeles Muñoz se conocieron cuando él ya tenía dos hijos de un matrimonio anterior. Ahora, viven en una mansión valorada por la pareja en 12 millones de euros, situada en un terreno entre Benahavís y Marbella que ella siempre quiso mover al primer municipio y que le valió una causa en el Tribunal Supremo, donde ha estado, y sigue, aforada por la decisión del PP de integrarla en puestos altos de sus listas. 

El fiscal Julio Martínez-Carazo presentó una querella por cuestiones distintas a las que denunciaban los vecinos que se organizaron para denunciar aquel escándalo urbanístico. El juez Gonzalo Dívar, sobrino del que fuera presidente del Poder Judicial, no vio delito, pero la Audiencia Provincial ordenó reabrir el caso, que terminó muriendo en el Tribunal Supremo, ante el que está aforada Muñoz. El fiscal Martínez-Carazo es el mismo que archivó en 2017 la denuncia del PSOE que adjuntaba los correos de Muñoz.

De todos los lujos que se permite Muñoz, su casa en Benahavís es el más aparente. Fue adquirida al comprar ella y su marido una sociedad en Gibraltar, paraíso fiscal para la OCDE, a la que pertenecía la mansión. La alcaldesa declara el valor catastral de la misma, muy lejos del real. Sus declaraciones ante el Senado también han sido objeto de noticia en elDiario.es. Solo unas horas después de que este medio publicara que seguía sin declarar que había comprado hace dos años el 50% a su marido en una sociedad que antes tenían a medias, la alcaldesa amplió su declaración ante la Cámara Alta. Para cuando se hizo la transacción, en julio de 2020, Lasse ya estaba siendo investigado por la Audiencia Nacional. 

Si Hacienda ha conocido alguna de estas operaciones la ha considerado prescrita. Tampoco intervino cuando se supo que había constituido una hipoteca inversa en Luxemburgo para descapitalizarse con vistas a un futuro pago del impuesto de sucesiones. Durante años, el abogado Juan Luis Balmaseda (exconcejal de Jesús Gil) se encargó de montar estas estructuras fiscales. Esa labor la realiza ahora un despacho internacional. 

Hasta ahora, Muñoz basa su defensa pública en un hecho (no está procesada) y en una advertencia: quien la vincule a la trama será denunciado. Su entorno defiende que el proceso ya no se dirige contra Lars Gunnar porque, pese a su procesamiento, ya no está con las facultades mentales requeridas para defenderse. Tiene 80 años. Una persona que la conoce resume la situación personal de la alcaldesa y lo que le acarrea: “Tiene un entorno de sinvergüenzas y mafiosos de los que no se deshace porque le encanta el lujo”.

Una familia ideal en las redes sociales

Ese entorno tampoco se esconde. En las redes sociales, uno de sus hijos corre en competiciones con un coche que patrocina Codecosol, la constructora que se llevó 600.000 euros en adjudicaciones del Ayuntamiento marbellí. Una de ellas después de pasar la propuesta por Lars Broberg, según consta en la cadena de correos publicada por elDiario.es. Codecosol es de otro “sueco marbellí”, Nils Fischer, amigo de Lasse y procesado junto a él por blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico. 

Más allá de los límites de la ciudad se quiere extender la idea de que Joakim, el hijastro que transportaba presuntamente la droga y que blanqueaba importantes cantidades del narcotráfico, es una suerte de oveja descarriada, un pariente apartado del núcleo familiar de Muñoz. Pero en Marbella saben que no es así. Tanto Joakim, como su hermano Per Fredrick, vivieron desde adolescentes con el matrimonio, que luego tuvo dos hijos. 

Ni hijastros ni hijos llevan una vida discreta. Antes de aparecer vinculado a la Mocro Mafia sueca, Joakim era conocido por sus noches interminables en Marbella y por tener que haber declarado como testigo por la desaparición de una joven con la que había estado de fiesta. Nunca estuvo imputado. El otro hijastro, Per Fredrick, es un financiero que vive en Dubai y se casó en Bali con una influencer rusa que ha retransmitido todo ello en Instagram. Los hijos naturales de Lasse y 'Titi' no se quedan atrás. Para muestra, sus fotos en la mansión de Benahavís conduciendo una moto de agua dentro de la piscina. 

Públicamente no hay grietas en torno a la alcaldesa. “Ángeles siempre ha exigido lealtad máxima a sus colaboradores”, explica alguien que trabajó con ella. Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente del PP andaluz y de la Junta de Andalucía, sigue defendiendo su honorabilidad: “Seguro que todo es lícito y legal”. 

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