En el cortijo de Queipo en la provincia de Sevilla trabajaron esclavos del franquismo. Investigaciones históricas certifican este extremo, el uso de los derrotados como botín de guerra en la finca de Gambogaz que el militar golpista recibió, en teoría, como “regalo” de la ciudad de Sevilla (extremo del que no constan documentos).
En Gambogaz “trabajaron presos sacados de la Prisión Provincial por orden del Gobernador Civil” de la época y del “encargado de Queipo en el cortijo”, Emilio Elena Landa, “que los retiraba directamente de la cárcel, como si de una autoridad se tratara”, relata el historiador José María García Márquez. La prueba del uso de presos como trabajadores forzados aparece en un documento aportado por el investigador y al que ha tenido acceso eldiario.es/andalucia.
“Siendo necesarios en la 'Fundación Queipo de Llano' del Cortijo de Gambogaz brazos para las faenas de la recolección de la expresada finca y teniendo en cuenta que ya en otras ocasiones se han utilizado detenidos gubernativos para estos menesteres en el Cortijo citado, se servirá V. designar entre los referidos detenidos en esa Prisión a la disposición de mi autoridad, treinta de ellos, de los de mejor conducta y comportamiento y que sepan el oficio que van a desempeñar, de los cuales se hará cargo el encargado del Cortijo Emilio Elena Landa, debiendo quedar en la Fundación como tales detenidos a mi disposición”, reza el escrito, fechado a 17 de mayo de 1939, “Año de la Victoria”, rubrica.
El Ayuntamiento de Camas (Sevilla) quiere presentar dicha investigación para lograr que el cortijo y las tierras sean declaradas Lugar de la Memoria. La propuesta, trabajada junto a la Asociación Memoria, Libertad y Cultura Democrática (MLCD), de Camas, apunta también al reconocimiento del uso de esclavos del franquismo en Gambogaz.
El Consistorio, de hecho, ya intentó que la finca entrara en el catálogo andaluz de espacios memorialistas, “a petición del grupo de trabajo Recuperando la Memoria de la Historia Social de Andalucía de CGT”, pero la petición fue desestimada por la Junta de Andalucía “por falta de documentación histórica que lo acreditara”. Ahora sí existen datos que certifican estas actividades de utilización de presos políticos como trabajadores forzados.
Y archivos, caso de la autorización para el traslado de algunos de estos reos desde la cárcel provincial de Sevilla. Estos documentos testifican que el encargado o persona de confianza de Queipo elegía a grupos de condenados para que realizaran labores agrícolas en Gambogaz, según la investigación del historiador José María García Márquez.
La extraña operación de traspaso
Esta iniciativa se suma a la que el mismo Ayuntamiento de Camas acaba de aprobar para dilucidar cómo se produjo el traspaso de las tierras en plena Guerra Civil al general golpista pidiendo información a la Dirección General de los Registros y Notariados, al Colegio de Notarios de Sevilla y al Registro de la Propiedad. El Consistorio quiere “copia de la escritura de compraventa”.
Porque “no hay datos” de la operación de traspaso “por ninguna parte”, confirma la concejal de Cultura, Identidad Local y Participación Ciudadana, Eva Pérez Ramos. “Es lo único que tenemos claro, que de momento no tenemos ningún documento que acredite que Gambogaz se le donó a Queipo de Llano por esa suscripción popular o que fue un regalo del Ayuntamiento de Sevilla”, subraya.
El Ayuntamiento camero quiere confirmar que en las tierras de Queipo, convertidas en la punta del iceberg del expolio franquista en Andalucía, se usaron esclavos del franquismo. El municipio trasladará el acuerdo, que tiene “siempre como referencia la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía”, a la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía.
Sobre la finca crece un movimiento social que pide la “recuperación de Gambogaz para el pueblo” y nace siguiendo los pasos de la lucha por el Pazo de Meirás en Galicia. Es más, hay convocada una doble manifestación el día 10 de noviembre, en tierras gallegas y andaluzas.
La recién creada Plataforma Gambogaz va a intentar mantener distintas reuniones con los grupos políticos representados en el Parlamento de Andalucía para “poner sobre la mesa” el caso. Y el Ayuntamiento camero, al hilo de estas reivindicaciones, también va a promover que la hacienda, en estado de abandono, quede abierta al público y recuperada, ya que la Torre del Cortijo de Gambogaz está catalogada como Bien de Interés Cultural.