Miles de andaluces denuncian en la calle que la sanidad pública “se ha convertido en un negocio” bajo el Gobierno de Moreno

Sara Rojas

17 de noviembre de 2024 17:30 h

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Miles de andaluces impulsados por las Mareas Blancas se han echado a la calle este domingo en todas las provincias (en Cádiz lo hicieron el sábado) para defender la sanidad pública en Andalucía. Miles de usuarios y de profesionales del sistema sanitario público que han querido mostrar “su total indignación por la deriva de deterioro que ha tomado la sanidad pública andaluza en manos de los actuales dirigentes políticos”, como ha expresado el portavoz de Marea Blanca en Sevilla, Sebastián Recio, durante el alegato final de una marcha que ha calificado de “éxito rotundo de movilización, de conciencia y compromiso”, a tenor del respaldo multitudinario con el que ha contado la convocatoria de protesta.

La llamada a la movilización ciudadana por parte de la coordinadora andaluza de las mareas sanitarias ha coincidido con un momento crítico en la gestión del Gobierno de Moreno, cuya gerente del Servicio Andaluz de Salud (SAS) acaba de ser citada en sede judicial como investigada por un posible delito de prevaricación administrativa por abusar supuestamente del sistema de contratación de emergencia (a dedo) una vez superada la pandemia. Además, la manifestación se ha celebrado un día después de que la edición andaluza de elDiario.es desvelase otro informe “desfavorable” del órgano de fiscalización de la Junta de Andalucía contra los contratos de emergencia a clínicas privadas en 2022 y 2023, que niega la principal línea de defensa de los altos cargos imputados en la causa judicial abierta.

Desde el punto de vista judicial, la coordinadora de Mareas Blancas también ha recibido esta misma semana una mala noticia al no haber prosperado sus denuncias por el colapso de las listas de espera sanitaria. Frente al archivo de la denuncia por parte de la justicia, “el clamor de la calle” ha latido con fuerza este fin de semana en las ocho capitales de provincia. En Sevilla, donde se ha vivido la jornada más multitudinaria contando con 50.000 asistentes, según los convocantes (cifra que contrasta con los 6.000 que estima la Policía Nacional), el mensaje a favor de una “sanidad pública y de calidad” ha recorrido una de las principales avenidas de la ciudad, reforzado a golpe de tambor, gracias a la batucada que ha acompañado a la marcha desde José Laguillo hasta la Glorieta del Cid.

Más allá de ideologías

Ese latido en favor de la sanidad pública que ha retumbado en la capital andaluza lo han secundado miles de ciudadanos procedentes de 40 colectivos de mareas blancas en pueblos de la provincia como Mairena del Aljarafe, Osuna o Morón de la Frontera, además de sindicatos como CCOO, CGT o UGT, y partidos políticos de la izquierda parlamentaria, como PSOE, Por Andalucía, Adelante Andalucía o Iniciativa del Pueblo Andaluz, entre otras organizaciones políticas y sociales. “Todos al unísono defendiendo la sanidad pública”, ha celebrado Sebastián Recio.

En efecto, encabezando pancartas durante la marcha se han podido ver rostros como el de Juan Espadas, secretario general del PSOE andaluz, desde la convocatoria en Sevilla, o Inmaculada Nieto, portavoz de Por Andalucía en el Parlamento andaluz, que participó el sábado en la convocatoria que tuvo lugar en Cádiz. Algo que ha llamado la atención de Eduardo Muñoz, un vecino del municipio sevillano de Carmona, que dice echar “en falta” la representación de todos los grupos políticos del arco parlamentario.

“Defender la sanidad pública es un deber de todos, pero solo veo grupos de izquierda”, lamenta Eduardo, sosteniendo entre sus manos una pancarta que hace referencia al uso de los contratos de emergencia prorrogados tras la pandemia del Covid-19. “La pandemia ha sido un negocio y ya no sabemos a quién creer, porque Moreno dice que no hay dinero para contratar médicos, pero sí tiene para dárselo a las grandes empresas”, reprocha este ciudadano, contando con la aprobación del resto del grupo con el que se ha desplazado hasta la capital hispalense para defender la sanidad pública.

