El sistema sanitario público de Andalucía, a debate el viernes en el Parlamento con ausencia del presidente de la Junta, va a volver a perder trabajadores desde hoy mismo. La Consejería de Salud no va a renovar a miles de profesionales que terminan sus vinculaciones a 31 de enero y que han estado trabajando estos últimos meses como refuerzo. Como ocurriera el 31 de octubre, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) va a prescindir de aquellos trabajadores que tengan menos puntos en la bolsa de contratación y las bajas afectarán sobre todo al personal de enfermería. Sin embargo, es imposible precisar el número porque Salud lleva semanas sin dar las cifras reales pese a que los sindicatos las han pedido reiteradamente y este medio también ha hecho lo propio.
Esta realidad vuelve a poner en el foco la necesidad de reforzar la sanidad pública de Andalucía, con vinculaciones más largas y que no acaben a los pocos meses en los mejores casos. Ahora mismo hay varios tipos de contratos y todos ellos tienen un punto en común para lo sindicatos: son precarios porque no ofrecen estabilidad a los trabajadores. Por una parte, están los 12.000 sanitarios a los que el SAS sí renovó el pasado 31 de octubre y también están las vinculaciones temporales que se han hecho entre esa fecha y las últimas semanas. En estas últimas hay dos a su vez dos tipos de perfiles: los interinos y los que han sido incorporados para cubrir bajas muy puntuales. Según fuentes del sector, las renovaciones se están dando sobre todo entre el personal que ha participado en una interinidad y no tanto entre los eventuales que han llegado en invierno.
Sin embargo, sindicatos como CCOO o UGT afirman que, a pesar de que sí se están extendiendo más vinculaciones de las que se preveían, “nuevas contrataciones no están haciendo y los contratos de Navidad acaban este lunes”. Además, estas mismas fuentes recuerdan que los 12.000 que fueron renovados en octubre mantienen su vinculación hasta el próximo 31 de marzo y no se sabe qué sucederá con ellos. El problema, una vez más, es que nadie sabe a ciencia cierta cuántos renuevan y cuántos se van a la calle porque, a diferencia del pasado otoño en el que el SAS anunció que no seguirían 8.000 sanitarios, esta vez la información ha brillado por su ausencia. Una situación inadmisible para los sindicatos, pero que tampoco es nueva porque acusan a la Junta de Andalucía de ocultar datos de manera habitual. Con este cóctel, CCOO y UGT han convocado una manifestación sanitaria para el próximo 19 de febrero.
“Oscurantismo” en las cifras
“El oscurantismo se ha implantado en la Consejería de Salud. Es una nueva estrategia. Cuando se quedan sin argumentos para defender una política sanitaria inexistente o nefasta, lo mejor que pueden hacer es ocultar datos para que nadie sepa cuánto contratan, cuánto despiden, cuánto necesitan o si lo que dice el presidente es verdad. En definitiva, intentan desmontar los argumentos de lo mal que gestionan y lo abandonados que tienen a ciudadanos y profesionales con la ocultación de datos”, denuncia Antonio Macías, portavoz de UGT en el área sanitaria. Su opinión es ampliamente compartida por el sector. Ninguno de los sindicatos tiene datos sobre la plantilla hasta el punto de que la última vez que el SAS ofreció la cifra oficial de trabajadores fue en 2019.
Entonces, el número de profesionales en la sanidad andaluza superaba ligeramente los 100.000. Ahora, según el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla, hay 125.000 empleados en el SAS. Algo que ha repetido en varias ocasiones en los últimos días y que ha hecho que el sector se le eche encima por dar un dato que creen que no se ajusta a la realidad y que solo sirve para dar un número que es una foto fija y no el volumen real de trabajadores que hay. Los sindicatos y los trabajadores recuerdan que Salud ha tenido que recurrir a medidas extraordinarias como prolongar la jornada laboral de enfermeros y médicos, tratar de contratar a personal jubilado, cerrar la mitad de los ambulatorios andaluces por las tardes o que los hospitales sacaran convocatorias extraordinarias para contratar a personal por días para paliar la falta de personal. Propuestas que no han frenado el colapso asistencial que se ha vivido durante la sexta ola y el periodo de alta frecuentación que tiene lugar cada invierno y que esta vez se ha visto claramente desbordado. Al respecto, los sindicatos señalan la “mala planificación” del SAS porque el sector sabe perfectamente que en estas fechas hay mayor demanda sanitaria.
Con todo, la situación en los hospitales y en los centros de salud se ha visto también al límite porque, según datos de la propia Junta, en lo que va de pandemia casi la mitad de los trabajadores se han visto afectados por la Covid-19 y han tenido que causar baja y la sexta ola ha contagiado a más de 7.000 sanitarios y ha mantenido en aislamiento a más de 400. A pesar de esta realidad, este lunes el SAS repetirá su estrategia del pasado otoño y prescindirá de un importante número de trabajadores, especialmente enfermeros, sin que nadie pueda saber concretamente cuántos serán. Las estimaciones solo se atreven a señalar que serán miles porque son muchos los contratos de corta duración que se han hecho y que no se renovarán.
Una maraña de contratos
Por otra parte, los propios sanitarios están inmersos en un galimatías de contratos que lo único que hace es enmarañar aún más las estadísticas de renovaciones y despidos. La principal razón de esta situación se encuentra en las interinidades. Fuentes del sector las califican de “pan para hoy y hambre para mañana” porque son plazas que están ocupadas actualmente por personal que no deja de ser temporal. Sus vinculaciones son eventuales y acabarán en el mismo momento en el que la Oferta de Empleo Público (OPE) que les afecta se resuelva y los sanitarios que hayan ganado esos puestos de trabajo tengan que incorporarse o en el momento en el que haya traslados con personal sanitario que tenga derecho a esas plazas. Sin embargo, fuentes sectoriales afirman que Salud está utilizando estas interinidades para “vender” más renovaciones de las que realmente se están haciendo. “Son contratos de larga duración, pero que en algunos casos llevan varias convocatorias sin ser cubiertos porque, por ejemplo, pueden ofrecer un contrato de varios meses en Huelva a un sanitario de Sevilla que en el momento en el que la OPE se resuelva sabe que se queda sin ese trabajo”.
Aunque los despidos no afectan especialmente al personal médico, también hay hartazgo por la inseguridad laboral que están afrontando. “Conforme cierren plantas COVID, que requieren mucho más personal que una planta ”normal“, probablemente haya personas que no se renueven. Los médicos como estamos para todo y el trabajo que haya se reparte entre los que están pues seguimos. Quizás al ser las plantillas de facultativos las más precarias siempre, con y sin pandemia, nadie se plantea perder el recurso más cualificado y crítico de la cadena asistencial, para que se vaya a otro lado”, afirma Francisco Cantalejo del Sindicato Médico. Como el resto del sector, cree que la Junta oculta información tácticamente: “Los políticos suelen refugiarse en las macrocifras donde incluso teniendo información a pie de obra de algún centro asumible sindicalmente, no nos sirve de nada ya que es imposible hacer una proyección a toda la comunidad”. Por eso, desde el sector piden más transparencia y que las medidas pasen por afianzar los empleos y captar al personal para que no se vaya de Andalucía ante la precariedad de los contratos que se ofrecen y que acaban al poco tiempo.