El Gobierno de Pedro Sánchez necesita sumar el voto de los partidos nacionalistas e independentistas catalanes para sacar adelante los Presupuestos Generales de 2019, pero no está dispuesto a iniciar una negociación que incluya la situación actual de los políticos presos. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha reconocido este lunes en Sevilla que si hace un año le cuentan que un pacto presupuestario iba a estar condicionado por el encarcelamiento de un grupo de políticos, no se lo hubiese creído. “Tampoco me lo creo ahora”, ha añadido, para dejar claro que no contempla ese escenario bajo ningún concepto.
Montero reconoce que se han iniciado ya “contactos y reuniones discretas” desde su Ministerio para negociar las próximas cuentas públicas de 2019, pero ha lanzado una advertencia clara al Govern catalán y a los líderes del PDeCat y de ERC, cuyos votos son necesarios en el Congreso. “He trasladado meridianamente claro a todas las formaciones del Govern que cuando hablemos del interés general, será sobre cuentas públicas, de ninguna cosa más. Si alguien quiere poner sobre la mesa otra reclamación, se la tendrá que llevar de vuelta. Los comentarios del Govern sobre los políticos presos son de cara a la galería, porque aquí no se va a alterar la separación obligatoria de poderes del Estado”, subraya la ministra.
La ministra de Hacienda también ha rechazado de plano que el líder de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, esté actuando como un interlocutor del Gobierno con los líderes nacionalistas. Iglesias se reunió la semana pasada en la cárcel con Oriol Junqueras, dirigente de ERC, también ha contactado en el extranjero con el ex president Carles Puigdemont, y con el lehendakari vasco, Íñigo Urkullu.
Son tres partidos nacionalistas con representación en el Congreso que tienen en su mano la aprobación de los Presupuestos Generales que el PSOE ha pactado ya con Unidos Podemos. “La negociación corresponde a Hacienda. Y este Gobierno no delega la negociación de los Presupuestos”, ha remarcado Montero, tras recordar que el propio Iglesias “ya ha dicho que no es ningún enviado del Ejecutivo”. “El Gobierno no es responsable de lo que hace Pablo Iglesias como tampoco lo es de que Pablo Casado se vaya a Bruselas a hablar mal de España”, avisa.
Montero descarta cualquier “trato diferenciado” o “privilegio fiscal” para Catalunya. “Ante el desafío soberanista”, dice, la propuesta del presidente Pedro Sánchez pasa por un referéndum para obtener más autogobierno, “pero eso en ningún caso puede suponer más privilegios o una quiebra de la igualdad de oportunidades de los territorios”.
A izquierda y derecha
La ministra de Hacienda ha negociado y aprobado los tres últimos presupuestos andaluces con Ciudadanos, socio preferente del Gobierno de Susana Díaz en este mandato, y ahora ha firmado un preacuerdo con Unidos Podemos sobre las cuentas generales del Estado. Esa dualidad, según la ministra, se debe a la “amplia base social” de los socialistas, que le permite “orientar las propuestas políticas del entorno”. “Siempre es difícil pactar un Presupuesto con formaciones diferentes, pero el PSOE siempre ha sabido pactar a la derecha y a la izquierda”, sostiene.
Un ejemplo de esa dualidad es el impuesto de sucesiones y donaciones. Montero tuvo que rebajar esa tasa en Andalucía -como exigencia de Ciudadanos-, pero siempre mantuvo que era un impuesto que gravaba más a las rentas altas, y que era obligación del Gobierno central “eliminarlo o armonizarlo” para evitar el dumping fiscal (o competencia desleal) entre comunidades (se trata de una tasa cedida a las regiones). Ahora, como ministra, no contempla deshacerse de este impuesto en los próximos Presupuestos, pero admite que la competencia desleal existe. “Sin duda, las comunidades con recursos y rentas más altas hacen dumping fiscal” y rebajan una tasa que a las regiones más pobres les supone mayor ingreso que a ellas. “Hay una obligación de armonizar este impuesto, imponiendo unos mínimos y unos máximos que eviten el dumping fiscal. Hay que abordar este problema y ponerle corrección”, asegura.
La ministra no siente que ahora forme parte de un Gobierno más de izquierdas que cuando era consejera de Hacienda en el gabinete de Díaz. Cuando se lo ha han preguntado, durante un desayuno informativo organizado por el grupo Joly, ha sido tajante: “No. Yo he aprendido a hacer políticas de izquierda en Andalucía”. Montero está satisfecha con su borrador de Presupuestos Generales, asegura que “recoge el programa del PSOE, aunque no todo el programa está volcado” en estas cuentas.
Para cerrar el coloquio le han preguntado cómo percibe el peso específico de Andalucía en el contexto político y económico de Madrid. “¿La verdad? La verdad es que aún la presencia de Andalucía en el conjunto del Estado es muy inferior a lo que le corresponde”, ha reconocido, instando a empresarios, sindicatos y otros agentes sociales presentes a afianzar el peso andaluz en el conjunto del país. “Echo de menos la presencia de más andaluces en sectores de representación política, social y económica en Madrid”, sentenció.