La Fiscalía pide 51 años de prisión para El Melillero por intentar matar a dos mujeres arrojándoles ácido
La Fiscalía de Málaga pide que José Arcadio, El Melillero, sea condenado a 51 años y seis meses de prisión, por intentar asesinar a su expareja y una amiga tramando y ejecutando un plan consistente en rociarlas con un litro de ácido sulfúrico en Cártama, en enero de 2021. La fiscal de violencia sobre la mujer cree que El Melillero tenía la intención de matar a su expareja y causarle “el dolor más extremo”, con “expreso desprecio a su género femenino, siendo su último fin de humillación, dominación, subordinación y cosificación”.
Para ejecutar su plan y luego huir, Arcadio se habría servido de otros cinco colaboradores, uno de ellos encargado de rociar a las víctimas con ácido que introdujo a través de la ventanilla de su coche. El escrito de acusación, al que ha tenido acceso elDiario.es Andalucía da cuenta de las secuelas que tanto ella como su amiga sufren como consecuencia del ataque. Después de ocultarse durante días, Arcadio acabó siendo detenido tras una intensa persecución en Mijas (Málaga).
La fiscal le acusa de dos delitos de asesinato (en grado de tentativa), pertenencia a organización criminal, dos de amenazas graves, dos de acoso y un delito de maltrato habitual. Además, pide para el ejecutor de la acción una pena de 21 años y cuatro meses de prisión y para el resto, 19 años de cárcel. Todos están acusados de dos asesinatos en grado de tentativa y pertenencia a organización criminal, que estaría dirigida por José Arcadio. Menos uno, todos tenían antecedentes por distintos delitos, principalmente el tráfico de drogas.
Como responsabilidad civil por las lesiones y secuelas que provocaron a las dos mujeres, la Fiscalía pide también que entre todos indemnicen a la expareja de El Melillero con algo más de 1,1 millones de euros y con 312.000 a su amiga acompañante.
Un plan “preconcebido”
El presunto intento de El Melillero y su banda por asesinar a su exnovia y una amiga de ella el 12 de enero de 2021 causó un notable impacto por la brutalidad de la acción. Al menos dos veces el acusado había amenazado de muerte a su mujer, con la que había mantenido una relación sentimental. La fiscal relata que Arcadio la golpeaba, la amenazaba y la vejaba, y que ella había puesto fin a la relación. Arcadio no aceptaba la ruptura y estaba “obsesionado” con ella, explica la fiscal, hasta el punto de llamarla impulsivamente. La última amenaza habría ocurrido presuntamente el día antes del ataque.
En el escrito de Fiscalía se explica que todo formaba parte de un plan preconcebido, que le había llevado a ordenar la compra de un litro de ácido sulfúrico y a colocar dos balizas de geolocalización en la parte baja de los vehículos de las dos mujeres.
Aquel 12 de enero, José Arcadio ejecutó su plan. Según la fiscal, el coche que conducía (acompañado de su compinche) interceptó el paso a las víctimas mientras circulaban por Cártama. Entonces, El Melillero dio la orden a su copiloto de que se bajase para lanzar el ácido aprovechando que la ventanilla del coche que conducía ella estaba semiabierta.
La mujer tuvo que bajar del coche para evitar la asfixia, “en tanto que el procesado J.A.D.N. se reía y miraba asegurándose del resultado que había previsto estrellándose el vehículo”.
Las dos fueron evacuadas de urgencia a un hospital, donde las trataron de quemaduras graves. La expareja de José Arcadio sufrió quemaduras en el 45% de su cuerpo y ha necesitado 12 intervenciones quirúrgicas desde el ataque. Sufre 17 secuelas y limitaciones funcionales, además de “perjuicios estéticos”, que el fiscal cuantifica en 30 cicatrices. Su amiga sufrió quemaduras en el 20% de la superficie corporal. Ha sufrido dos operaciones y tiene numerosas secuales y cicatrices.
Después de ejecutar la acción, los acusados pretendieron borrar las huellas del delito deshaciéndose del coche, al cual limpiaron y trasladaron a Badajoz, según relata el Ministerio Fiscal. Después, se ocultaron con la ayuda de otros familiares. El 16 de enero, cuatro días después del crimen, la Guardia Civil desplegó más de 200 agentes para detenerlos en Mijas.
El Melillero fue capturado después de una persecución en la que, tras golpear un coche de la Guardia Civil con su moto, continuó a la carrera. Finalmente, lo encontraron escondido con otros dos compinches en una obra en la zona. Cuando fue detenido, tenía siete órdenes de detención en vigor por diferentes delitos y ese mismo mes debía comparecer en un juicio por maltrato a una expareja, hechos por los que estaba en busca y captura.
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