Un archivo fotográfico con casi 3.000 documentos de la Jefatura Provincial de Tráfico de Sevilla ha sido “rescatado del olvido”. Es la memoria, bañada en sepia, de los carnés de conducir expedidos en la ciudad entre los años 1934 y 1939. Y ya está disponible en el Archivo Histórico Provincial de Sevilla, que califica los libros de registro como “únicos”. No hay más. La Dirección General de Tráfico nunca, hasta ahora, puso en circulación aportes documentales similares.
“La escasa información que contiene cada asiento permitirá, una vez se elaboren los instrumentos de descripción necesarios, el estudio comparativo y cualitativo de la conducción en Sevilla en los años 30 del pasado siglo, por sexos, procedencias o tipos de vehículos”, refleja el Archivo sevillano. Una serie documental que comenzaría a comienzos del siglo XX y aporta “la recuperación de una imagen fotográfica” de alrededor “de 3.000 hombres y mujeres”.
“Estos libros testimonian una actuación administrativa muy concreta”, anota el Histórico Provincial, que tiene nombre y apellidos en el afán de conservación y difusión. Se trata de Cecilio Gordillo, funcionario de la delegación sevillana de Tráfico y coordinador del grupo de trabajo Recuperando la Memoria de la Historia Social de Andalucía (RMHSA) de CGT. “Son 2.956 fotografías”, una “importante colección” que, a través de la página web del Archivo, permitirá realizar búsquedas por nombre y apellido.
“Una valiosa y rara documentación gráfica”
“Estos tres álbumes son de los pocos de estas características existentes en España”, confirma Gordillo. “Una valiosa y rara documentación gráfica que ayudará al conocimiento no sólo de la historia automovilística sino que en algunos casos ha puesto rostro a víctimas del franquismo”, continúa. Ejecutados como el conductor y concejal republicano de Mairena del Alcor, Julián Mira Manzaneque, o Manuel Ojeda Domínguez, de Aznalcóllar, al que también asesinaron a su padre y tres hermanos: Mario, Virgilio y Ventura.
Y afines a los fascistas, como María Queipo de Llano, hija del general golpista Gonzalo Queipo de Llano, o el falangista y primer alcalde de Coria del Río tras el alzamiento militar, Miguel Delmás Pérez. Aparecen, incluso, conductores inscritos el mismo día del golpe de Estado, caso del segundo marqués de Aracena, Javier Sánchez-Dalp Marañón. “Si el 18 de julio se estuvieron otorgando carnés de conducir por parte de la Administración republicana algo no coincide con lo que nos han contado en torno a la ocupación de la ciudad”. Quizás no se fue consciente en un primer momento, apunta, de “lo que se venía encima”.
En alguna ocasión el funcionario escribía el vehículo del interesado: Pontiac, Blitz, Chevrolet, Duburn, Citröen... Ahí están unas 40 mujeres, primeras conductoras sevillanas. “A partir del 36 ya es menos frecuente encontrar mujeres”. Y un “importante colectivo de alemanes en los libros del 38 y 39”, un aspecto curioso “o no tanto dadas las circunstancias del momento”, señala Gordillo. Memoria en sepia de una época convulsa que da “esperanza en que se rescaten del olvido otros de similares características que aún estén perdidos en algún trastero o almacén de empresas o administraciones públicas”. Una documentación “excepcional que cuesta trabajo pensar que solamente se haya conservado en Sevilla”, inciden desde RMHSA. Los de otras delegaciones de Tráfico estarán “durmiendo en algún estante”.