La izquierda se aferra al precio de la vivienda en Málaga para derrotar a De la Torre, el alcalde imbatido
Con IU y Podemos divididos, el PSOE aspira a sumar los dos concejales que le faltaron en 2019 para poner fin a los seis mandatos de De la Torre, a quien beneficia la decadencia de Ciudadanos y el escaso peso local de Vox
Desde que se presentara por primera vez como candidato a alcalde de Málaga, nadie ha sido capaz de derrotar en las urnas al veterano Francisco de la Torre (80 años). Pero si se trata de aferrarse a sus posibilidades, la oposición tiene cerca su mejor precedente: en las elecciones de 2019 se quedó apenas a un edil de sumar para gobernar. De la Torre encadenó otro mandato porque sumó para su causa a los dos concejales de Ciudadanos y mantuvo a su lado a Juan Cassá cuando este se fue del partido naranja.
En este tiempo, se ha desinflado Ciudadanos, Vox parece haberse estancado, el candidato del PSOE se ha consolidado orgánicamente y la izquierda malagueña se ha fracturado, aún no se sabe si definitivamente. Las elecciones del 28 de mayo servirán para medir el peso de cada factor y, también, si las sombras que asoman en el proyecto de De la Torre (turistificación, encarecimiento de la vivienda, suciedad en los barrios) opacan su popularidad.
A cuatro meses de las urnas, la previsión es que no. El PP recuperaría la mayoría absoluta (obtendría 16 o 17 concejales, ahora tiene 14), seguido del PSOE (que lograría 11-12, como ahora) y la izquierda en dos (uno menos). Ciudadanos desaparecería del consistorio y Vox estaría al filo de lograr representación por primera vez, según el sondeo preelectoral del Centro de Estudios Andaluces (Centra), dependiente de la Consejería de la Presidencia, publicado este lunes.
Las bazas de De la Torre: carisma y Málaga en el mapa
Francisco de la Torre lleva dos décadas siendo el rival a batir. Desde que sustituyó a Celia Villalobos en el año 2000, este ingeniero agrónomo y licenciado en Sociología, amante de la cultura francesa y con acreditada fama de trabajador incansable ha encadenado cinco victorias, tres de ellas con mayoría absoluta. Más allá de las críticas a su proyecto, su figura es respetada también entre adversarios y sectores de la izquierda, y ha trascendido la ciudad. Suelen apreciarse fuera de Málaga sus rasgos liberales, su tono amable (a veces profesoral) y su tenacidad. También un proyecto que ha situado a la ciudad en los mapas turístico, cultural y tecnológico.
Aunque demorara su anuncio hasta el pasado septiembre, había pocas dudas de que decidiría repetir como candidato. Tanto confía el PP en De la Torre que esta vez lo utilizará también como mentor de candidatos en otros municipios. Sin embargo, cada nueva cita electoral es una menos para afrontar el relevo, que podría llegar a mitad de mandato. “Dios dirá”, dijo De la Torre. El alcalde ha anunciado que estará en su lista, que conforman entre él y el partido. Suena Elisa Pérez de Siles, portavoz del PP municipal, pero la decisión no está tomada.
Su principal baza electoral, más allá de su popularidad, es haber situado a Málaga bajo los focos. Primero fueron los museos, punta de lanza del proyecto de impulso turístico. Después el sector tecnológico, del que tiró el Parque Tecnológico (hoy renombrado Málaga Tech Park), y ahora ya atrae a las empresas más potentes del mundo: de Google (con un centro de ciberseguridad) a Oracle, pasando por Vodafone. Además, ha generado un floreciente ecosistema local (Freepik, BeSoccer, Uptodown, JobandTalent…). Últimamente, la ciudad se ofrece como meca del teletrabajo para consultoras, banca de inversión o cualquier sector que pueda deslocalizar a sus trabajadores.
Las críticas de la izquierda: encarecimiento de la vivienda y despersonalización
El reverso de la moneda es que muchos malagueños y malagueñas no pueden seguir el ritmo que imponen los recién llegados. El INE acaba de divulgar el dato del padrón: en 2022, Málaga ganó población extranjera (+2.636 habitantes) mientras perdía población española (-965). A esta dicotomía se agarra la oposición para construir su discurso electoral, con un tema estrella: la dificultad de muchos para acceder a una vivienda.
