Todos los partidos políticos en Andalucía hablan a diario de unas elecciones que tocan este año pero que no terminan de convocarse. El adelanto electoral es una constante en el debate público y la única persona con potestad para pulsar ese botón, el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, lleva casi cinco meses oscilando entre dos fechas: o en junio o en otoño.
Moreno se inclina por agotar la legislatura y terminar el actual periodo de sesiones, pero este miércoles ha vuelto a lanzar argumentos de peso para un adelanto electoral en junio, a saber: no seguir con los actuales Presupuestos prorrogados de 2021 y aprobar tras los comicios unos nuevos que permitan afrontar mejor el actual escenario económico, marcado por la subida continuada de precios. Ésta es la tesis que siempre ha defendido y le ha trasladado su consejero de Hacienda, Juan Bravo, actual vicesecretario de Economía en la ejecutiva nacional del PP. “Los dos escenarios están abiertos” y “tomaré una decisión pensando en el interés de Andalucía”, ha subrayado durante un acto en Huelva.
En el Palacio de San Telmo se manejan múltiples variables para decidir la fecha electoral, la coyuntura económica y la necesidad de contar con un Presupuesto en 2023 siempre ha sido una de ellas, pero no la única. Ahora, sin embargo, el presidente andaluz parece dibujar el relato del adelanto electoral basándose en criterios estrictamente económicos: “El adelanto electoral será establecido por criterios técnicos, no políticos”, ha insistido Moreno, apelando al “difícil escenario económico” que vivimos.
El consejero de Hacienda le ha trasladado que prorrogar los Presupuestos andaluces por segundo año consecutivo, aunque sólo sea por unos meses, no es lo más conveniente. Moreno se ha reunido este miércoles en su despacho con el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, y posteriormente recibirá al vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos. Si la prospección económica de ambos, ha dicho, aconseja adelantar los comicios a junio, lo hará.
El presidente andaluz insiste en que su “sueño” sería estirar la legislatura hasta otoño, pero añade “estoy dispuesto a adelantar la convocatoria si la situación económica y los responsables de la misma, así me lo indica”. La Junta asegura encontrar dificultades “técnicas” para programar y hacer uso de los fondos europeos, con un Presupuesto prorrogado y un Gobierno en minoría, y Moreno se queja de que así es complicado “hacer frente a la alta inflación y a la situación que vivimos con la guerra de Ucrania”. El adelanto a junio se abre paso, sin que el escenario electoral esté despejado del todo a pocos días para la Semana Santa.
24 horas antes, el vicepresidente de la Junta, Juan Marín, y el consejero de Presidencia y portavoz, Elías Bendodo, habían defendido enérgicamente la hoja de ruta legislativa, descartando el adelanto en junio y con las elecciones previstas para después del verano. Los grupos de la oposición -significativamente el PSOE- rehacen a diario su análisis de la situación, atrapados en el “despiste” al que les tiene sometido Moreno.
19 o 26 de junio
Este miércoles se ha publicado el barómetro del Centra, subvencionado por la Junta de Andalucía, que vuelve a situar al PP en cabeza en intención de voto, a una holgada distancia del PSOE, pero lejos de la mayoría suficiente que busca Moreno para gobernar en solitario. La encuesta vaticina un crecimiento vertiginoso de Vox -que duplicaría sus escaños actuales-, convirtiéndose en socio necesario para un Gobierno del PP.
El presidente de la Junta no quiere depender de la ultraderecha en una región que hasta hace tres años votaba mayoritariamente por el PSOE. Sus tiempos los mide en función de la tendencia al alza de Vox, y los populares andaluces esperan que el reciente congreso nacional del PP, que ha encumbrado a la presidencia a Alberto Núñez Feijóo, sirva para taponar esa sangría de votos. La pregunta, no obstante, sigue siendo la misma: ¿cómo se frena mejor al partido de Santiago Abascal, convocando ahora o después del verano?
