La “inversión térmica” complica el control del incendio de Málaga
El humo dificulta el despliegue de los aviones y helicópteros durante parte del jueves, pero el mando del INFOCA confía en que una mejora de las condiciones facilite el trabajo terrestre por la noche
El incendio en la finca La Resinera, entre los términos de Pujerra, Júzcar y Benahavís, sigue presentando muchas dificultades para su control y la extinción. El fenómeno de la “inversión térmica” -la acumulación de humo a cierta altura- ha dificultado este jueves el trabajo de los medios aéreos, hasta el punto de que permanecieron en tierra durante buena parte de la mañana. Después se fueron incorporando progresivamente, y su efectividad a última hora de la tarde será fundamental para el devenir del incendio. Por la tarde, se mantenía el desalojo del casco urbano de Benahavís, y las urbanizaciones Montemayor, Benahavís Hill, Velerín Alto y Marbella Club. Al menos 2.150 hectáreas están afectadas.
La acumulación del humo impide la visibilidad y por tanto el trabajo aéreo. “Son días de fortísima inversión térmica”, ha lamentado Alejandro García, subdirector del Centro Operativo Regional del INFOCA, y al mando de la coordinación. “El fuerte ataque planificado para la mañana ha habido que suspenderlo y hemos tenido que trabajar por tierra, con resultados mucho menos efectivos”. A partir de mediodía el humo se ha ido disipando y los helicópteros y aviones han podido realizar las descargas. “Se ha empezado a disipar en el peor momento para nosotros, con la humedad más baja y la temperatura más alta. Por eso el trabajo de las horas centrales no ha tenido un rendimiento notable”.
Tras la comparecencia matutina de Juan Sánchez, director del centro operativo regional del INFOCA, había cundido cierto optimismo reservado, y el presidente en funciones, Juan Manuel Moreno, llegó a decir que “todo parece indicar que podíamos hablar de un pronóstico positivo”. Había cesado el terral, se esperaba un día templado y empezaban a trabajar los medios aéreos. Por la tarde, el pronóstico ha sido algo más sombrío. “Ni mucho menos” está controlado el incendio, ha dicho Alejandro García, subdirector del COR, aunque a última hora se ha abierto una “ventana de oportunidad”. La previsión es que el viento amaine hasta al menos las 3 de la madrugada.
“En estas horas nos jugamos parte de lo que pueda pasar en el incendio”, ha resaltado por la tarde Elías Bendodo, que ha insistido en que este incendio “no tiene nada que ver” con el que asoló Sierra Bermeja hace apenas nueve meses. Aquel fue “mucho más complejo”: “Esperemos que sea más fácil y tardemos menos en controlarlo”.
Trabajo terrestre por la noche
La actividad del fuego se concentra en las zonas noroeste, este y suroeste. La zona oeste no preocupa a los técnicos: linda con la zona calcinada el año pasado, por lo que no tendría “potencial de propagación”, según ha explicado García.
El objetivo a última hora de la tarde era preparar con medios aéreos las acciones terrestres que realizarán los bomberos por la noche en los lugares con mayor potencial para parar el fuego. Allí, los agentes forestales tenderán mangueras, harán fuego técnico o “rasparán” la zona para usarlas como “anclaje”.
“Es inevitable hacer la comparativa [con el incendio de Sierra Bermeja], pero son distintos: es la misma vegetación, la misma orografía, muchas dificultades similares, pero el motor de propagación es radicalmente distinto”, ha señalado el experto. La masa boscosa está ahora mucho más húmeda que en septiembre y eso dificulta la combustión. Sin embargo, otros factores juegan en contra. La topografía es “muy agresiva”, y genera “cuencas de propagación” que se traducen en “altas intensidades puntuales”.
A esto se suma la meteorología. Las condiciones cambiantes han alterado durante toda la jornada el avance del fuego y los trabajos de los equipos de extinción. Ya lo había advertido por la mañana el coordinador del operativo: “La previsión va cambiando cada hora”. Por eso, el cambio de dirección del viento ha alejado el frente del núcleo de Benahavís (desalojado la noche anterior), permitiendo a los bomberos de INFOCA asegurar ese terreno para consolidar el frente que el miércoles avanzaba hacia el pueblo. Pero este cambio ha espoleado al fuego en dirección norte, hacia zonas tan escarpadas que son de imposible acceso.
Preocupación por el humo
Desde el terreno, los vecinos observan con preocupación el fuego. “Está ardiendo La Resinera, y el problema es en las fincas particulares que están alrededor. El pueblo ahora no está amenazado porque hay diez o doce kilómetros de distancia, pero lo estamos pasando mal porque está llegando ya a los castaños”, explica Francisco Macías, alcalde de Pujerra.
El humo ha empezado a sentirse cerca del mediodía en municipios como Jubrique, que ya vivieron la pesadilla del fuego el año pasado, o Benaoján, a casi 20 kilómetros en línea recta del frente. En los dos, los alcaldes han pedido a sus vecinos que no salgan a la calle y que, si lo hacen, lleven mascarilla.
“Ha sido como volver a septiembre, ver el humo y la sierra quemándose es muy duro”, lamenta Alberto Benítez, alcalde de Jubrique, el municipio más cercano al foco en dirección oeste, y uno de los más afectados por el incendio de 2021. Sin embargo, ha salido de la reunión con el alto mando más tranquilo de lo que entró. “Jubrique en principio no corre peligro, al menos de momento. Parece que no estamos en la misma situación”. Los técnicos que dirigen el operativo están resaltando que la masa forestal ahora no está tan seca como en septiembre. “Pero los vientos son variables y el incendio crea su propia climatología”, advertía a media tarde a este medio.
El cañón natural que surca el río Guadiaro facilitaría la llegada de la nube de humo, que se percibía en Benaoján desde el miércoles, pero se ha dejado sentir especialmente el jueves. Soraya García Mesa, la alcaldesa del municipio, pidió a los vecinos que se quedaran en sus casas y usaran mascarillas. “A las 12 era muy visible la nube, pero en media hora la teníamos dentro del pueblo. En la calle no se puede estar”, dice. Ante la intensa humareda y la presencia de pavesas y ceniza, algunos vecinos se han alarmado y ella ha pedido a la Policía que verifique que no se trataba de otro incendio más cercano.
Patrones similares en el origen del fuego
En los pueblos empieza también a cundir la sospecha de la intencionalidad del fuego, iniciado con un patrón similar al del año pasado: en un día de intenso terral (un viento muy cálido que en Málaga sopla algunas jornadas cada verano), en un punto de difícil acceso y en una zona escarpada que dificulta las labores de extinción, pues los bomberos y agentes forestales deben trabajar en ocasiones “en fila india”. La Guardia Civil investiga desde el jueves por la mañana, pero la Junta de Andalucía insiste en que es pronto para avanzar hipótesis.
En septiembre del año pasado, y tras el incendio de Sierra Bermeja que afectó a 9.640 hectáreas que acaban prácticamente donde ha empezado este, Juan Manuel Moreno aseguró que había “indicios bastante claros” de su intencionalidad y prometió se daría “caza a esos asesinos”. “Por lo que sé, han investigado: han ido a las fincas y hecho preguntas, detrás de algunas pistas. Pero no sabemos más”, dice el alcalde de Jubrique. El juzgado declaró secreta la investigación, sigue siéndolo y desde entonces, nada se ha sabido.
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