La subdelegación del Gobierno en Málaga ha prohibido a Marea Violeta concentrarse este miércoles frente a una clínica donde se practican interrupciones voluntarias del embarazo. La razón que esgrime el Gobierno es que en el mismo lugar se reúne un grupo “pro vida” desde hace más de 30 días, lo que podría generar “alteraciones del orden público”. Ese grupo está realizando una acción a la que llaman “40 días por la vida” y ha sido denunciado por el director de la clínica por el supuesto acoso al que somete a las mujeres, que ellos niegan. IU ya ha registrado una petición de comparecencia del ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, para que explique la prohibición.
La concentración de antiabortistas a las puertas de la clínica Ginecenter, en Málaga, no es nueva. Eldiario.es/Andalucía ya informó en septiembre de 2014 de esta práctica, que los “anti-abortistas” quieren amparar en la libertad de expresión. Estas personas se reúnen ante la clínica para rezar y entregar folletos donde se muestran supuestos abortos de 10, 15 y 22 semanas o se explica el “Holocausto ocultado del aborto”. Ahora han unido los “40 días por la vida”, una “iniciativa internacional que confía en que la oración tiene un poder muy grande para cambiar las cosas”, según explica Eva María Gutiérrez. “Yo no acoso, yo oro”, responde. Al terminar la conversación vuelve al rezo.
Para realizar esta acción los antiabortistas han pedido y obtenido un permiso para concentrarse del 1 de marzo al 9 de abril, aunque admiten que no era necesario porque nunca son más de veinte personas. Se reúnen de nueve de la mañana a nueve de la noche. Alegando ese permiso el Gobierno, por medio del subdelegado Miguel Briones, ha resuelto prohibir la acción de grupos feministas en apoyo de las mujeres que acuden al centro. El subdelegado cree que podrían producirse “molestias e incluso alteraciones de orden público para personas y bienes” y ofrece “otro momento y/o lugar” a Marea Violeta.
Briones no informó que el grupo “pro vida” había obtenido permiso
Alberto Stolzemburg, dueño de la clínica, explica que se reunió con el subdelegado el lunes 27 de marzo, quien le habría venido a decir que, siendo menos de 20 los concentrados (el límite a partir del cual se requiere autorización), poco podía hacer. Stolzenburg está sorprendido porque Briones no le informó de que los “pro vida” habían obtenido además el permiso del Gobierno: “No dijo ”no tienen permiso“, pero ante nuestra insistencia nos dijo que tenían derecho a manifestarse si son menos de 20. Con ese razonamiento Marea Violeta también podrían reunirse”.
El 27 de marzo, la comisión de asuntos sociales del Ayuntamiento aprobó por unanimidad una moción en la que el Consistorio muestra su “rechazo” por la campaña de “acoso y coacción” a las mujeres que acuden a la clínica. Según asegura Remedios Ramos, la concejala de Málaga para la Gente que presentó la moción, durante el debate tampoco se informó del permiso. Tanto Stolezenburg como Ramos creen que el Gobierno les ha ocultado la existencia de un permiso que concedió hace más de un mes.
“El Holocausto ocultado del aborto”
A la puerta de la clínica se reparten folletos con títulos como “El Holocausto ocultado del aborto”, otros con fetos de hasta 22 semanas, y se muestran carteles con cuerpos apilados donde se compara el aborto con la Shoah. Hay también una hucha. La situación no es nueva. Stolzenburg lleva tres años quejándose de lo mismo, sin que nada haya ocurrido. Ni siquiera le han informado del probable archivo de las tres denuncias que asegura haber puesto. “Estamos a favor de expresar las ideas pero no acosando a personas con otra opinión. Hay grupos extremistas que pretenden bloquear ciertos derechos con la connivencia de las autoridades”, lamenta.
Según el médico, los “provida” abordan a las mujeres y cuando éstas no acceden las asustan y las acosan: “Le dicen ”vas a matar a tu hijo“ y a alguna le dicen asesina, y esto alguna vez se lo han dicho a alguna trabajadora”.
Los “provida” lo niegan. “Si podemos hablar con alguna chica la salvamos y vamos al hospital, tiene su bebecito y a algunos los bautizamos”, explica Juan Manuel Travesedo pasadas las ocho de la tarde, cuando la clínica ya lleva rato cerrada. Ellos se definen como un “grupo de rescate”. Según asegura, sólo hablan con las mujeres que les responden en su primer acercamiento: “¿Tú lo has pensado bien?, míralo”. Entonces, si hay diálogo, les ofrecen dinero, o grupos religiosos de asistencia o ayuda para encontrar un trabajo. “Trabajo no damos, pero hay una red y pasamos el CV”.
¿Les dicen ustedes que van a ir al infierno? “Generalmente no”. ¿Generalmente? “Depende de cada rescatador. Yo no voy al tema religioso, porque no da tiempo a evangelizar. Pero si vemos que la persona es religiosa, le decimos lo que dice el catecismo y el Papa. Los límites son no faltar a la caridad y no juzgar. Y esos son los límites porque así lo dice el catecismo”.
Los diputados de Unidos Podemos Alberto Garzón y Eva García Sempere han registrado una solicitud de comparecencia ante la comisión de Interior para que el ministro Juan Ignacio Zoido explique por qué la subdelegación ha prohibido una concentración “que responde a una campaña autorizada de acoso a las mujeres que, en situaciones de especial sensibilidad, acuden a una clínica malagueña a interrumpir voluntariamente su embarazo”.