Málaga rebosa de refugiados provenientes de media Andalucía. Llegan por miles, en un reguero humano que huye del avance golpista arrastrando historias de represión. La ciudad es un hervidero con una única salida: la línea costera que conduce a Almería. Una trampa mortal. 'La desbandá', marcada por la derrota, estalla entre el 7 y el 8 de febrero de 1937, hace 79 años este domingo.
El ejército rebelde, al acecho, ejecuta junto a efectivos alemanes y tropas italianas un ataque indiscriminado contra la población civil. El drama humanitario precede a Gernika (Vizcaya) –26 de abril del 37– o Xàtiva (Valencia) –12 de febrero del 39– y los supera en dimensiones. Casi ocho décadas después, se redescubren las cifras del mayor crimen de guerra del franquismo. La marabunta afectó a más de 300.000 desplazados, según el libro 1937. Éxodo Málaga Almería.
“El número de personas víctimas del éxodo es muy superior a 150.000, cifra que hasta hoy se había dado por válida”, afirman los autores del proyecto, Maribel Brenes y Andrés Fernández. De la interminable lista de desplazados que partió de Málaga, solo en el tramo “de Adra a Almería quedaban cerca de 200.000 personas”.
La investigación, que durante seis años ha peinado archivos militares y civiles, multiplica datos como el de fallecidos o desaparecidos. Y ratifica con aporte documental la participación de fuerzas armadas de Alemania e Italia en la matanza. Relata las “horas y minutos” de una operación por tierra, mar y aire. La “participación extranjera” violaba así las más elementales leyes internacionales de la guerra.
“El crimen se ha perpetrado”
“Una vez pasada la zona costera de Torre del Mar-Nerja, la aviación comienza el ataque aéreo y ametrallamiento a una caravana de familias indefensas”, precisa el presidente de la Asociación Contra el Silencio y el Olvido Memoria Histórica Málaga, Francisco Espinosa. Desde el agua, “la escuadra sublevada” que forman los cruceros Canarias, Baleares y Almirante Cervera “cañonean y disparan sobre blancos humanos que huyen aterrorizados”.
“Infinidad de muertos y heridos” quedan en la carretera que bordea la costa. “El crimen se ha perpetrado”. La obra 1937. Éxodo Málaga Almería, subtitulada Nuevas fuentes de investigación, reconstruye el asalto a la ciudad costasoleña y el asedio a quienes intentaban escapar a tierras almerienses, todavía en manos republicanas. El texto responde a preguntas abiertas hasta ahora sobre el trágico episodio conocido como 'la desbandá'.
“Hemos reunido documentos que nos han permitido hacer una reconstrucción más aproximada de lo que sucedió”, apunta Andrés Fernández. El estudio certifica de este modo cada movimiento militar organizado y el daño colateral de una acción que evidencia la imprevisión gubernamental contrapuesta a “conductas heroicas”.
Capítulos que atestiguan el terror cainita de la guerra civil y quedan al descubierto, en el libro, “con la lectura de los testimonios de los protagonistas”. Conversaciones crudas y muchas inéditas sobre la carnicería en que mutó aquella desesperada huida por la actual carretera N-340 que une Cádiz con Barcelona.
“Una mujer, un niño mamándole la teta y ella muerta”
“El día siete de febrero de 1937 toda mi familia partió de Vélez-Málaga hacia Almería ante el avance de las tropas fascistas, porque había muchos rumores de que cuando llegaban asesinaban, violaban y saqueaban a la población”, contaba Amparo Gallardo (nacida en 1925). “Fuimos bombardeados por dos barcos de guerra mientras continuaban los ametrallamientos desde el aire. No había escapatoria, porque a la izquierda teníamos la montaña y a la derecha un enorme barranco. Nos tirábamos en las cunetas y mi padre nos cubría con su cuerpo para protegernos”.
“Lo que más me impresionó fue una mujer en la orilla de la carretera, con un niño mamándole en la teta y ella muerta”, recuerdan Juana y Josefa Muñoz. Tenían 13 y 10 años. “Y seguimos para adelante”. Supervivencia. Un chófer, llorando, decía “yo no puedo encender la luz, porque si enciendo la luz, el Cervera y el Canarias que están allí… somos víctimas seguras”.
Y desesperación absoluta, retratada en una familia: “él saca la pistola y mata a la hija y al hijo, después mata a la mujer y cuando vamos a cogerle a él, se pega un tiro antes. Estos son los primeros muertos que hay delante de mí, a 4 ó 5 metros”, relataría Salvador Guzmán, un niño de 9 años en plena 'desbandá'.
El libro trae “respuesta a dudas que se han mantenido en la historiografía” sobre el mayor crimen de guerra cometido en la guerra civil española, dicen sus autores. Un recorrido cronológico que rescata los cuadernos de bitácora de dos de los buques, elabora mapas con el movimiento de los ejércitos y otros documentos como el Censo de Refugiados, los “más de 1.700 registros de los que llegan a Almería y se quedan viviendo allí”. Como resultado de la investigación que redescubre la cruel carnicería perpetrada por los rebeldes sobre población civil indefensa, una exposición itinerante titulada El éxodo de la carretera de Almería. Febrero de 1937 expondrá los documentos originales que aparecen en la obra.