El presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, envió el pasado lunes una carta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, invocando el artículo 220 del Estatuto de Autonomía, que regula la constitución de la Comisión Bilateral de diálogo Gobierno-Junta de Andalucía, con objeto de abordar la reforma del modelo de financiación autonómica, que considera “lesivo” para el sostenimiento de los servicios públicos andaluces. La norma estatutaria, que tiene rango de ley orgánica, obliga a ambas administraciones.
La Junta ha hecho pública la misiva de Moreno este miércoles, 24 horas después de haber sellado una alianza estratégica con el presidente de la Comunidad Valenciana, el socialista Ximo Puig, que reclama al Ministerio de Hacienda 16.400 millones de euros extra para solventar el problema de infrafinanciación de las comunidades. La alianza levante-sur ejerce presión al gabinete de Sánchez para que incluya la reforma del modelo actual, caduco desde 2014, en su agenda política. Hace una semana que el presidente andaluz esgrime esta potestad estatutaria, exactamente desde que tuvo lugar la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat de Catalunya para reconducir la fractura política que provocó el procés independentista.
Moreno abandera, desde el sur, las reivindicaciones de las regiones con mayor densidad poblacional que se sienten castigadas por el actual reparto de fondos del Estado. Su propuesta de reforma, que heredó de la propia ministra de Hacienda, María Jesús Montero, cuando ocupaba la consejería de ramo en el anterior Ejecutivo andaluz, suma ahora la fuerza de un barón socialista. Andalucía y Valencia son la tercera y cuarta economías del país y juntos suman casi un tercio de la población. La alianza de Moreno y Puig, dicen, “no es frentista ni partidista”, pero su propósito común es hacerse un hueco en la agenda política de Moncloa, ahora monopolizada por los territorios que sustentan al Gobierno de Sánchez (Catalunya, Euskadi...).
“Entiendo que Casado pondrá de su parte para llegar a un acuerdo”
El presidente andaluz pide cita con Sánchez, pero también ha implicado al líder de su partido para que abandone su estrategia de confrontación perpetua en el Congreso y se siente a negociar con el Gobierno la reforma de la financiación. “Es obligación del Estado reformar la ley [que regula el sistema de reparto de fondos a las comunidades], y entiendo que Pablo Casado, como líder de la oposición, pondrá de su parte para llegar a un acuerdo”, ha dicho este miércoles en una entrevista en la Cope. Moreno ha pedido a su jefe de filas que reabra el diálogo con Sánchez, y ha puesto como ejemplo de hacer política su reciente alianza con un presidente autonómico socialista, como Puig. “Más allá de nuestras reivindicaciones, también es un estímulo: lanzamos un mensaje simbólico de que, frente a la crispación diaria que vemos en el Congreso, podemos entendernos pese a ser de partidos distintos”.
La carta del presidente de la Junta a Pedro Sánchez apela directamente al mecanismo de cooperación bilateral que recoge el Estatuto andaluz, aunque Moreno desliza también que el formato es “claramente insuficiente” frente a “fórmulas que hemos visto que se contemplan para otras comunidades autónomas de España”, en clara alusión a la mesa de diálogo entre Gobierno y Generalitat de Cataluña. El líder andaluz cierra la misiva mostrando su disposición a participar “directamente” en los trabajos de la Comisión Bilateral y anima a Sánchez a sentarse también a la mesa, como hizo con el president Pere Aragonés.
La reivindicación de una mejor financiación para Andalucía, primero a través de un fondo de compensación de 1.700 millones de euros, y luego con una reforma multilateral del sistema, será el vehículo político más potente que conduzca Moreno en la recta final de un mandado al que todos los partidos auguran un adelanto electoral en la próxima primavera. Quien debe pulsar ese botón para disolver el Parlamento andaluz lo niega reiteradamente, hasta el punto de convertir el “retraso del adelanto electoral” en un valor en sí mismo. “No me parece sensato en este momento”, ha repetido este miércoles.
Una alianza más allá de partidos
El presidente de la Junta puede alardear de haber defendido la propuesta de Montero para la reforma de la financiación cuando era líder de la oposición al último Gobierno de Susana Díaz, en 2018. Su alianza con el valenciano Ximo Puig trasciende la división natural de PSOE y PP, aunque las reivindicaciones que hicieron juntos el martes, en el Palacio de San Telmo de Sevilla, no tienen consenso en el seno del grupo socialista ni en el popular. Las necesidades de financiación de unos territorios chocan con la singularidad de otros, por ejemplo, con el otro bloque de las regiones más despobladas del norte de España -Galicia, Castilla y León, Asturias y Aragón-. En ese caso la alianza es de dos presidentes autonómicos del PP (Feijóo y Fernández Mañueco) y otros dos del PSOE (Barbón y Lambán), al que se sumaron más tarde los de Extremadura y Castilla La Mancha.
Moreno reconoce que sus intereses en materia de financiación para Andalucía chocan con los de otros barones del PP, como el gallego o el castellano-leonés. “No es lo mismo lo que defiende Feijóo que yo, pero afortunadamente todos los servicios públicos son cuantificables: lo que cuesta por población, por dispersión poblacional, por población envejecida...”, dice el líder andaluz, instando a Sánchez y a Casado a abordar el problema “de manera global”. En paralelo, Moreno ha anunciado “una gira” de reuniones bilaterales con otros presidentes autonómicos, de su partido -Murcia (ya confirmada para el próximo miércoles), Galicia y Madrid-, pero también de otros partidos, como el PNV. “Probablemente también me reúna con el lehendakari”, ha asegurado.
La sobrepresencia de Moreno en la arena pública nacional se aproxima al calendario congresual del PP, que tiene previsto celebrar su convención nacional en noviembre. Su mayor bandera ahora es la financiación autonómica, un asunto de Estado que no es prioritario para la dirección nacional de momento. Andalucía, dice, “pierde cuatro millones de euros al día con el actual modelo de financiación”. “Todas las comunidades están infrafinanciadas, a todas les interesa abordar este asunto”, insiste, porque “de ello depende el ofrecer una sanidad, educación y políticas sociales de calidad”.
Primero con el tándem que ha formado con el socialista Ximo Puig, ahora apelando a la Comisión Bilateral Gobierno-Andalucía, y pronto con esa gira de encuentros con otros líderes autonómicos, Moreno abandera esa “palanca de presión” al Gobierno de Sánchez, “para abrir la espita de una financiación justa”. Afirma que el presidente rehuye este asunto porque la Catalunya gobernada por independentistas “no quieren una financiación equitativa para España”.