Otros de los carteles que han abanderado los manifestantes durante la concentración abogan por “más plantillas y menos corrupción”, por la defensa de la sanidad desde las instituciones públicas “gobierne quien gobierne”, mientras que otros sirven de llamada a los jóvenes para defender la sanidad pública: “¡Joven, reflexiona! ¿Quién no necesita la sanidad pública?”.

Lo cierto es que la mayoría de los asistentes son de mediana edad en adelante, aunque también se pueden ver abuelos con sus nietos, familias con sus hijos pequeños y grupos de jóvenes como Minerva Calderón y Antonio José Alemany, quienes a sus 25 y 23 años respectivamente, demuestran un alto grado de concienciación social porque, dicen, tienen a su alrededor a mucha gente “sufriendo las consecuencias del deterioro” de la atención médica.

“La juventud tiene que luchar para conservar un derecho que nos pueden arrebatar si el Gobierno de Moreno continúa desmantelando la sanidad pública, sobre todo en los pueblos”, reivindica la joven sevillana, quien recuerda que cuidar el sistema andaluz de salud es responsabilidad de la Junta de Andalucía porque “la sanidad es de competencia autonómica”. Junto a ella, Antonio José enfatiza en la idea de que la defensa de la sanidad pública “no es una cuestión de izquierdas ni de derechas” porque lo que está en juego es “seguir estando vivos”.

Testimonio de los profesionales

Con este acto de protesta, Mareas Blancas ha querido alertar sobre el “deterioro de la sanidad pública” que, según consideran, “está llegando a un extremo de gravedad que no podemos consentir más”. “Las largas listas de espera están generando complicaciones en enfermedades crónicas, incluso en algunos casos, por falta de atención en tiempo adecuado, situaciones irreversibles de la enfermedad y muertes”, advierten desde la organización sanitaria, señalando también que “las demoras asistenciales en los centros de salud se están computando ya entre dos semanas y hasta treinta días en algunos casos”.

Agarrando con una mano a su hijo y con la otra una pancarta de protesta, Cristina Rus, explica que es importante manifestarse para denunciar los retrasos a la hora de conseguir citas con médicos de cabecera o especialistas. “Al no tener nunca citas disponibles con los pediatras en el centro de salud, nos vemos abocados a colapsar las urgencias para que atiendan un problema de nuestros hijos que no puede esperar dos semanas o más”, explica esta madre.

Una vez que consiguen que los atiendan, Cristina lamenta que el tiempo de la consulta se haya visto reducido notablemente. Pedro Gallego, médico de atención primaria en el distrito Cerro-Amate de Sevilla, reconoce que cuentan con “poco tiempo para poder atender adecuadamente” a los pacientes, debido a que los profesionales se ven desbordados por la falta de personal. Ello se traduce en “más posibilidad de fallo”, lo que este médico veterano considera “un auténtico peligro”.

Visiblemente preocupado, el doctor Gallego diagnostica que los dirigentes políticos de la Junta “se están quedando con todo lo público”. “Nos están dejando con el esqueleto porque el fin es hacer negocio”, afirma. Este profesional que lleva décadas sirviendo en la atención primaria piensa especialmente en las personas mayores que se quedan “presas en sus casas” al no poder salir y no contar con la atención de los médicos en sus domicilios. “La administración no piensa en ellos”, deplora.

