El Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, ha vuelto a denunciar que el ayuntamiento de Málaga y la Junta de Andalucía no dan respuesta a la situación de Los Asperones, la barriada malagueña de chabolas que ellos mismos crearon hace más de 30 años. Maeztu ha enviado una carta a las organizaciones que trabajan en el barrio, explicando que las administraciones no responden a sus requerimientos. Ante esta situación, el Defensor ha vuelto a pedir al ayuntamiento y a la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (AVRA) que le informen de qué están haciendo para solucionar el problema.
Por su parte, las entidades sociales han pedido al Relator Especial sobre Extrema Pobreza de la ONU que aproveche su visita a España para conocer la situación de Los Asperones, donde viven casi 300 familias. El barrio está aislado del resto de la ciudad y apenas tiene equipamientos. Un 97% vive en la pobreza extrema y la esperanza de vida es inferior a 50 años.
El ayuntamiento y AVRA se comprometieron en su día a abordar conjuntamente el futuro de Los Asperones, un problema que se arrojan como una pelota de tenis desde hace dos décadas. Ambas administraciones parecían de acuerdo en la necesidad de firmar un convenio para erradicar el núcleo chabolista. Por eso, en julio de 2019 el Defensor del Pueblo decidió archivar provisionalmente su investigación. Sin embargo, reabrió recientemente la queja, un hecho que fuentes de la institución calificaron de “muy inusual”.
Representantes de las dos administraciones y el propio Defensor coincidieron en noviembre en un acto en el colegio de la barriada. Allí, Maeztu pidió expresamente una actuación urgente: “Estamos desde 2005 diciendo que hay que erradicar esta realidad. Ya es hora”.
Una situación “que no es sostenible”
Los Asperones es un barrio de casas prefabricadas levantadas en 1987 por el ayuntamiento en terreno cedido por la Junta de Andalucía. Se suponía que sus vecinos, desalojados de otras zonas, estarían allí tres años, pero han pasado 33.
En una entrevista en El Intermedio, el alcalde Francisco de la Torre admitió recientemente que la situación de Los Asperones es “de infravivienda, muy marginal, que no es sostenible”, pero derivó la responsabilidad a la administración autonómica, a la que acusó de no haber cumplido sus compromisos pese a tener la competencia sobre vivienda pública.
El alcalde dijo también que en todos estos años se había producido un “efecto llamada” en la barriada. “Si tienen la esperanza de que van a conseguir la vivienda en términos más cómodos que de otra manera, si me permite esta expresión, se produce inevitablemente”. El ayuntamiento no ha aclarado a este medio si han respondido al Defensor y en qué sentido.
Por su parte, una portavoz oficial de la consejería de Fomento (de la que depende AVRA) ha asegurado a eldiario.es/Andalucía que la agencia respondió al Defensor el 22 de enero. Según esta fuente, se informó al Defensor de que AVRA y el ayuntamiento se reunieron el 2 de octubre y el 20 de noviembre. En la primera reunión, “realizaron un análisis pormenorizado de la situación de la barriada y del desarrollo del convenio firmado en 2007, iniciando conversaciones para alcanzar los correspondientes acuerdos para la distribución de las competencias y responsabilidades”. En la segunda, “comenzaron a definirse y matizarse las materias concretas en las que cada administración asumirá las actuaciones que se acuerden”.
Sigue faltando un convenio que regule cómo se va a poner fin a la barriada y quién va a pagar las actuaciones necesarias.
Los Asperones, “un rotundo fracaso”
Las entidades denuncian que es el cuento de nunca acabar. En su día, José Chamizo (anterior Defensor del Pueblo) señaló a Los Asperones como el núcleo chabolista más importante de Andalucía junto a El Vacie, en Sevilla. “Los Asperones nació como un ”gueto“ y como tal continúa, aunque eufemísticamente se considerara una barriada de transición. Se trata, pues, de uno más de los rotundos fracasos en los que, en nuestro país, han terminado este tipo de experiencias”, señalaba en el Informe Especial sobre Chabolismo, de 2005.
Desde entonces, la población de Los Asperones ha seguido creciendo hasta rozar el millar, sin que las administraciones hayan desarrollado ninguna política efectiva.
Ante la inacción, las entidades sociales que trabajan en el barrio formularon una queja ante el Defensor en abril de 2017. Un mes después, el ayuntamiento se comprometió a pagar un tercio del coste si la Junta y el Plan Estatal de Viviendas sufragaban el resto. Quería realojar a las 295 familias censadas en pisos públicos de alquiler o pisos de nueva adquisición, o pagarles una indemnización para que se trasladasen “a cualquier parte de la Comunidad Autónoma”.
El consistorio cifraba el coste del plan, de tres años de duración, en treinta millones de euros. En un informe de febrero de 2019 emitido a petición del Defensor, el consistorio se quejó que nadie respondía a esta propuesta.
Desde 2017, el Defensor ha tenido que reiterar su petición de información hasta en cuatro ocasiones. AVRA asegura que ahora sí ha respondido, pero admite que sigue sin existir siquiera un “borrador de nuevo convenio” que permita erradicar la barriada chabolista más grande de Andalucía.