El líder del PSOE, Daniel Pérez, lleva cuatro años pateando la calle para darse a conocer, pero aún se le achaca su escasa visibilidad. En este tiempo, ha articulado un discurso de denuncia de la situación de los barrios y sus habitantes, en oposición al modelo que abanderaría De la Torre, focalizado en engalanar Centro Histórico, según los socialistas. A medida que el alza de precios generada por el incremento de las viviendas turísticas (casi 8.500, a un ritmo de cuatro nuevas cada día) y las franquicias expulsan a los vecinos y a los comercios tradicionales, la ciudad se despersonaliza.
El PSOE, que necesitaría sumar 16 concejales (ahora tiene doce) con la izquierda o con Ciudadanos, trata de capitalizar un sentimiento cada vez más extendido: las consecuencias negativas de estar de moda afectan ya a toda la ciudad, donde los precios de vivienda en compra y alquiler han crecido en 2022 triplicando la media nacional: el 13,5% en compra y el 20,7% en alquiler, según Idealista. Se ofrecen zulos de 25 metros cuadrados por 750 euros al mes y apenas hay viviendas por menos de 1000 euros, cuando la renta bruta media por persona es de 1.246 euros, según el INE.
Ahora, el ayuntamiento plantea un plan de financiación público-privada que contempla construir 8.900 viviendas para venta y alquiler, 4.100 de ellas protegidas. Pérez lo ha calificado de “bluf” porque hay unos 25.000 demandantes de VPO. En 2022 el ayuntamiento construyó 16.
División a la izquierda del PSOE
A la izquierda de Pérez, IU, Más País, Equo e Iniciativa por Andalucía trabajan en el programa de una candidatura en la que por ahora no está Podemos. Remedios Ramos, su cabeza de lista, ha ganado las primarias en IU y en la confluencia, que se llamará Por Andalucía Málaga. Y dice que si Podemos (que abandonó las conversaciones en septiembre) quiere reincorporarse, tendrá que aceptar el camino que ya ha recorrido.
Nicolás Sguiglia, portavoz y candidato de Podemos en Málaga, pide que la candidatura se llame Unidas Podemos para capitalizar el trabajo de la coalición de Gobierno y que el bloque considere colocarlo a él de candidato, en vista de que los tres últimos fueron de IU (Eduardo Zorrilla en las municipales de 2019, Alberto Garzón en las Generales de ese año e Inmaculada Nieto en las autonómicas de 2022).
La fractura en la izquierda no les conviene, pero es lo habitual. En 2015 Ganemos se rompió y de ahí salieron Málaga Ahora (cuatro concejales, municipalistas y Podemos) y Málaga para la Gente (dos, IU). En 2019, los municipalistas de Málaga Ahora no concurrieron con Unidas Podemos, que obtuvo tres concejales. Los 4.300 votos que logró Málaga Ahora no sirvieron para lograr ningún edil, pero sumados a los de Unidas Podemos habrían resultado en cuatro concejales: suficientes para sumar con los 12 del PSOE y lograr la alcaldía.
Debilidad de Ciudadanos y nuevo candidato en Vox
Además de esta dispersión en la izquierda, el PP puede beneficiarse de las dudas con las que llegan los otros partidos de la derecha municipal. En 2020, Ciudadanos quedó reducido a la mitad cuando Juan Cassá abandonó la formación que le había ninguneado. Noelia Losada asumió la concejalía de Cultura en un equipo de gobierno integrado por otros 14 concejales del PP, pero esto ahora le puede pasar factura ante un electorado que apenas la ha distinguido. Ahora ha empezado a mostrar alguna diferencia en temas muy simbólicos como la construcción del rascacielos del Puerto (ahora se opone) o el desalojo de La Invisible.
En el extremo, Vox es víctima de sus rencillas internas, que han ido desgajando del partido a sus figuras más visibles y gran parte de sus afiliados. En 2019 no logró ni un solo concejal. Para 2023 presenta a Antonio Alfonso, que pasó de simpatizar con Ciudadanos en Marbella a coordinar Vox en Málaga, donde apenas se le conoce.
La debilidad local y estructural de los partidos de derecha y la división de los de izquierda juegan a favor de De la Torre, que quiere rematar su carrera política con la elección de Málaga como sede de la Exposición Internacional 2027. Está por ver si el descontento que ya se evidenció en 2019 ha crecido lo suficiente para, esta vez sí, derrotar al candidato hasta ahora imbatido.
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