En ese momento, la marea ciudadana que recorre la capital andaluza corea “nuestra sanidad no puede ser su negocio”. Una sentencia a la que se suma Sergio García, radiofísico que trabaja en el Hospital Virgen del Rocío. Este colega del gremio se confiesa testigo del “deterioro paulatino” que viene sufriendo el sistema público los últimos años. Hablando como profesional y como ciudadano, aduce primero que “se nos maltrata a los profesionales con contratos precarios mes a mes o incurriendo en fraude de ley en la contratación de interinos que no lo son”, y después, que “al haber pruebas que se retrasan, los pacientes no se tratan cuando deberían y eso agrava la patología que sufren”. García recrimina también que en ese contexto, el Gobierno andaluz “transfiera millones de euros a dedo a la sanidad privada en lugar de invertir en la pública”. Por todo ello, apela a “reivindicar y presionar a los poderes públicos”, incidiendo en que “es un drama que haya más de un millón de personas en listas de espera”.

Esas mismas reivindicaciones recorren las calles del resto de las capitales andaluzas, que también este domingo se han inundado de consignas y proclamas en la misma clave: “Moreno, escucha, el pueblo está en la lucha”. Según los datos de participación facilitados por la Delegación del Gobierno en Andalucía, a partir de las estimaciones de Policía Nacional, han sido unas 12.550 las personas que han acudido a las manifestaciones de mareas blancas a nivel general. Concretamente, en Almería, han sido 500 los asistentes, en Córdoba, 1.500, en Granada, 1.600, en Huelva, 400, en Jaén, 650, en Málaga, 1.500, y en Cádiz otras 400, aunque la organización convocante cifró en unos 1.200 los asistentes de este sábado en la capital gaditana.

La estrategia de Moreno

La marea ciudadana en defensa de la sanidad pública ha desembocado en Sevilla en la Glorieta del Cid, donde el portavoz de la marea sevillana ha esgrimido públicamente “los tres grandes errores estratégicos que este Gobierno andaluz del PP está perpetrando contra la sanidad pública”. En primer lugar, ha señalado al “abandono de la atención primaria”, lo que considera “el pilar básico donde comienza la atención integral y multidisciplinar de la historia clínica”.

A continuación, ha mencionado el error de “intentar hacernos creer que la privada es la que va a resolver los problemas de la sanidad pública”. “La privada se rige por unos criterios totalmente distintos a la pública, ven la enfermedad como un negocio, mientras que para la pública es un derecho: son dos visiones contrapuestas”, ha explicado este médico sevillano para preguntarse, a continuación, “cómo va a resolver la privada los problemas estructurales de la pública cuando funciona en clave de beneficio y no tiene en consideración a personas mayores o pluripatológicas porque no les resultan rentables”.

Para las mareas sanitarias, se trata de “una estrategia conducente a generar una reconversión sanitaria que dé lugar a un modelo de servicios sanitarios dual donde una sanidad pública empobrecida, saturada y deteriorada atenderá a la gente mayor, a las personas con enfermedades crónicas complicadas o con antecedentes oncológicos, pluripatológicos o cardiovasculares”. El resultado es que “solo puedan acceder a esos servicios quienes más recursos tengan”, ha argumentado.

El último eje de la estrategia que le atribuyen al Gobierno de Moreno es la “desconsideración hacia lo público y hacia la ciudadanía”. “Solo nos dejan las movilizaciones, las reclamaciones, cuando los usuarios y los profesionales somos los que estamos sosteniendo la sanidad pública”, ha recordado Recio. “No son capaces de dialogar constructivamente con las mareas blancas porque quieren que seamos clientes de un mercado precarizado y no usuarios protagonistas de nuestro futuro”, ha manifestado frente a los miles de asistentes que han marchado este domingo por la sanidad pública.

“Esas tres estrategias no son casuales, ni fruto de un error, se trata de una estrategia bien diseñada que se basa en conseguir apropiarse de lo común, de lo público, privatizarlo para convertirlo en un objeto de negocio”, ha denunciado. Frente a ello “abogamos por lo público porque somos el pueblo”, ha reivindicado Recio, contando con la ovación del público que ha suscrito cada palabra con un fuerte aplauso.

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