La fecha de las elecciones en Andalucía es un tema que está opacando la actividad legislativa diaria y la agenda del propio Gobierno de Moreno, algo de lo que son muy conscientes en el Palacio de San Telmo, sede de la Junta. Para adelantar los comicios a junio, el presidente debe disolver el Parlamento después de Semana Santa. Las tres fechas posibles son éstas: disolución de la Cámara andaluza el próximo 19 de abril -martes de Pascua- para que los comicios sean el 12 de junio (54 días de plazo, según estipula la Ley Electoral); disolución el martes 26 de abril y convocatoria con las urnas el 19 de junio; y disolución el 3 de mayo -martes de Feria de Sevilla- para que las elecciones sean el 26 de junio.
La fecha electoral que más peso cobra en el PP andaluz es ésta última. Esperar al 3 de mayo para disolver el Parlamento, permitiría celebrar el último Pleno de este mes -programado para los días 27 y 28 de abril-, en los que está previsto que se apruebe la Ley de Economía Circular, con los votos del PSOE, pero no de Vox; y probablemente el dictamen final de la comisión de investigación sobre las irregularidades en la Faffe, que señala directamente a los ex presidentes socialistas de la Junta, Manuel Chaves, José Antonio Griñán y Susana Díaz.
La comisión parlamentaria que ha escarbado en la extinta Fundación Andaluza para la Formación y el Empleo concluye -con los votos de PP, Ciudadanos y Vox- que este órgano adscrito a la Consejería de Empleo sirvió para “enchufar” a familiares y amigos de dirigentes socialistas. También acusa a su director de gastar fondos públicos con una tarjeta de crédito de la agencia en varios prostíbulos de Andalucía. Ambos asuntos están judicializados, a espera de una sentencia, aunque la comisión parlamentaria ya se ha adelantado al exigir “responsabilidades políticas” a los ex presidentes, también condenados por el fraude de los ERE.
Las duras acusaciones de corrupción contra el PSOE, si son avaladas por el Parlamento al aprobar el dictamen final de la comisión de investigación, son una potente herramienta política para PP, Ciudadanos y Vox a las puertas de una campaña electoral. Es una de las variables de peso para esperar a finales de abril para disolver la Cámara y convocar en junio, pero no es la única. El 5 de mayo, el Tribunal Supremo resolverá el recurso de Chaves y Griñán contra su condena por prevaricación y malversación en el caso ERE.
Además está el calendario presupuestario, que es en lo que se apoya ahora Moreno para reactivar la idea de un adelanto en junio. “Si pensara en mi interés, probablemente me iría a la fecha que yo quiero, que es posterior al verano, pero vamos a ver como está la situación”, ha insistido el presidente andaluz, quien a la pregunta de si es “probable” entonces que las elecciones andaluzas sean en junio, ha respondido que tanto esa opción como la de que los comicios fueran “a principios de octubre” son “probables”.
Mientras Moreno señalaba de cerca la cita con las urnas, su vicepresidente de la Junta y líder regional de Ciudadanos, Juan Marín, parecía moverse en un escenario muy distinto. Marín ha anunciado este miércoles una especie de refundación de su partido -al que la última encuesta da dos diputados, sin opciones de tener grupo propio en el Parlamento- y un acto político el próximo 14 de mayo en Córdoba donde se presentarán como “un partido de centro, andaluz y andalucista”.
“Andalucía es lo primero”, ha dicho Marín, que señala el acto del 14 de mayo como “el pistoletazo de salida para la nueva etapa de Ciudadanos”, un evento, dice, al que “Juanma Moreno está invitado, igual que yo estuve en el congreso del PP de Granada”. Es la primera vez que el líder naranja define a su formación como “andalucista”. Es una etiqueta que también ha adoptado el presidente de la Junta y líder regional del PP, y que comparte con el PSOE y todos los partidos a su izquierda. El Partido Andalucista, una formación de perfil nacionalista, desapareció del mapa político andaluz en 2015.