El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, está aprovechando la Cumbre del Clima de la ONU (COP27) que se celebra en la ciudad egipcia de Sharm El-Sheikh para desplegar el perfil medioambiental del que hace gala y que contrasta con otras sensibilidades de su partido, como la de Isabel Díaz Ayuso, en cuestiones como la importancia de un cambio climático que ha situado como uno de los principales retos de la comunidad autónoma. Para plasmar su compromiso con la cuestión, ha enviado una carta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el que le pide que postule a Andalucía para acoger este encuentro climático en 2025, un deseo que choca con una cuestión no precisamente menor: dentro de tres años le toca ser organizador a un país latinoamericano según el sistema rotatorio que tiene implantado la ONU.
La cuestión ha provocado incluso un roce entre los ejecutivos central y autonómico, ya que el primero alega que no fue informado de manera previa y la Junta de Andalucía sostiene que no hay ninguna normativa que obligue a que la sede sea rotatoria, apuntando fuentes de la Presidencia andaluza que lo que hay es una “tendencia” a estos turnos y que se han producido excepciones. Por ello, mantiene su propuesta para 2025 para que sea elevada ante Naciones Unidas, al tiempo que critica al Gobierno central por lo que considera que es cerrarle la puerta de antemano.
Por su parte, desde el Ejecutivo central no esconden su malestar porque Moreno hiciera público que le había mandado la carta a Sánchez sin haber anunciado previamente su propuesta a la delegación española en la COP27, y eso que incluso horas antes estuvo conversando con la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. Y es que el problema de partida es que Europa, y por lo tanto España, no pueden ser el escenario de la que será COP30 ya que la ONU tiene establecido que la sede rote año a año por los cinco grupos regionales en los que divide el planeta, para garantizar así un equilibrio en la representación de todas las áreas del planeta.
Así las cosas, desde el Gobierno andaluz se subrayaba que Andalucía lo que quiere ser sede de la COP, “y si el problema para el Gobierno de España es la fecha, que se ofrezca para la COP 31, en 2026”. “Lo que quiere Andalucía es ser sede de la Cumbre, sin convertir este asunto en tema de confrontación o disputa”, añaden, ya que el objetivo es “mostrar al mundo nuestro potencial en energías renovables, nuestro compromiso contra el cambio climático y ser referentes en Europa”.
A Europa le toca en 2026
Lo cierto es que, según el turno rotatorio que establece la ONU, este 2022 le correspondía a África (de ahí que el evento sea en Egipto) y en 2023 le toca a un país asiático, en este caso Emiratos Árabes. En 2024 será el turno de Europa oriental (se apunta a Bulgaria) y 2025 todavía no tiene organizador, aunque será en América Latina y Caribe. De hecho, el presidente brasileño electo, Lula da Silva, ya ha lanzado la candidatura de la Amazonía para así escenificar el regreso de Brasil a la lucha contra el cambio climático tras la etapa de Jair Bolsonaro.
De esta manera, a Europa le tocaría organizar la conferencia ya en 2026, para que en 2027 le vuelva a corresponder a un país africano e iniciar así un nuevo ciclo. En los últimos años ha habido excepciones a este sistema rotatorio, pero por otras causas. Así, Madrid fue la sede en 2019 pero la presidencia le correspondió a Chile (turno latinoamericano), que prefirió no celebrar el evento en su territorio ante la convulsa crisis política y social que azotaba al país. En 2017 el organizador fue Fiji (turno asiático), pero optó por la ciudad alemana de Bonn como sede. En 2020 no se desarrolló la Cumbre del Clima por la pandemia de coronavirus.
La última vez que le correspondió a Europa fue en 2021, en la ciudad escocesa de Glasgow. De hecho, Moreno recuerda en su carta que la última Cumbre del Clima celebrada en la Europa continental fue precisamente la de Madrid (COP25, en 2019), por lo que, seis años después, “la de 2025 se presenta como una edición adecuada para que vuelva a celebrarse en un país de la UE”. Aunque el hecho de que en 2026 le toque al Grupo de Europa Occidental y Otros (WEOG, por sus siglas en inglés) no implica que se desarrolle en un Estado miembro de la Unión Europea (hay varios que no lo son) ni, de hecho, en suelo europeo, ya que esta agrupación incluye a Australia, Nueva Zelanda, Israel y Canadá.
“Una de las regiones más vulnerables”
En su misiva, Moreno incide en que Andalucía “es una de las regiones más vulnerables de Europa” ante el cambio climático, expone las medidas que su Ejecutivo está desarrollando frente a este fenómeno global y, aprovechando que todavía no se ha concedido la sede para 2025, le pide a Sánchez su “imprescindible respaldo” y que presente la candidatura andaluza ante Naciones Unidas. De paso, subraya que su celebración en Andalucía “supondría un importante impulso a la concienciación de la sociedad española y europea en torno a este asunto”.
En el marco de esta Cumbre del Clima en Sharm El-Sheikh, en la que Moreno estará también la jornada del viernes, ha anunciado varias medidas ambientales, entre la que incluye la puesta en marcha a principios de 2023 de un mapa digital sobre el impacto del cambio climático que permitirá a los ciudadanos conocer qué está suponiendo este fenómeno en sus municipios desde que existen registros. De esta manera, podrán saber cómo ha afectado al nivel de precipitaciones, a las temperaturas, a la calidad del aire o incluso a la calidad de vida.
Moreno señalaba este jueves que es necesario hacer un esfuerzo de “pedagogía” desde la administración para sensibilizar a la población sobre los efectos del cambio climático, aunque ha destacado que entre los ciudadanos más jóvenes, especialmente por debajo de los 30 años, ya se ve cierta sensibilidad y una “fuerte conciencia climática”. Sin embargo, hay otros sectores de la población de mayor edad, según ha apuntado, que no terminan de entender el problema del cambio climático y sus consecuencias.