El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, ha expresado este miércoles que está “preocupado y ocupado por la subida de contagios”. No es para menos. La tasa de incidencia acumulada se ha situado en esta jornada en 432,9 por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, 14,4 puntos más en 24 horas y 118,8 más en una semana. Esta cifra devuelve a la comunidad a los registros de febrero aunque se mantenga por debajo de la media nacional que asciende a 622.
Ante el avance de la quinta ola, el Gobierno andaluz ha propuesto un toque de queda que afectaría a tres municipios andaluces. Conil de la Frontera (Cádiz), Villanueva (Córdoba) y Marbella (Málaga) son los únicos municipios de los 778 que hay en toda Andalucía que en la actualidad tienen una situación epidemiológica que provocaría la implantación de esta medida.
El Ejecutivo, tras escuchar al Consejo Asesor de Alertas de Salud Pública de Alto Impacto, ha planteado esta limitación de movilidad en aquellos municipios con más de 5.000 habitantes y cuya incidencia acumulada supere los 1.000 casos por 100.000 habitantes. Esta propuesta todavía tiene que ser ratificada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) para que se ponga en marcha.
Moreno ha dicho que “al Covid le gusta la fiesta a rabiar” para justificar este toque de queda excepcional. Pero la pandemia en Andalucía sigue estancada y encara una quinta ola que el consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, “estaba convencido” que no iba a producirse. En ese intento por “amortiguar de la mejor forma posible” el aumento de los contagios, el Gobierno andaluz se acoge a la vacunación y al uso de las mascarillas como únicos mecanismos.
“Hay que intentar disgustar a la Covid poniendo limitaciones”, ha expresado Moreno a pesar de que la Junta de Andalucía hasta este martes no había aprobado ninguna restricción extra en los últimos dos meses.
Sin medidas
“Si hay que endurecer las medidas, las endureceremos”, dijo el portavoz del Ejecutivo, Elías Bendodo, horas antes de la reunión del llamado 'comité de expertos'. En el encuentro se propuso el toque de queda junto con otras limitaciones de aforo en establecimientos de hostelería y en los locales de ocio nocturno. Y muchas recomendaciones. El Ejecutivo está “dispuesto a asumir el desgaste”, remató Bendodo.
El plan de desescalada que puso en marcha el Gobierno andaluz después del estado de alarma no está funcionando. Andalucía, en teoría, sigue en la fase de “estabilización”, la primera de las tres que se propusieron. Pero la evolución de la pandemia se ha agravado y en esta semana se ha vuelto a la tasa de incidencia acumulada registrada en febrero. Las hospitalizaciones, por su lado, han regresado a los niveles de mayo situándose en 868, de las cuales 153 están en las Unidades de Ciudados Intensivos (UCI)
Después de que el paraguas jurídico del estado de alarma finalizase, la Junta buscó, con el aval del TSJA, mantener el cierre perimetral de aquellos municipios con incidencia elevada, pero a la par, iba ampliando las limitaciones de horarios y de aforo de la hostelería y en el comercio. Es cierto que la gestión hubiera sido más fácil con la modificación de la ley de Salud Pública o la puesta en marcha de una ley de Pandemias como ha reclamado se ha reclamado desde San Telmo al Gobierno central.
Andalucía fue la primera comunidad autónoma en ampliar hasta la medianoche el horario de bares y restaurantes y la primera en abrir el ocio nocturno, y hasta las 2:00 de la mañana. La hostelería agradeció este aperturismo en su defensa del sector como “un lugar seguro” y donde se garantizan las recomendaciones sanitarias. Posteriormente el Gobierno andaluz extendió el horario tanto de las heladerías (15 de junio) como de los establecimientos de hostelería al aire libre (6 de julio).
El empeoramiento de los datos de la pandemia se debe a la variante 'Delta' que, como apuntó Aguirre, ya es “la mayoritaria” en la comunidad. También a que en dos meses el Gobierno andaluz ha ido prorrogando unas medidas sanitarias sin adoptar ninguna restricción. Moreno no quiere “alarmar” a la sociedad andaluza ya que el aumento de los contagios no se traslada a la presión hospitalaria gracias al ritmo de la vacunación.
“Vacunar, vacunar y vacunar” es el compromiso de la Junta, que está cumpliendo a buen ritmo (esta semana ya se pueden citar a los mayores de 20 años). Pero suspende en los objetivos que se había marcado a finales de junio en cuanto a número de contagios (150 casos por 100.000 habitantes en incidencia acumulada) y de hospitalizaciones (500).
La nueva normalidad estaba fijada para el pasado 21 de junio y se convirtió en una quimera. Lo que queda son las repetidas llamadas a la “prudencia” y las recomendaciones. La estrategia del Gobierno se centra en “la protección de la vida de las personas, manteniendo un equilibrio con la recuperación de la economía”, como ha dicho Moreno.