El anuncio de que el Andalucía Big Festival by Mad Cool no se celebrará en la playa de Málaga, sino en el recinto ferial, ha generado críticas entre quienes tenían pensado acudir al evento, programado para los próximos 8, 9 y 10 de septiembre en la capital de la Costa del Sol. Decenas de asistentes critican el cambio anunciado por los promotores, apuntando a que la ubicación había sido relevante para adquirir su entrada.
Según ha podido comprobar elDiario.es Andalucía, Mad Cool no solo promocionó activamente hasta este miércoles el festival insistiendo en que se celebraría en la playa, sino que las propias entradas emitidas en PDF lo decían. “Ubicación: Playa Sacaba (Málaga) – Paseo Tanima, 7”, se lee. También lo indicaron en el correo electrónico con el que anunciaron el evento el 7 de abril y en los carteles del festival difundidos en redes o colocados en las marquesinas.
En las preguntas frecuentes de la web se sigue diciendo que “el recinto estará situado en el entorno de la Playa de Sacaba”. Sin embargo, los promotores saben desde hace al menos dos semanas que no será allí, sino en el recinto ferial, siempre que obtengan unos permisos municipales de los que todavía no disponen: a falta de mes y medio, este evento con vocación internacional y Jamiroquai, Muse, Rage Against the Machine o Stereophonics, entre otros, sigue sin estar autorizado.
“Es como si compro un Mercedes y me envían un Twingo y me dicen que es mejor”
El festival justificó el cambio en la “comodidad” de los asistentes, pero muchos reaccionaron con escepticismo, cuando no con enfado, al cambio propuesto: de 50.000 metros cuadrados en la playa de Sacaba al asfalto del Cortijo de Torres. “No tiene nada que ver. Es como si veo un anuncio de un Mercedes, lo compro y cuando va a llegar me dicen que mejor me envían un Twingo. Y encima me dicen que es mejor para mí y ni siquiera se disculpan”, protesta Itsaso Rodríguez, en conversación telefónica. Tiene los abonos desde abril, vacaciones pedidas, vuelos para ella y su pareja desde San Sebastián y un apartamento reservado, pero ha pedido la devolución del importe. No lleva bien las aglomeraciones y veía la playa como un entorno más seguro. Ahora dice que prefiere no acudir al festival, aunque sí se desplazará a Málaga porque no puede cancelar las reservas.
Sergio Santos, madrileño, había reservado un apartamento a 150 metros de Sacaba. “Un dato muy relevante es el recinto, más en un festival, y ha cambiado radicalmente. Cuando anuncias un festival, con una infografía superelaborada donde se veía el recinto en la playa, es un reclamo muy potente. No creo que sea el único que compró los abonos influenciado por el atractivo de ver a los grupos en la playita”.
Las críticas en redes eran similares. “De ser un festival en la playa pasa a ser uno en mitad del asfalto asfixiante de Málaga. Me recuerda al timo del festival ”Fyre festival“ [en alusión a un festival de lujo en Bahamas que acabó en fraude]. ¿Dónde se devuelven las entradas?”, preguntó en Facebook Ro Moreno.
Algunos anunciaban su intención de pedir la devolución del importe, pero no se sabe qué harán los organizadores. “En caso de modificación sustancial del evento, la organización se compromete a la devolución del importe correspondiente por la modificación de esta entrada”, señalan las condiciones generales de venta en la web del festival. FACUA explica que, al tratarse de un “cambio sustancial”, los consumidores deberían poder obtener el reintegro del precio que pagaron. Andalucía Big Festival no respondió ayer a las peticiones de devolución del importe ni a las preguntas de este medio.
No se solicitó el uso de la playa
El cambio no tiene tanto que ver con la comodidad de los asistentes sino con las dificultades de lograr los permisos para un evento de estas características en el lugar al que decían aspirar. Mad Cool preveía al menos 30.000 asistentes diarios en una playa, dominio público marítimo-terrestre, que exige antes de nada la autorización de ocupación por parte de la Delegación Territorial de Medio Ambiente.
También era necesario obtener una evaluación de impacto ambiental, pues la playa está cerca de la desembocadura del río Guadalhorce y podría afectar a las aves. Además, hay edificios cercanos a los que el ruido afectaría y no hay grandes espacios para aparcamiento, lo que complicaría la movilidad.
En realidad, la Delegación Territorial de Medio Ambiente, competente para autorizar o no el uso de la playa, nunca recibió petición alguna de los promotores. Y el Ayuntamiento, que apenas había recibido una declaración de intenciones sobre la ubicación, no se reunió con ellos hasta la primera semana de julio. Para entonces, la sorpresa por la falta de concreción era mayúscula y la conclusión, evidente: de celebrarse, era necesario buscar una nueva ubicación. Se eligió la explanada del Cortijo de Torres, donde quince días antes tendrá lugar la Feria de Agosto.
Ahora, el festival debe obtener permisos municipales para la ocupación de vía pública y para la dispensa de ruido, elaborar un plan de autoprotección o establecer un dispositivo de limpieza. De momento, lo que se ha presentado no cumple los requisitos (por ejemplo, es necesario un plan de limpieza que no se limite al espacio ocupado), aunque el Ayuntamiento dijo este miércoles que tiene el compromiso de que los documentos que faltan se presentarán “en tiempo y forma”. En el consistorio confían en que no habrá más problemas, después de que también se vieran obligados a pedir a Mad Cool que dejase de utilizar el logo municipal sin permiso.
El evento nació marcado por la polémica de la sustanciosa aportación de dinero público: 3,5 millones de euros más IVA en concepto de patrocinio, imputados al 80% a fondos FEDER y asignados a dedo por la empresa pública dependiente de la Consejería de Turismo, que hasta el próximo lunes encabeza Juan Marín (Ciudadanos).