En un contexto de lento descenso de la incidencia acumulada en toda España, Andalucía aparece en las últimas semanas como la nota discordante y Antequera, como aviso a navegantes: mientras que la provincia malagueña sigue siendo un alumno relativamente aplicado en Andalucía (tercera provincia con incidencia más baja), la ciudad de los dólmenes parece haber llegado al pico de un crecimiento que la ha llevado a pasar de 87 casos por 100.000 habitantes en 14 días a 588 este martes, y 559, el miércoles. Es la ciudad de más de 40.000 habitantes con mayor incidencia de España y la segunda de mayor crecimiento en las dos últimas semanas: un 319%. El motivo, según el alcalde y los responsables sanitarios, es la relajación entre algunos jóvenes tras el final del curso y del estado de alarma.
Antequera había atravesado la pandemia mejor que municipios de parecidas características. Con poco más de 41.000 habitantes, capital de comarca y centro geográfico de Andalucía, ha registrado hasta ahora 2.196 contagios y 31 fallecimientos. Sin embargo, una décima parte de esos contagios han llegado en los últimos días. “Hemos pasado de ser la ciudad media andaluza que menos incidencia ha tenido en toda la pandemia a tener una subida”, admite el alcalde, Manuel Barón (PP).
La evolución ha sido fulgurante: el 19 de mayo, la comarca solo registró tres nuevos positivos de coronavirus, dos de ellos en Antequera. La incidencia todavía bajó unos días más. Pero a partir de ahí, creció hasta multiplicarse casi por siete y llegar a 588, mientras la provincia se mantenía estable, actualmente con una incidencia de 161. La comarca de La Vega también acusa el repunte, con 302,2 casos por cada 100.000 habitantes.
“Una serie de graduaciones de bachillerato”
En el Ayuntamiento y el distrito sanitario tienen claro lo que pasó. El virus se extendió silenciosamente entre jóvenes que no respetaron las medidas de seguridad, dicen, en un contexto de relajación posterior al final del estado de alarma. “Este crecimiento se ha producido motivado fundamentalmente por una serie de graduaciones de bachillerato”, explica el alcalde.
Entre el 20 y el 22 de mayo los colegios e institutos organizaron las celebraciones, según el alcalde, cumpliendo normas de aforo, pero después se celebraron fiestas privadas. La mayoría de los chavales cursaron la infección asintomática, pero contagiaron a familiares mayores que sí mostraron síntomas, casi siempre leves. “En lugar de estar uno o dos días, estuvieron casi una semana sin control sanitario. Los sanitarios me dicen que cada uno pudo contagiar a diez o doce”.
Los responsables sanitarios lanzaron la advertencia la semana pasada, al observar una “excesiva relajación”. “Estamos detectando que la mayoría de los casos se dan en pequeñas reuniones sociales o fiestas, en las que los jóvenes se relajan excesivamente: no usan mascarilla, mantienen contacto muy cercano en espacios cerrados, o comparten bebidas y alimentos”, explicaba Félix Hurtado, coordinador de la unidad COVID 19 del Área Norte de Málaga, en un vídeo difundido en redes sociales. Hurtado recordaba que hay jóvenes que cursan la enfermedad grave y que, en todo caso, pueden contagiar a familiares que están aún en la franja de edad sin vacunar: “Están poniendo en peligro a un grupo etario superior: sus padres”.
Feria de Primavera los últimos días de mayo
Otro factor pudo contribuir a la propagación, una vez producidos los brotes iniciales. Una semana después de las fiestas de graduación se celebró en Antequera la Feria de la Primavera. El 28, 29 y 30 de mayo hubo conciertos en la plaza de toros y una feria agrícola, además de unas atracciones infantiles instaladas desde el 21 de mayo. Fue la primera feria post-pandémica de la provincia, celebrada una semana después de los brotes originales y una antes del punto álgido del repunte. Fue una fiesta con bastante afluencia de otros pueblos de la comarca.
Barón niega que hayan tenido efecto: “Los niños no transmiten, está demostrado. Esto empezó antes que la feria. Además, se le ha llamado la feria, pero no ha sido realmente una feria”. Este año no había casetas. El alcalde resalta que el acceso al mercado agrícola y al recinto ferial estuvo restringido y controlado. Las atracciones se desinfectaban tras cada uso y se tomaba la temperatura, según se anunció. Sobre si la feria incentivó la celebración de fiestas particulares y botellones, en unos días en que algunos jóvenes eran positivos asintomáticos, replica: “Las fiestas en casas son independientes de la feria. Se hacen por el verano y las buenas temperaturas”.
Sin presión hospitalaria
El martes, el repunte de Antequera tocó techo. Al menos por ahora. Este miércoles la IA14 fue de 559, 30 puntos menos que el martes, y la IA7, que mide la incidencia a siete días, parece indicar que la tendencia es a la baja. Ahora se sitúa en 72 casos, lo que anticiparía una buena evolución. El alcalde pidió a la Junta de Andalucía la realización de un cribado, al que se convocó a 940 personas el pasado lunes. Acudieron 340 y solo se localizó un positivo. Es una pauta que se está extendiendo: con la vacunación, el porcentaje de personas dispuestas a realizarse un test está bajando.
“Esto demuestra que los focos estaban muy localizados”, dice con alivio el alcalde. Con todo, el crecimiento de casos de Antequera no está teniendo, por ahora, una repercusión relevante en la presión hospitalaria, según el alcalde. El brote no ha provocado ningún ingreso en UCI y hay tres ingresados en el hospital que da servicio a toda la comarca.
Como en el caso de Andalucía, donde la prevalencia del virus sube de forma sostenida desde hace más de dos semanas, las subidas no se reflejan en las cifras diarias de hospitalizados, ingresos en UCI y fallecidos, que mantienen una tendencia a la baja. El perfil del contagiado, más joven y por tanto generalmente más robusto, está permitiendo que el crecimiento moderado de la incidencia no se traslade a la presión asistencial.