En plena sequía, y con el telón de fondo de la crisis política abierta con el Gobierno de España y la Comisión Europea, que censuran el intento del PP y Vox de legalizar regadíos irregulares en Doñana, el presidente de la Junta de Andalucía parece dispuesto a ondear la bandera del agua como argumento de la campaña para las elecciones municipales. En un mitin en Málaga, acompañado del líder del PP Alberto Núñez Feijoo, Juan Manuel Moreno ha arremetido contra Pedro Sánchez, al que ha acusado de no acometer inversiones que garanticen el agua en Andalucía, incumpliendo supuestamente su palabra. “No nos pueden negar el agua”, ha dicho.
No ha hecho, sin embargo, ni una sola referencia a la polémica ley para legalizar regadíos irregulares en Doñana, que cuenta con la oposición del Gobierno central, ecologistas, instituciones científicas y la Comisión Europea, y cuya tramitación ha aparcado el PP andaluz hasta justo después de las elecciones municipales.
“Sentarse y esperar que llueva”
Moreno parece así decidido a introducir en las elecciones la variable de la sequía “pertinaz” (ha dicho) que atraviesa el país, y muy particularmente Andalucía y algunas zonas de Málaga (como la Axarquía), imputando al Gobierno central una supuesta voluntad de cerrar el grifo. Esto pone en peligro, según Moreno, al turismo, el sector agrícola, ganadero y la industria andaluzas. El Gobierno central es responsable de la gestión de la Confederación Geográfica del Guadalquivir, que abastece al 67% del territorio.
Moreno ha contado que en dos reuniones que mantuvo con Sánchez, en 2021 y 2022, le trasladó la urgencia de acometer inversiones. “Me dijo que haría un esfuerzo, pero ha bajado las inversiones en infraestructuras hídricas”. “No les gusta que hablemos de trasvases, ni de depuradoras y desaladoras, ahora construir pantanos es de fachas… ¿qué vamos a hacer para mantener nuestro sistema productivo en Andalucía, nuestros puestos de trabajo? ¿Cuál es la política de agua del señor Sánchez? Sentarse y esperar que llueva”, se ha respondido.
No ha sido el único envite de Moreno contra el Gobierno central, al que ha achacado hablar “con desdén” de Andalucía, a cuenta de unas declaraciones de Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica. “Desde su pequeña esquinita, y de su arrogancia de señorito, está haciendo un daño inmenso a los onubenses, a Andalucía, a Doñana y al conjunto de España”, criticó Ribera, en el contexto del enfrentamiento abierto entre su Gobierno y el de Moreno por los regadíos ilegales en el entorno de Doñana. “Necesitamos un gobierno que nos respete”, ha apuntado hoy Moreno.
Escuchando al presidente andaluz estaba Núñez Feijóo, Elías Bendodo (antes su mano derecha, hoy coordinador general del PP) y el propio alcalde de Málaga, Francisco de la Torre. También entre 1.500 y 2000 simpatizantes de toda la provincia, algunas lindando con el fenómeno fan. En esta campaña, el PP pretende explotar la imagen ganadora del presidente de la Junta de Andalucía, vencedor en los comicios autonómicos de hace un año con mayoría absoluta. Mañana, el tándem Núñez Feijóo – Moreno se desplazará a Granada para apoyar a Marifrán Carazo, exconsejera de Fomento, que aspira a relevar al socialista Francisco Cuenca.
De la Torre apunta a la Ley de Vivienda por los precios en Málaga
Ocurre que en Málaga el PP presenta un candidato, De la Torre, que ha ganado cinco elecciones, cuatro de ellas con mayoría absoluta, desde 2003. Así que tocaba situarlo como referencia una y otra vez, resaltar su dedicación a pesar de su veteranía, que es “buena gente” y no llama a las 6 de la mañana como Fraga a pesar de que se levante pronto, bromeó Feijóo, que agradeció “que un alcalde, grande como una torre, se dirija a mí con tanto cariño”.
De la Torre devolvió los cumplidos. Desde que Moreno es presidente, no hay mitin en que no repita que ahora sí trabaja bien con la Junta de Andalucía, porque ha abierto “puertas y ventanas a los aires municipales”. No como antes, suele añadir.
El alcalde dejó para sus invitados las referencias a la pujanza de Málaga, y pretendió defenderse de las acusaciones por no ser capaz de contener las repercusiones negativas que también provoca. Principalmente, las dificultades de muchos malagueños para encontrar una vivienda a un precio que puedan pagar. Málaga es la ciudad donde más ha crecido el precio de una vivienda en alquiler en el último año, con subidas del 24,7%, según Idealista. Es la primera ciudad andaluza en alcanzar los precios de la burbuja inmobiliaria y superarlos: alquilar es un 57% más caro que en 2007, y comprar, un 5% más caro. El paso de viviendas al alquiler turístico y la llegada de trabajadores cualificados con altos salarios son factores que empujan a estas subidas.
“Cuando una ciudad tiene éxito mucha gente quiere vivir en ella. Hay demanda para comprar y alquilar, y los precios suben”, dijo De la Torre, que sin embargo buscó responsabilidades fuera, apuntando a la Ley de Vivienda, que aún no ha entrado en vigor: “Cuando hay una política inadecuada, aumenta la demanda y se reducen la oferta y suben los precios”. De la Torre ha defendido su plan de ayuda al alquiler a familias vulnerables, que agentes sociales y potenciales beneficiarios critican por no ser eficaz con los potenciales arrendadores. También ha esgrimido las 13.600 viviendas (8.900 en construcción libre y protegida y 4.700 en alquiler) de su Plan de Vivienda, al que ha definido como riguroso frente al del PSOE.
De la Torre aspira a un séptimo mandato (en el primero, de 2000 a 2002, sustituyó a Celia Villalobos), recuperando la mayoría absoluta que perdió en 2019. En estos años se ha apoyado en la concejala de Ciudadanos, Noelia Losada, y en un exconcejal del partido naranja, Juan Cassá, declarado tránsfuga por el Pleno. “Los socios no siempre son socios, a veces hacen de oposición. Ha ocurrido, y no es bueno que ocurra”, ha dicho para pedir la “más amplia mayoría posible”. De revalidar la alcaldía y agotar el mandato, acabaría con 84 años.
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